viernes, 28 de septiembre de 2012

Máquina del tiempo


                 Después de muchos años de investigación oculta, he conseguido al fin diseñar una máquina del tiempo. Aquí la tengo, lista para mi primer viaje. Es curioso, siempre pensé que, en una situación así, retornaría al pasado, sucumbiría al impostado dulzor de la nostalgia, habitaría de nuevo las conocidas vidas de los personajes conocidos, comprobaría por mí mismo la veracidad de las líneas escritas en esa milonga que hemos dado en llamar historia.
                Sin embargo, no lo haré. No viajaré hacia atrás, hacia esas letras prisioneras entre renglones paralelos. De nada serviría, además. En todo caso, a eso del mediodía, pasaré un rato a comer las patatas fritas que mi abuela freía en silencio sobre una trébede de hierro, en aquel lar con olor a leña y a chorizo ahumado. Luego, sin despedirme, pulsaré la tecla del futuro, el único libro donde todo está aún por escribir.

4 comentarios:

  1. El primer párrafo atrapa, se entiende muy bien y coincide con lo que pienso que haría si tuviera esa máquina, pero además adelantas que no va a ser así, obligando a seguir leyendo. Muy bonito, ese buscar el futuro no escrito y dejar de lado el pasado. Simpático el recuerdo de a los sabores y olores de la abuela. Buen trabajo.

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  2. Yo también sé viajar al pasado, al sabor de las patatas de mi abuela.
    Tú, pulsa esta tecla y sigues escribiendo el libro del futuro, aunque cuando cuentas recuerdos lo haces con este granito de hermosa melancolia que dice Amando C.

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  3. Hay recuerdos infantiles que quedan grabados en el alma. Buena elección para la visita al pasado. Me ha gustado mucho.

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