martes, 27 de mayo de 2014

Es posible que ya no sea tu barrio


                                                               Volví a casa, pero no era mi casa   (Juan Bello)

Has vuelto. Hastiado, confundido,
el tiempo te ha traído de regreso.
Sabes que nada queda
de aquellos callejones con farolas
donde la noche era siempre una promesa.

Huele tu barrio a soledad y orines
-es posible que ya ni sea tu barrio-,
y donde estuvo tu hogar ahora se anuncian
rebajas de entretiempo.
                                      Son las tuyas.
Piensas que, si te apuras,
todavía encontrarás de saldo
las mentiras que un día te acunaron.

Aunque ya no te importe. Ni tu ayer,
ni el pasado escrito en esas líneas
paralelas de tu caligrafía.
Aunque ya no te importe
desembalar ese temblor a rayas
del aprendiz en besos y pupitres.

Aunque ahora tu sonrisa sea ceniza,
rescoldos de aquel tiempo
donde amor era más que un sustantivo.

Este texto, que me permitió compartir celebración y antología del I Certamen  Umbral de Poesía, en Valladolid, se inicia con una cita de Juan Bello, poeta gallego que mañana recibe en La Casa Encendida el premio de Poesía Joven de RNE. Os dejo enlace a su imprescindible blog:
La imagen corresponde a una vivienda de La Prospe, mi barrio, en Madrid.

martes, 20 de mayo de 2014

Mujer, desde el puente


                                                                       A modo de prólogo

                                                     Dejó en el pupitre
                                                              -junto a sus trece años-
                                                              un vuelo breve
                                                             de trenzas advirtiendo
                                                             que era ya hora de olvidos
                        
                           
Esa mujer, pongamos, se abrocha los recuerdos
en la cima del puente, una esquirla de viento
agita su bufanda, los soplos de memoria
traen un caudal de sueños ya perdidos, el cauce
burlesco del arroyo cuando el futuro aún
no construía puentes donde mirar despacio
tanta carrera ciega…
                                 Ordena sus cabellos,
piensa que un día de estos -cuando no haya más ríos
donde mirarse dentro-
                                      irá a teñirse el pelo.
Aún hay tiempo, murmura, no debe apresurarse,
hace tiempo que el mar,
                                      que el mar,
                   que el mar
ya no la espera.

                                                              2º  Premio, Malpartida de Cáceres, Abril 2014 (Fragmento)



martes, 13 de mayo de 2014

De la entomología aplicada al sueño


            Cuando Gregorio Sánchez despertó esa mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró convertido en Subsecretario de Fomento. Durante todo el día trató de asimilar su nuevo estado, con incierto éxito. A la noche, rebuscó en la estantería aquel viejo ejemplar en rústica, icono literario de su juventud progre. Comenzó a leerlo tumbado. Se durmió en la página diecisiete.

             La mañana siguiente, Gregorio Sánchez amaneció periodista. Pasó a ser tertuliano de prestigio mediático, orgulloso fantoche capaz de crear, o destruir, opinión ajena. La jornada resultó ardua también, apenas compensada por los siete minutos escasos que disfrutó la lectura del texto interrumpido la noche anterior. Durmió profundamente.

             
               En días sucesivos, el alba lo atrapó convertido en ejecutivo bancario, cantante de concursos televisivos, parlamentario con la mayoría, deportista de élite, empresario de impor-expor o novelista comprado por el éxito, entre otras vidas, igual de ajenas. Eso sí, todas las noches, Gregorio Sánchez leía unas páginas de aquella inquietante fábula que le permitía dormirse pronto y en paz. En la paz de los insectos. Entonces, Gregorio Sánchez soñaba.

             Soñaba, rescatado de su atroz vigilia, con aquellos lejanos y felices tiempos donde un ciudadano de bien sólo podía despertarse metamorfoseado en cucaracha. 

martes, 6 de mayo de 2014

Re(visiones) para antes del zapeo



Supongamos que tuvo algún sentido
tirar la dignidad
como si fuera un bote de cerveza,
decíamos entonces
que lo primero era sobrevivir,
salir a flote de las escombreras
donde acechaba el hambre
entre esa ingravidez de los anhelos,

supongamos, insisto, que bastaran
excusas camufladas de heroísmo
para seguir fingiendo
que todo estaba bien, que renunciar
era vestirse en tonos de estrategia,
demos por demostradas
todas las teorías sobre los interiores
con su hogar de llama justiciera
donde hacernos creer que éramos otros,

digamos que fue así, y que algo queda
de aquellos sueños en sentirse libres
de cinco a ocho, los martes por la tarde,
consuela mucho hacer
inventario de cuanto nunca fuimos,
el tiempo y sus secuelas
sedan la decepción en nuestras mesas,
insisten en negarnos un pasado,
su agónica medalla a nuestra lucha
-esa que casi siempre postergamos
porque no era el momento-,
la insignia que atraviesa otras renuncias,


creamos, de verdad, que hemos logrado
cambiar el mundo
al mismo ritmo que nuestros calcetines,
que la cuenta corriente
de nuestra integridad tiene su saldo
en positivo, lo mismo que el del banco,
que nada hemos perdido en el camino,
salvo quizá la risa,
supongamos que sí, que somos héroes
libertarios montando barricadas
desde el cuarto de estar
entre el reflejo sepia de aquel tiempo,

sigamos convencidos que no hay nadie
tan honesto, hagamos
bandera de la ética y el puño,
luego pongamos la tele, es la hora
de cambiar el canal a la vergüenza,
tomemos la cerveza
como quien toma las calles y las plazas,
todo está bien, y la conciencia
                                                                se relaja mejor haciendo zapping.

Premio XXX Certamen Manuel Vázquez Montalbán, S. Fdo. de Henares, Abril 2014