martes, 22 de julio de 2014

Despedida de última sesión


                   Llueve en silencio desde el borde superior de la pantalla. Llueve, también dentro de ella, sobre los adoquines de un París herido y ceniciento, mellado por los sueños a deshora. Ronda la medianoche por la sala oscura, tú me hablas al oído de otros desgarros en nuestra historia rota, costurones en las raídas camisetas, compradas al amor de mercadillo. Confundido y triste,  te escucho a ti y –al mismo tiempo- escucho también a esa francesa gris de celuloide, adolescente de melena corta sobre un rostro mustio. Os escucho a ambas, quizá también a mí mismo, sin sentir nada, nada ya, nada ahora, vacía mi memoria como un actor perdido en el rodaje.
                  Es un guión con palma de oro y el aplauso de la crítica entendida. Los críticos elogian ese desencuentro fugaz de un par de botas altas de cuero y unos mocasines por los bordillos de una ciudad mojada. Me cuentas al oído que estás harta, que se ha hecho tarde para recuperar el eco adormecido de nuestros pasos, errantes huellas entre andenes polvorientos, surcados por trenes a deshora varados con retraso en nuestro amor sitiado. Apenas entiendo tus palabras, tampoco tus gestos de primer plano, casi prefiero el silente quejido de violines entre Montmartre y el patio de butacas.
                   En aquel café parisino los rostros se distancian, lo mismo que se alejan los nuestros en la fila siete. En su mirada esquiva, dibujada con el oficio de una primera estrella, el actor vuelca unas lentas gotas de hastío que caen sobre la taza desbordante de ausencias. Nos arrastra, también, un travelling que viaja hacia el vacío, como aquel recuerdo de otras tardes de entresuelo. Me repites otras vez que no me quieres, que te vas para siempre. Que no compre otra vez dos entradas en taquilla si la peli acaba mal, como la vida.
                    Sobre la mesa (plano cenital y melodía desgarrada de acordeón) agoniza una moneda y dos vidas rasgadas por el tiempo. Es lo que tienen, me consuelo, estas películas francesas intimistas. Pero te gustan, lo sé, siempre te han gustado. Aunque tu recuerdo huya ahora por la salida de emergencia.  Llovizna otra vez sobre los recuerdos, entre los que ya no estás. Quizá nunca hayas estado, creo que lo preferiría.  Renuncio a mirar el reloj, su mensaje digital solo me mostraría un tiempo ficticio, como el gesto de esperanza en el protagonista mientras abre el paraguas. Me quedo a ver los créditos arropados por un chelo en la penumbra, luego salgo despacio hacia la calle, bulliciosa de risas bajo las farolas. Ya no estás, me repito.
                   Ya no estás y tiritan de olvido las aceras. Repaso los fotogramas que anuncian los estrenos de otras salas. Para el próximo miércoles, quizá elija una peli japonesa. O puede que iraní, son lo más en esto del cine de culto y, además, allí siempre hace sol. Me quedo solo frente a la fachada vestida de carteles en color, decidido a revisar la cartelera. Esta vez lo conseguiré, me consuelo. Esta vez lo conseguiré, no quisiera perderte de nuevo en un París lluvioso.
                                                             Tercer Premio Certamen Sierra del Pozo. Julio 2014

25 comentarios:

  1. Repetiremos los miércoles. Buscando esa peli que nos abra nuevamente la memoria RAM de los mejores recuerdos que logramos atesorar, para, quién sabe, si embellecerlos entre la lluvia de las aceras que envuelven un cine.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Qué buenísimo este triple salto mortal literario premiado( ¡cómo no! ) por ventura para seguir pudiendo disfrutar de la mejor literatura, la de verdad, la que te llega y te llena de resonancias, la tuya, Amando, inigualable. ¡Enhorabuena por esta bellísima despedida de última sesión!.

    Abrazos muy fuertes.

    Nines.

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena, muy bello relato Amando.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Y mira que me gusta París!!! Aún triste y mojado, me lo quedo. He disfrutado con este premio tan bien merecido, como siempre sin lugar a dudas. Es triste la ruptura dentro y fuera de la pantalla, pero la has dibujado con una melancolía que no me cansa leer. Me ha encantado tu relato, con pinceladas de prosa poética.
    Siempre abrazos, Amando.

    ResponderEliminar
  5. Paul no soltaba su mano y ella se quería marchar... El tren lanzaba vapores mezclados con humo. Aquello era un ir y venir de gente en plena estación de Córdoba... Teresa soltó una lágrima y le dijo que no se llamaba Mary. Paul le dijo: yo me llamo Domingo.
    - Aún así, Paul, no trates de entenderme, soy demasiado complicada y poco o nada previsible. Los silogismos conmigo se convierten en sofismas… Y sobre todo y ante todo quiero y debo ser leve.
    Mary soltó su mano y Paul cerró el puño para retener aquella calidez; como si algo fuera suyo ahora; como si el corazón de aquella mujer se hubiera quedado impregnado en la palma de su mano y viviera en ella durante unos segundos. Aquellos labios, fresas en una película en blanco y negro, le decían el adiós más definitivo. Un final esperado
    porque Paul, hombre cabal, sabía de las fronteras de la amistad.
    El silencio empañó la estación. Mary dejó el pañuelo en el suelo para que el viento se hiciera cargo de toda la soledad y subió al tren. Pero la despedida no podía ser definitiva, porque lo que dejaba a medias jamás cesaría de rondar en su cabeza. Las ruedas de la vida se movían con el tren, y con ellas el corazón de quien lo deja todo en Córdoba.
    Lejos, en la distancia, un niño corría detrás de un pañuelo.

    Paul y Mary.

    ResponderEliminar
  6. Enhorabuena por el premio, el relato merece ese reconocimiento y París aun cuando llueve, que es casi siempre también. Abrazos

    ResponderEliminar
  7. Me gustó mucho este relato, Amando, cómo tramaste el juego entre la peli francesa y los que están en la fila siete. El final es excelente.
    Lo comparto en google+
    Un abrazo y felicitaciones por el premio.

    ResponderEliminar
  8. Relato empapado de melancolía y poesía. Mi enhorabuena, Amando. Sí, una pena no haber coincidido, lo pasamos muy bien.

    Abrazos, muchos.

    ResponderEliminar
  9. Pasear por aquí es igual que introducirse en ese bosque repleto de musas, ahí justo, ahí.

    Felicidades poeta...

    Abrazos, siempre.

    ResponderEliminar
  10. Me quedo sin palabras. Enhorabuena, eres enorme!
    Un abrazo fuerte.

    http://elchicodelmetro.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  11. Dentro y fuera de la pantalla la vida es un drama/comedia, y nosostros siempre de protagonistas o actores secundarios.
    Bien desarrollada la idea con ese fondo de tremendo lirismo que tú manejas como un maestro.
    Felicidades por el premio!
    Un largo abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Revisa la cartelera, Amando. En las pelís de Guediguian encontrarás este intimismo en una Marsella soleada. Con las pelís de Mongolia que hablan de camellos o de perro amarillo para contar la vida podrás charlar con tu acompañante durante los largos momentos de silencio.
    Un texto muy tuyo, con cine, andenes, meteorología del amor y tu estilo inimitable.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  13. FULLLLLLLLL. TODAS ESAS IMÁGENES...! GENIAL!!!!!!!! CON RAZÓN EL MERECIDO RECONOCIMIENTO!!
    UN ABRAZO

    ResponderEliminar
  14. Todo un mundo extendido alrededor del cine, el amor hecho añicos en el patio de butacas. Genial. Cuando llega el The End con el último abrazo y la llovizna como una salmodia nos cubre con lenta desesperanza.
    Enhorabuena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  15. Excelente este relato Amando.
    Cada uno de nosotros formamos parte de un guión cinematográfico escrito por no se sabe quien y que casi nunca nos gusta. Tal vez por eso nos gusta el cine, nos permite olvidarnos de nuestra propia película mientras vemos la de la pantalla.

    Mi enhorabuena por ese nuevo reconocimiento a tu labor.

    Un abrazo


    ResponderEliminar
  16. Los créditos pueden ser incluso más intimistas que una película francesa...

    ResponderEliminar
  17. Genial como siempre.

    un abrazo

    fus

    ResponderEliminar
  18. Ambos lados de la pantalla nos arrastran suavemente. Como siempre, sublime.
    Un saludo
    JM

    ResponderEliminar
  19. yo ye hubiera dado el primer premio
    abrazo

    ResponderEliminar
  20. " Ya no estás y tiritan de olvido las aceras. Repaso los fotogramas que anuncian los estrenos de otras salas. Para el próximo miércoles, quizá elija una peli japonesa. O puede que iraní, son lo más en esto del cine de culto y, además, allí siempre hace sol. Me quedo solo frente a la fachada vestida de carteles en color, decidido a revisar la cartelera. Esta vez lo conseguiré, me consuelo. Esta vez lo conseguiré, no quisiera perderte de nuevo en un París lluvioso."!Qué delicia ,todo él empapado de lirismo!!Nunca te has planteado escribir una novela?Me quedo con ganas de saber más....Abrazos.

    ResponderEliminar
  21. Emocionante y hermosa prosa poética. Enhorabuena, Amando.

    ResponderEliminar
  22. Felicidades por el premio! Un gran escritor, sin dudas.

    ResponderEliminar
  23. Genial... como siempre. Enhorabuena.
    Un abrazo Amando.

    ResponderEliminar