jueves, 21 de agosto de 2014

Zapatos, acaso



Preguntaste en la zapatería
si tenían algún par de nostalgias
con tu número exacto,
memorias de las manos, por ejemplo,
con que tu madre hacía empanadillas,
podía servir, también,
aquel escalofrío ante una blusa
entreabierta una tarde de verano,
paraísos de ginebra
en la tenue penumbra de un garaje,
las notas de otro examen en septiembre,
o esas escarpias grises
donde colgabas tus primeros sueños,


quisiste saber también si aún quedaba
algún resto de serie
para aislar el pavor de tus talones,
buscabas un calzado, comentaste,
-ahora que transitabas
un tiempo de rebajas- capaz de
fundir en el recuerdo
las huellas de tus pasos sin retorno.


La dependienta caviló un instante,
convencida sin duda
de encontrar porvenir para tus pies,
conocía su oficio, era evidente,
alcanzaste a pensar
mientras volvía, exultante de vida, 
con unos mocasines
que teñían la piel del horizonte,


los probaste, en silencio,
dispuesto a calzar toda tu vida
con la horma perfilada del instante
aquel donde los pies
ya no tuvieran forma,
                                  y por tus pasos
peregrinase un tiempo hacia el futuro.



                                        
                                                Premio VII Certamen Rodrigo Manrique. Siles, Agosto 2014


jueves, 7 de agosto de 2014

Escapar de los sótanos


                                      
Después de tanto tiempo huyendo
entre sueños de páginas impresas,
había descubierto
que escapar de los sótanos venía
a ser un simulacro,
el ensayo inicial para esos años
que traerían penumbra y humedades
sobre su corazón en fuga,
y donde siempre habría un pasadizo
esperando sus pasos,
una promesa de luz y libertades,
                            

así suele ocurrir, pensó de pronto,
cuando intuimos entre las aventuras
de esos libros de infancia,
algún final sin beso, los primeros
indicios de vacío –o de esperanza-
que serán, con los años, la certeza
para un tiempo de cárcel
dedicado a soñar las evasiones,
ese tiempo de cárcel
y huídas permanentes hacia nada
que, por simplificar, llamamos vida.