sábado, 31 de agosto de 2013

Del paralelismo en los amantes



Esta tortura de no abrazarte nunca,
de saberte tan cerca
sin sentir el rubor de una tangente,
esta ruta al azar donde transita
la sincronía esquiva de tu ausencia,
esta mirada de reojo
soñando cercanía,
                             -o tal vez, no-,
este peregrinaje                                    
de curvas exiliadas al presente,
esta similitud de las mentiras
sobre dos vías muertas,
este beso alineado en las fronteras
donde poder quererte,
                                    este sueño
aplazado otra vez al infinito,
esta condena de vidas paralelas…


lunes, 26 de agosto de 2013

Infanta soñando escritor

                 Intento escribir sobre un personaje medieval. Por ejemplo, una infanta que ve pasar las horas desde la torre del castillo paterno. Mientras da puntadas al hastío del bastidor, sueña con su caballero andante, ese ser valiente y justiciero que, una mañana, acudirá en su rescate y la guiará por la luminosa ruta  hacia la felicidad.

                 Lástima, el perfil del caballero -ahora que entro en los más recónditos anhelos de mi protagonista- no se parece en nada a mí. Si hubiera sido yo, al fin y al cabo el imposible de una dama solitaria, no existiría más que como héroe en su subconsciente. Sería simplemente, y nada menos que, una ensoñación. Alguien que nada sabe de la historia, y que es amado en la soledad de la distancia.

                Pero no, sigo siendo un puñado de vísceras y humores (malos) pululando por el siglo veintiuno. Sigo siendo el prosista que, unos párrafos después, habrá de describir con precisión sintáctica la llegada del vulgar conde pretendiente, con los ropajes teñidos de sangre y la piel lujuriosa. La arrastrará sin remilgos hasta el lecho, así lo escribiré, mientras maldigo mi existencia de triste literato que siempre sale derrotado de  las justas.

martes, 20 de agosto de 2013

LÁGRIMAS, SUPONGO

Hizo torrentera
                      una lágrima
por los surcos de tu rostro en barbecho.
                        yo no era dios, y sin embargo
me sentí amarga fuente de tu dolor, mejilla abajo.

Al día siguiente, en la penumbra
de un alba aún ignorado,
ensayaste el mismo
llanto, varada
ante el espejo de la desesperanza.

Sobre los adoquines heridos
del olvido,
                  exiliada de ti,
intentaste llorar
al sur de cicatrices sin destino,
                                                  y no pudiste…,
nada brotó de tus ojos ausentes.
                                                   No sabías aún
que la autoridad competente había prohibido
todo dispendio de líquido,
toda gota de vida
surcando esa aridez
-la soledad, acaso- de cauces infinitos. 

miércoles, 14 de agosto de 2013

El papel de mi vida

                 Iba a comenzar la ceremonia anual de premios cinematográficos. Esta vez no había duda, la estatuilla sería para mí. Había bordado el papel de mi vida, y no es un símil valorativo. Quiero decir que había interpretado mi propia vida, con todos los imposibles matices de quien se suplanta a sí mismo.


               El personaje creado -tan ajeno a mí, por otra parte- quedaría en la historia de la pantalla como un hito actoral. Sentado cómodamente sobre la butaca de mi vanidad, paladeaba de antemano el triunfo, repasaba de memoria la lista de agradecimientos que recitaría en el escenario.


            Ni me mencionaron, todo sucedió como si yo no existiera. Esos críticos de mierda no entienden de auténticas representaciones. No entienden de vidas, posiblemente. Dieron el premio al engreído de Marcial Ovejero, que lo recibió con la prevista impostura emocionada. En su detestable peli, el muy gilipollas pretende dar credibilidad a un inverosímil vendedor de biblias metido a detective aficionado, por supuesto en un entorno de crímenes y misterio. Ni comparación con mi historia, ustedes dirán.

jueves, 8 de agosto de 2013

Manual para retornos, premio en A Guarda


Volvíamos de aquel viaje por el norte
con jirones de niebla en las maletas
melladas de amargura,
y fotos que acechaba el desamor.
Al llegar a casa, la puerta no se abrió.
Comprobamos las llaves, por si el tiempo
había limado los dientes de la ausencia
con palabras huidas.
                                 Ninguna abrió
aquel hogar que almacenaba dentro
rincones de sonrisas infantiles,
fiestas de cumpleaños, y algún disfraz
de ilusiones vencidas.

                                      Era tarde,
y estábamos cansados
de esperar respuestas por las estaciones
donde habita el ayer. Entonces fuimos
en silencio a un hotel, como otras veces,
de esos donde nadie te pregunta
si quieres vista al mar.
                                     Mientras subía
hacia la planta quinta del hastío
y tú llamabas al futuro en móvil,
pensé en nuestra vivienda silenciosa,
los cuartos de los niños, y esas cosas
que habitan los pasillos sin memoria.

Luego anocheció, y un frío lento
fue tomando los muros de aquel cuarto
donde nada era nuestro. Es posible
que incluso me abrazara a tu recuerdo
en forma de almohada. Y nos dormimos
soñando besos que, quizá mañana,
abrieran los cerrojos al olvido.

             

                    2ª Premio Feliciano Rolán, A Guarda, Agosto 2013. Con mi agradecimiento por su entrañable acogida.




jueves, 1 de agosto de 2013

Cruz-y-grama

               
         Aprovechando la confusión, la nueve horizontal asesinó al experto en crucigramas. El tres vertical (definición segunda), que se cruzó con ella, no consideró oportuno delatarla.
              
         Ahora, ambos disfrutan, sin letras de por medio, la turbia liberación de cuadrículas en fuga. Desde la estantería de los pasatiempos sin resolver, ambos ven pasar el entierro de su enemigo.
         
            Perciben un aviso, sin embargo. Quizá una negra amenaza de rotulador rompiendo su sosiego. Son conscientes de su destino, para los enunciados de crucigramas la libertad suele resultar un placer efímero.