Parece que vinieras de una casa sin nadie
(Ángel García López)
Quizá el amor sea esa puerta abierta
a la que el tiempo añade
cerrojos oxidados.
Hoy te vi
y apenas pude ya reconocerte,
nada nos pertenece
en esas latitudes que frecuentas,
excavadas las cuencas de tus sueños
entre la ingravidez
de un recuerdo huido y ceniciento.
A pesar de todo, quise entrar
-el pasillo hacia ti seguía abierto-,
sentí tus pasos leves
recorriendo de nuevo aquellos días…
Cierra la puerta, dijiste,
y me besaste,
desde dentro
amar no
necesita cerraduras.
Accésit Urb. Mediterráneo, Cartagena. Marzo 2014
Precioso.
ResponderEliminarMe ha encantado la imagen con esa cerradura oxidada, y esa puerta de madera tan vieja.
ResponderEliminarNo, amar no necesita de cerraduras, amar es una puerta abierta de par en par.
Un beso.
Redondo, en concepción y expresión. Con los tres primeros versos ya he caído rendida: son profundos, certeros como una flecha bien disparada.
ResponderEliminarUn abrazo, Amando.
Pobre Buscador añejo y joven.
ResponderEliminarFuerza del espíritu a pesar
del paso de tu edad.
Joven y claro en saber amar
por tener sinceridad contigo.
Bendita luz la del alma que
nos enseña a caminar...
Siempre los pasos perdidos
son los mejor encontrados.
No me extraña. Lo del accésit, digo. Bella puerta sin cerraduras.
ResponderEliminarPar de abrazos.
Dentro hay barra libre, amigo Armando, :)
ResponderEliminarBicos.
Aparecieron muchos solteros por el velorio de D. Cipriano aquella noche. " No hay peor sordo que el que no quiere oír ", dice el refrán. Sería más sencillo resumir: " No hay peor sordo que el que no está solo o no ha estado nunca solo ". Y añadir que esta gran sordera de quienes sólo oyen lo que les interesa es la gran responsable de tantas soledades; de uno de tantos que sólo piden la limosna de un poco de atención habla la siguiente historia: De oro no sé, pero soltero sí, estaba en casa de su novia, solos los dos, viendo una película, y notó que una mano le desabrochaba los botones de la cremallera. Unos segundos después, cuando los dedos femeninos hurgaban en la entrepierna, se oyó el ruido de la llave de la cerradura. La mano de ella se esfumó más lentamente de lo que hubiera querido y las suyas se aplicaron con urgente y desesperada presteza en acunar lo desperezado y abrochar lo desabrochado. Cuando entraron los padres de su novia, dijo levantándose : " Yo ya me iba, se me ha hecho tarde aquí hablando, hablando " - ya se sabe que el amor es un sentimiento muy dicharachero, aunque algunos lo prefieran callado, muy parlanchín, que habla hasta por las manos -. Entonces apartó la silla y se dirigió a la puerta. Las enagüillas de la mesa de camilla salieron empinadas, por su lado, detrás de él como si le persiguieran, descubriendo lo que los ojos no pueden ver debajo de una mesa traviesa, volcando al suelo algunos retratos del padre de ella y el jarrón favorito de su futura suegra, que se hicieron añicos, un rompecabezas, los cristales de los retratos de sus padres; un puzzle, el jarrón. Se miró y comprobó que las llevaba abotonadas en su bragueta. Él dijo que ese fue el principio del fin de su noviazgo.
ResponderEliminarLa última parte de la historia la contó entre risas, y yo reí también a mi sabor. No es lo que pasó, sino la manera de mirar aquel hombre lo que le sucedió aquella noche que nunca olvidaría.
Amar requiere de todo, menos cerraduras. Tus versos rezuman una dulce añoranza. Me gustó cada sílaba, y esa foto oxidada que desprende mil posibles versos.
ResponderEliminarUn abrazo
Un espléndido poema. Un abrazo.
ResponderEliminarCoincido con Isabel: perfecto; el cierre del poema es espléndido (me ha encantado).
ResponderEliminarEnhorabuena por este nuevo premio, Amando.
Abrazos.
El amor es importante pero hay otras cosas también muy importantes. Es la segunda vez que visito su blog, en la primera no supe qué decir. En mi primer comentario aprovecho para enviarle saludos.
ResponderEliminarSerá mejor no salir. Hay herrumbre ahí fuera.
ResponderEliminarAbrazo Amando
Amar no necesita cerrojos ni puertas ni ventanas, cuando se consigue amar
ResponderEliminarasí.
Un abrazo
En el amor la confianza es todo. Me gusta tu poema.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarEsas latitudes han de ser terribles, Amando.
Tu poema es un gran poema, y todo lo dice, sobre todo de amor.
Gracias gracias, por llegar a lo hondo, por lo bello.
Un abrazo, poeta.
m.
Donde queda amor, por muchos cerrojos que ponga el tiempo, siempre habrá una rendija por la que colarse.
ResponderEliminarPrecioso poema, todo un placer, felicidades.
Un besote.
bellísimo!
ResponderEliminarun abrazo,
Si es amor ¿por qué cerramos puertas y ponemos cerrojos que el tiempo oxidan?
ResponderEliminarSomos tan complejos...
Un bello poema, Amando.
Abrazo.
De par en par, amor de puertas abiertas de dentro hacia afuera. Es el miedo propio el que nos impide entrar.
ResponderEliminarAbrazos siempre.
Siempre me gusta; más, siempre me enamora tu poesía.
ResponderEliminarBesos y vuelos de vencejos.
Desde dentro todo parece más cálido, desde fuera la puerta parece un muro frío y pesado.
ResponderEliminarPrecioso tu poema donde el amor todavía no está gastado.
Un abrazo Amando.
¡Enhorabuena por ese Accésit! Y gracias por tus comentarios, siempre tan cordiales.
ResponderEliminarMe encanta "los pasos leves que recorren de nuevo aquellos días". Espléndido.
Un gran abrazo.
Gran poema, Amando.
ResponderEliminarAbrazos
El amor no viaja de fuera hacia dentro siempre va de dentro hacia fuera. Tus versos lo dicen muy bien
ResponderEliminarAbrazos
Fina
A las damas le ponían cinturones de castidad en la Edad Media.Hoy en día serían cerraduras oxidadas según este bello poema.Eso es el progreso.
ResponderEliminarUna poesía sutil y preciosa. No me caben más palabras, me quedo con esas y con la admiración y el alma llena de sentimientos profundos...
ResponderEliminarUn abrazo.
El amor no necesita cerraduras ni llaves, el amor es la llave.
ResponderEliminarBuen poema.
Saludos.
Un excelente poema. La nostalgias lleva a puertas con cerrojos oxidados, pero aún así siempre hay una llave que todo lo abre. Nuestros actos y episodios pasados nunca nos abandonan, nos constituyen.
ResponderEliminarFULLLLL, TREMENDO POEMA!!!! EL AMOR EN SIGNIFICADO REAL.
ResponderEliminarUN ABRAZO
¿e
ResponderEliminarEs que va a ser que el amor eros dura para siempre? No sé no sé... Supongo que es cuestión de buscar siempre desde dentro.
Gracias Amando por tu poesía. Un abrazo.
Qué bello lo que has escrito, un abrazo.
ResponderEliminarAmando
Feliz semana.
Y si nos pusieran cerraduras, supongo que el amor se trataría de buscar las llaves correctas. Siempre. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarque bella poesia ...buenisimas metaforas...beso
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu poema, Amando, y el cierre sensacional, te felicito, un abrazo.
ResponderEliminarEl verdadero amor es pillarse los dedos con todas las puertas y gritar de entusiasmo (no existe dentro o afuera, abierto o cerrado, sostenido o doblegado, puerta o cerrojo).
ResponderEliminarUn poema que me sugiere la complicidad de nuestro interior con los sentimientos que alberga. Es allí donde el amor se cobija y aunque sea ligera la imagen del pasado, esa que tenemos en la memoria, alguna vez queremos revivir. Los sentimientos guardados y custodiados en nuestra profundidad no precisan aldaba, son propiedad de nuestro espacio secreto y ahí, bien guardados, solo nosotros, desde adentro podemos percibir y acariciar como única vivencia. Abrazos Amando.
ResponderEliminarBello¡
ResponderEliminarGran poema, Amando, enhorabuena. Un abrazo. Comparto.
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