En algún momento de su vida, quizá durante la imprecisa juventud, se le infiltró una idea. Ocupa, desde entonces, su cerebro. Dirige sus
pasos, ordena el trastero de su existencia. Le hace infeliz, sin duda, en ese
mundo rebosante de felices seres sin ideas.
También le hace peligroso, entre tantas mentes inofensivas. La autoridad
le controla a distancia. Él sabe, y acaso
espera, que un día le obligarán a pasar por el quirófano para extirpar esa
patología al acecho, la imprevisible amenaza entre neuronas.
Pero la peor pesadilla siempre está dentro. Su idea, vengativa y cruel
como corresponde, le aborrece. Torna su vida insufrible, le amarga los días sin
disimulo. Proyecta en secreto abandonarle, aprovechando un rato de lectura, la
digestión de una fabada, el partido de fútbol a media tarde.
Parecería que la intrusa alberga, a su vez, otra idea única:
desinstalarse para siempre de su opresor, diluirse en el escepticismo, en el
vacío, incluso. No soporta la rareza, esa lacerante diferencia del ser donde
habita de inquilina.
Probablemente -las especies en extinción son así de gregarias- tampoco
soporta la soledad.
Muy bello lo que has escrito, me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo para ti, feliz semana.
Pues se me estaba ocurriendo algo, pero se me ha ido de la cabeza, se encontraría solo también. Que digo que no se te da mal a ti tampoco la prosa compañero, je je. Siempre con ese poso, claro, ese olor a verso escondido.
ResponderEliminarAbrazos, siempre abrazos.
Pensamos en cómo nos afecta a nosotros esa inquilina y no pensamos en lo que siente ella. Reflexionar sobre ello sería una buena idea para estos días. ¿Deciden las ideas instalarse en nosotros para evitar la soledad? hummmm.
ResponderEliminarFilosófico martes.
Abrazos Amando.
Un texto extraño, para leerlo con calma o para mentes mas despiertas. Un abrazo
ResponderEliminarun tema complejo la soledad...creo q hay q saber transitarla amigarse y aproverchar lo bueno que ella tiene...que tengas un bello dia
ResponderEliminarAmando, tus escritos nunca son banales; tienen el quid de la cuestión escondido entre sus líneas.
ResponderEliminarLa inquilina del cerebro de este sujeto le incomoda, le aisla, pero no voluntariamente, sino porque viene a ser como la "oveja negra"; un raro especímen entre lo cotidiano.
Tal vez él preferiría no tener ideas excepcionales, muy personales, y sentirse gregario junto a los demás que fingen tanta felicidad.
Amando, tener ideas propias y ser coherente con ellas, trae complicaciones, no lo dudes.
Narras muy bien; desde el principio mantienes el interés.
Un abrazo
Todo es cuestión de enfrentarse cara a cara. Mantener un lucha con nuestras mejores armas, entonces la destruimos. Cualquier mal del espíritu sea sencillo, sea tremendo, tiene un remedio ¿pero cual?. A veces por cusas orgánicas necesitan medicación para superarlas pero, la mayoría es plantarle un cara a cara.
ResponderEliminarNo es cosa de asustarse porque entonces esa idea se hace más grande y nos puede. La cosa es enfocarlas de manera sencilla y con el corazón en la mano. Entonces algunas ideas huyen con un soplo. Otras mas importantes intentan sobrevivir pero con un poco de valor, se vuelven gallinas.
Reconozco lo complicado del asunto pero, vivir con pesares es muy duro y la vida muy hermosa...
Es cuchen ustedes una canción de Antonio Vega: "Lucha de gigantes". En algún momento he luchado contra miedos y odios: Luchen ustedes porque son lo que más valen y si hace falta, busquen ayuda.
Admirable la originalidad literaria que siempre tienen tus textos, Amando, y éste sin ninguna duda lo es. Te dejan la necesidad de volver a leerlos. Me encanta ese mezcla poética envuelta en lo cotidiano.
ResponderEliminarUn auténtico disfrute leerte.
Abrazos
Esa inquilina que albergamos en nuestro corazón, siempre despierta, siempre al acecho de inadir la escalera y ahogarnos con su derroche de inmensidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
UNA idea, sólo una, y solita, parece que sobra para los felices seres sin idea.
ResponderEliminarEs una idea genial la tuya y seguir tu pensamiento es complicado y agradable a la vez.
Abrazos, amigo raro, único, singular.
Son las especies en extinción las que permiten avanzar. No debemos permitir que desaparezcan esas ideas por muy solas y abandonadas que se sientan.
ResponderEliminarUn besote.
Genial relato Amando. Espero (de esperanza) que sea tan solo ironía y nada más quién da pie a este texto. Aún así da un poquito de mal rollo leerlo. Parece bastante real.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Esto es como tener el enemigo dentro y fuera de casa. Una lucha tremenda.
ResponderEliminar"... rebosante de felices sin ideas". Lo he pensado muchas veces.
Me gustó mucho. Reflexiones, buenas reflexiones.
Bicos.
No les gusta el cromosoma pensador, por eso hay que proteger las mentes despiertas.
ResponderEliminarAbrazos compañero.
Volver de vacaciones y encontrar un texto así, es muy gratificante. Me gusta mucho tu forma de contar, hilar fino, llevar la narración y una estocada final que te deja sin aliento. Muy bueno. Beso enorme!
ResponderEliminarQué de problemas se suscitan cuando hay alguna idea que no encaja en la cabeza del pensador: la idea se siente extraña, sola y él invadido y paranoico.
ResponderEliminarUn gran abrazo, Amando.
Me resultaría difícil que en la blogosfera no existiera un reducto con tu nombre. Hace tiempo, que para bien o para mal, me etiquetaron como rara avis.
ResponderEliminarUn abrazo, Anna
pensar que un pequeño corto circuito bastaría... pero no, que salga y vuele y se revele.
ResponderEliminarGenial.
Abrazo.
DEBERÍAS CORTARLE EL ALQUILER. JEJEJJE. FULLL GENIAL COMO SIEMPRE.
ResponderEliminarUN ABRAZO BROTHER
Pues vaya con la inquilina. Como dice el refrán: " no eramos bastantes y parió la abuela"
ResponderEliminarAbrazos, Amando
Fina
La idea insoportable de soportar la idea!
ResponderEliminarLas especies en extinción padecen esa rareza de tener infiltrada una idea. Eso es lo que las hace diferentes. Y ya sabemos que la sociedad no tolera lo diferente.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Abrazos de atardecer.
HOLAA TE INVITO A PASAR POR MI BLOG! http://elritualdelaamistad.blogspot.com.ar/
ResponderEliminarme ha encantado, uno de los mejores y más originales relatos que he leído últimamente. volveré a pasarme. dejo mi blog por si quieres devolverme la visita, es http://alejandrovargassanchez.blogspot.com saludos
ResponderEliminarSiempre tu toque personal.
ResponderEliminarPues yo tengo unas cuantas de esas ideas invasoras, pero no me hacen infeliz, al contrario, me ayudan a transitar por la vida, con una ligera esperanza...
Muxu
Hola, me encantó el relato y prometo volver pronto, ya te sigo para no perder tus escritos.
ResponderEliminarGracias por compartir. Ojalá mi blog te guste también, ya . Buen fin de semana.
El inquilino no soporta al casero y el casero no soporta al inquilino, odian las rarezas del otro, no se dan cuenta de que los puntos comunes, les hacen tener un sentido.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato. Enhorabuena
ResponderEliminarun abrazo
fus