martes, 4 de febrero de 2014

Chándal en la memoria



                      A Tomás le conmovía la barriga levemente elíptica de aquel chaval, el abandono flácido del elástico sobre la cintura del chándal. Se detenía, Tomás dentro de su traje impecable, mirando al muchacho gordo, frente al escaparate que exhibía repuestos para bicicletas. Observaba aquel cuerpo oscilante, su vaivén de músculos en fuga, los inversos pasos del tiempo hostil en esas piernas que marcarían para siempre las diez y diez.

             Al principio lo veía pasear con la abuela, un amasijo de retales negros sobre arrugas en desbandada. Tiempo después, era la madre quien lo acompañaba, quizá la abuela había partido de viaje. La madre tenía un gesto resuelto, propio de quien suele ocupar a la carrera el asiento libre del bus. El chico, sin embargo, mantenía una dignidad de perímetro al sol, como los tentetiesos que Tomás detestaba en su infancia.

           El día previo al retorno ensayó la prueba decisiva. Se detuvo junto al escaparate de repuestos para bicis. Cuando se cruzó con el adolescente en chándal, Tomás fingió un desvanecimiento. Se oyó pedir auxilio a la madre. Eso sí, sin acercarse a aquel individuo que tanto la perturbaba.

              Mientras un transeúnte le tomaba el pulso, Tomás alcanzó a ver al chaval, quizá por última vez. Tensaba con indiferencia el elástico del chándal, sin vislumbrar su porvenir de tipo serio, algo fondón pero elegante. Un tipo que se desvanecía de pronto, bajo los soportales, cuando no era reconocido por su propio ayer en chándal.

35 comentarios:

  1. Vaya sorpresa nos dejas al final. Magnifico. No me gusta el chándal. Saltibrincos

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  2. Casi nostalgico. Me encanta. Me quedo por aqui dando una vuelta
    Un saludo coleguita

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  3. Lo que fuímos y lo que somos.Ese recuerdo siempre está ahí, a veces vuelves a él con delicadeza, otras lo apuñalas.Aprendes a vivir con él, si te quieres un poco.

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  4. Consigues, querido Amando, darle la vuelta al unto de vista convencional. Es un texto delicadísimo y emocionante. El ensayo general, trae recuerdos inevitablemente a Tomás y a quien sea.
    Muchos besos, una vez más, conmovidos.

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  5. Me apunto a la revolución de los gorditos Amando, pero... ¿El uniforme tiene que ser un chándal...? Jo.
    Abrazos (a una cintura de distancia).

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  6. Un ensayo a lo que fuimos. Nunca fallan. Recordar sólo tiene sentido cuando se escribe.

    ¡Un abrazo!

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  7. Wow ! Sin duda un tema delicado pero interesante la menera en que lo has redactado.Buen blog. Saludos.

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  8. Nuestro pasado no nos reconoce, sin embargo está ahí, recordándonos los que fuimos.
    Muack.

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  9. Sorprendida y encantada por el final...
    A veces el pasado vuelve de forma misteriosa para decirnos que la vida es un suspiro, entre otras cosas.
    Me gustó.

    Un abrazo.

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  10. Amando, has escrito un impactante relato. Dos personajes en uno, pasado y presente que conviven en el interior de cada persona.Muestras una exquisita sensibilidad.
    Enhorabuena.

    Un abrazo.

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  11. ¡Ay de aquel que niegue que usó esas prendas...! Yo las llevé, sí.
    Un saludo
    JM

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  12. Los músculos en fuga, acumularon grasa alrededor. El tipo acabó deseando montar en bici, como aquella verde que viera en la infancia, para sentir el aire en la cara, degustando el sabor y sintiendo el olor a velocidad infantil.

    Un abrazo.

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  13. Magnífica ficción, Amando. Todo el relato es buenísimo pero el final te deja absolutamente apabullado.
    Me ha encantado. ¡Que bien escribes!.
    Un beso.

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  14. Me ha costado tres lectura llegar a entender casi todo el relato. Al final no sé si el observador es consciente de ver su pasado (cosa extraña que no se reconociera). No sé es normal que un chico no se reconozca en el futuro, ni su madre. Quizás me haya perdido.

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  15. Toparse con el pasado es tremendo, pero que no te reconozca... Al fin y al cabo hay pasados muy desagradecidos.
    Tierno y bonito, Amando.
    Un beso.

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  16. Mejor empezar gordito y volverse algo fondón pero elegante que al revés. Insoportable el viejo gordito en chandal.
    Fuga, desvanecimiento, desvanecerse son palabras claves del relato.
    Un abrazo.

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  17. Y ahí está el pasado... Volviendo cuando le apetece y recordándonos lo que sucedió. Nada más quimérico que pensar que podemos escapar de nosotros mismos. Muy bueno! Toda una delicadeza.
    Un beso, Amando.

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  18. Me costó entender lo que quieres decir e igual sigo sin saberlo:)
    Me pareció la historia de un hombre que quiere saber si ha cambiado mucho desde su adolescencia. Regresa a su punto de partida. Y me temo que sí que descubre que lo hizo, quizás solo le quede la imagen de aquel chaval en chandal.
    Interesante juego presente pasado presente en el que parece que te manejas bien.
    Bicos.

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    1. Uff, menos mal, pensé que era el único que no entiende el relato del todo. Las frases finales no son claras. Ya nos contará el autor donde quiere que nos perdamos, jeje.

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  19. Narras con ese toque mágico de nostalgia de la niñez, que en cierta medida todos tenemos y que al mirar (nos) en el espejo de la realidad generalmente nos negamos a reconocer

    Mis cariños,

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  20. Un viaje al pasado ¡pudiera ser¡, asi lo percibí tal vez, porque mas -menos me quedaba así la ropa y mis rodillas torcidas hacia dentro ni entonces marcaba la hora y ahora puede marque una hora de otro hemisferio al querer disimular lo imposible.
    Me he introducido en mi memoria , pero no me desmayé al reconocerme ahora, claro que cambió mi físico pero aquella también soy yo.

    Besos fuertes ♥♥

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  21. Parece que no pudo adelgazar mucho, pero por lo menos ya no usa chándal y el traje disimula las formas elípticas
    Muy bueno, Amando.
    Abrazo.

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  22. FULLL BROTHER. SIEMPRE GENIAL.
    UN ABRAZO

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  23. Una excelente simbiosis de pasado y presente donde el tiempo va difuminándose ante los ojos del personaje, su propio tiempo, su propio pasado; tal vez porque no desea recordarlo...
    Abrazos
    Fina

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  24. Volver al pasado de manera tan sutil
    es ingenioso.
    Me ha encantado.

    Un abrazo

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  25. Cruel este relato de mirada retrospectiva. Muy bueno.

    Abrazos triples.

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  26. Así es, miramos atrás con la sorpresa reflejada de lo que fuimos, vernos en lo que nos hemos convertido a veces es un alivio o un suplicio.
    Impecable Amando, como siempre.
    Un abrazo.

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  27. Me ha resultado muy profundo tu relato. Besos
    Feliz semana. Lindo día tengas, Un abrazo.

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  28. Quizás todos tengamos un ayer del que desprendernos por razones obvias de tiempo. Supongo que lo peor sería el relato a la inversa. Pretender desprenderse de aquello que aún no ha sido pero que avistamos de forma inexorable. Bufff. es lo que tienen tus relatos... tanta trascendencia.,,
    Abrazos amigo.

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  29. Por mucho que su fachada hubiese cambiado seguía siendo el mismo niño acomplejado. Da lástima la sociedad que hemos creado.
    Un saludo

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  30. En la adolescencia siempre hay "problemas" reales o "invetados":el demasiado flaco,el de los granos,el solitario en la clase,el incomprendido....,en esa búsqueda de uno a la edad adulta ta marcada por estereotipos sociales.Tú relato me ha dado que leer ,quizás porque con el tiempo recordamos lo mejor de ella y ,tú haces que cierre ese capítulo con un desvanecimieto provocado ante los ojos de su madre,esa madre pertubada por su propio hijo ya adulto"Tan duro como real ,en tantos casos....Para reflexionar,Amado.Un placer

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  31. Por cosas como estas creo que la inspiración se encuentra en cualquier rincón. Y gracias a Dios. Un saludo. http://elchicodelmetro.blogspot.com.es/

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  32. En algún lugar oculto de la mente siempre hay algo que no logramos superar del todo por mucho que nos disfracemos.
    Me gustó el blog,, con tu permiso me quedo.
    Saludos

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  33. Siempre el ingenio y la transcendencia, hacen únicos tus relatos.

    Mi admiración, siempre.

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  34. Siempre es una delicia leerte, derrochas talento en esta visión que se dirige hacia el pasado. Abrazos.

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