Esperar-te, sentir cómo se enciende
la luz del descansillo
cuando vienes, descubrir
cuando vienes, descubrir
esos zapatos de los tenderetes
que alejan a zancadas los
recuerdos,
no comprar nada en el quiosco
de los deshabitados
(bueno, en todo caso, un
coleccionable
mirarte a los ojos sin saber
que estoy en ellos…
He
de aprender
tantas lecciones fuera de los libros,
mañana empezaré, me lo he propuesto
con esa voluntad de los farsantes
que me ocupa.
Pero luego has llamado
a la puerta, y me has pedido
algo de pan rallado. Está visto,
para huir de mí mismo necesito
sacar los sueños de tu vecindad,
y eso es difícil, estando de
inquilino.
Mejor lo dejaré para otro día,
olvida el pan rallado y entra.
Del poemario Toda esa semántica de las emociones, ganador del Premio José Rguez. Dumont. Órgiva, Abril 2015
Críe que esas cosas ya no sucedían. Me ha dejado las expectativas saciadas, siempre me gusta lo que y como escribes. Abrazos
ResponderEliminarDeliciosa muestra de ese último poemario premiado en Órgiva que nos deja con los dientes largos. Un verdadero placer adentrarse en esa "Semántica de las emociones", Amando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Excelente poema, me quedo con esa habitación que invita a caminar juntos en la senda interior; un lugar sin puertas que abre lo cotidiano en nuestros días. Un abrazo entrañable, aunque esté lleno de errores y dudas. Un abrazo.
ResponderEliminarDelicadísimo poema. Mi enhorabuena por el merecido premio. Un abrazo.
ResponderEliminarUna delicia de poema. Enhorabuena.
ResponderEliminarA través de tí, el pan rallado es una exquisitez...............
ResponderEliminarEmociones a mares, siempre, tus poemas.
ResponderEliminarOtro abrazo para tu colección.
Aquí la semántica de las emociones se viste de intelectual, porque cada minucia cotidiana es tratada con la profundidad filosofal de la realidad. Me late.
ResponderEliminarSaludos.
Cruzo oscuro en pensamientos de luz. A veces quiero decirte algo como honda es mi pena en el sentir. A veces me hablas muy cerca, a flor de mi imagen en tus pupilas...Paseas conmigo por calles desiertas con gente en los bares y en los super. Camino por nuestra calle y cuando paso por tu bloque junto al mío, sólo me acuerdo de tí. Por cosas cotidianas te enredas en mi pensamientos por compartir más que nada, corazón...En mi tierra de soledades nunca falta la sensibilidad en tierra de vecinos extraños. Procuro ser buena persona, educado, quizás sencillo. El mundo gira en nuestro vecindario como una balón de futbol que no sabe dónde irá ni a qué pies de niño. Entro en casa con hambre de tí, de mí, de compartir cosas que llevo cocinadas en mi cabeza para ofrecerte ¿un beso? ¿una mirada en tu pupila?. Pongo música, me he comprado el último de Jason Mraz y me alegra...Llaman a la puerta, abro y eres tú.¿Tienes pan rallago, qué música más bonita?. Sonrío y te dejo pasar...
ResponderEliminarAmando me encandilas con tu semántica de sentimientos, tan sencilla y bellamente asomando por la puerta entreabierta de tu casa-alma.
ResponderEliminarPor tan solo encontrarte en el ascensor o en el descansillo de la escalera...¡Quién fuera tu vecina !
Enhorabuena por ese premio y gracias por compartir emociones con nosotros.
Un abrazo
Tan bello y romántico como los sueños mismos ...
ResponderEliminarUn abrazo Amando.
Es cierto que hay mucho que aprender fuera de los libros, aunque este coleccionable sobre esencias de amor es imprescindible. Pero cuando la vecina esté irresistible...
ResponderEliminarEmbrassades.
Siempre me quedo en tus poemas rumiando ese romanticismo que te caracteriza, a veces nostálgico otras melancólico, pero esta vez rozas o profundizas en ese romanticismo nada empalagoso que arrastra la necesidad de conocer y sentir.
ResponderEliminarTe felicito por ese premio, eres magnífico, Amando. Grande!!!
Abrazos muy fuertes.
Hay muchas cosas que no se aprenden en lo libros, y sin saber exáctamente dónde, creemos que lo sabemos todo,
ResponderEliminarPreciosa poema, desde la melancolía. El pan rallado cómo el perejil, sirve para abrir puertas, entre otras cosas.
Abrazos.
ResponderEliminarQue bello, Amando, la sensación mientras lo lees, y allá al final, "..olvida el pan rallado y entra"
Gracias por la belleza, y un abrazo
m.
Muchas felicidades dede Frias y no pares lo haces muy bien
ResponderEliminarSiempre dejar la puerta abierta por quien pueda llegar... Me gusta la combinación de imágenes de un alto lirismo con otra más cotidianas (como el pan rallado); consigue que el poema sea muy cercano.
ResponderEliminarUn abrazo, Amando.
ESCRIBES DEL PUTA!!!!! FELICITACIONES BROTHER!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Hola Amando, una poesía intimista que escribes con el don de tu pluma, gusto leerte.
ResponderEliminarBesos fuertes,
tRamos
Difícil hacer planes honestos de futuro con la tentación al otro lado de la puerta y, sobre todo, con tanta escasez de pan rallado :).Genial, como de costumbre.
ResponderEliminarFeliz semana.
Me llegó, me llegó...Tiene más miga que granos tiene ese pan rallado del que hablas...
ResponderEliminarAbrazo, Amando
Fina
Pase y me preguntaba si tendrías pan rallado (Necesito hacer unas milanesas)
ResponderEliminarEsto es bellísimo:
…He de aprender
tantas cosas fuera de los libros.
Y esto:
…mirarte a los ojos sin saber
que estoy en ellos.
Y todo.
Tu musa es buena Amando. Sabe lo que siente, y como decirlo.
Un abrazo