Vi a la mujer de Lot
parar un taxi,
sentarse con alivio,
remover su tristeza y
murmurar
las sílabas melladas
de un destino,
parecía una simple
turista con su mapa
en el recuerdo,
tenía gafas de sol,
el cuello dislocado,
y la
amargura
de quien sabe perdido
el paraíso
sin descifrar el mal
que esconde un simple
escorzo de nostalgia.
se fundió en una
esquina, con su imagen
exiliada sobre el
poliuretano
del asiento trasero,
esa mirada, siempre esa
mirada
de futuro en sazón,
esa mirada
donde reconocer
cada una de las
calles, todos esos
rincones luminosos
que aún guardaba en
la memoria insomne
de un ayer sin sal ni
condenados.
Giró el taxi al final de la avenida,
perdí entonces el
rastro
de la mujer que un
día tuvo nombre
(Edith, o acaso el
nuestro)
y movía con gracia su
cintura
antes de aquella
rigidez severa,
esa mujer que siempre
quiso mirar
y
ver…
Nunca más supe de
ella, aunque imagino
su figura furtiva
presa en el arrabal
de una certeza,
ahora que Lot no
estaba, y la ceniza
cubría de silencio
todos los callejones
de esta vida
-tan parecida a
aquella, y tan distinta-,
ahora que Lot no
estaba,
ella intuía
la crueldad extrema
de ese dios:
restituir sus ojos
para grabar en ellos la
sentencia,
hacerla otra vez tierra,
devolverle la sangre
y los recuerdos
cuando
a su alrededor todo era estatua.
Premio Certamen Poeta de Cabra. Madrid, octubre 2015
Premio Certamen Poeta de Cabra. Madrid, octubre 2015
Un poema sublime con un final tan estremecedor como el ritmo admirable que fluye en todo el poema. Mi enhorabuena y alegría por el premio, Amando. ¡Que gusto da leerte!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Brillante!!!
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre he pensado que ella inventó la historia para cambiar de vida. Hoy muy original tu puesta en escena de unos versos rítmicos. Un abrazo
ResponderEliminarEnhorabuena por el premio, querido amigo, un poema excelente que deja en tu escritura un paso más de buen hacer. Un abrazo.
ResponderEliminarFelicidades. Merecido premio. Me quedo con el ritmo que consigues, en una mirar atrás infinito, doliente, prendido a las pestañas del futuro en letras de sangre.
ResponderEliminarUn abrazo
Que bueno, que a través de las letras y por tu buen hacer hayas recibido este premio Enhorabuena. Me ha encantado leerte! Saludos
ResponderEliminarTodas tendremos algo de Edith en algún momento dado, supongo ... Gran poema Amando, hace pensar ...
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Un tema bíblico llevado a la actualidad con tu pericia habitual.
ResponderEliminarFelicitaciones por el premio, muy merecido.
Un abrazo.
¡¡Enhorabuena!! Un taxi y una figura bíblica, hicieron un excelente guiso.
ResponderEliminarAbrazos a pares.
Enhorabuena, Amando, por este premio. He disfrutado con la lectura de este gran poema. Un abrazo.
ResponderEliminarUna demostracion más de tu buen hacer. Merecido premio, Amando
ResponderEliminarUn abrazo
Fina
Simplemente se encuentran los tiempos de la mujer de Lot, y nuestros tiempos por la misma avenida de las estatuas de tierra.
ResponderEliminarMe conmueve este texto con su paso urbano.
Saludos.
Antes de nada... Felicidades por ese premio y después decirte que me ha encantado beber nostalgia en tus versos, será porque el otoño hace de complemento perfecto.
ResponderEliminarAbrazos, siempre, Amando.
SENCILLAMENTE MAGISTRAL!!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Enhorabuena, Amando! Me ha conmovido el poema; ese viaje en taxi hacia la nada; al volver la vista contemplamos un mundo de estatuas, de corazones helados.
ResponderEliminarGenial esa fusión de lo bíblico y del mundo actual.
Un abrazo.
Buen poema, Amando, enhorabuena por el premio. Un abrazo.
ResponderEliminarSupongo que tendrá los ojos que brillan detrás de sus gafas de sol esa mujer que mira y ve, a pesar de lo malo que puede estar un escorzo de nostalgia. Contundente el castigo que explicas.
ResponderEliminarEnhorabuena y abrazos, Amando.
En ambas mujeres, la de sal, y la que se aleja en un taxi, se vislumbra una tristeza existencial que no tiene fin: la soledad.
ResponderEliminarEnhorabuena de nuevo.
Respira ecos de eternidad. Magnífico, como todo lo tuyo.
ResponderEliminarAbrzo de siempre.
Esta mujer siempre me atrajo,desde aquel internado en que la conocí en una de aquellas terribles clases de religión...¿se merecía tan terrible castigo solo por mirar cómo la furia divina achicharraba a toda una ciudad? Ya entonces creía que no,que era inocente.Más tarde,cuando conocí mejor el asunto, no solo lo creí,lo confirmé...el dios hebreo no admitía ningún tipo de disidencia.
ResponderEliminarLo que nunca se me ocurrió es escribirle un poema e hice bien,nunca hubiera llegado a la altura del tuyo.Mi enhorabuena Amando.
Un abrazo
Brillante!
ResponderEliminarY dónde estará ahora...
Hermoso poema. Felicidades por el premio que sin duda mereces.Ha sido un placer leer tan bellas letyras.
ResponderEliminarun abrazo.
Enhorabuena. Besos.
ResponderEliminarun poema estupendo, felicidades. ya ni te acordarás de mí, pero por mi culpa es, debería seguir con más frecuencia a los poetas q me gustan y no trastear tanto por las comunidades. un abrazo, y q sigan cayendo premios.
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