La muerte, ayer, del comprometido Tabucchi, me trae a la memoria su librito "Los tres últimos días de Fernando Pessoa", y los más de setenta heterónimos que habitaron al silente poeta portugués.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Homenaje a ambos, la relectura de Pessoa en este enlace:
No hay comentarios:
Publicar un comentario