A Nuria
Lobo, entre resplandores de queimada
Me
gusta hacer trampas cuando juego. Trampas para perder. Esconder un as bajo los
sueños, por ejemplo. O arrojar al olvido la mano ganadora. Me gusta hacer
trampas para perder. Resulta tentador el gesto del vencedor cuando abandonas,
la palmada condencesdiente por la espalda, el hilo de ternura destilado en la
mirada triunfante de quien ignora el precio de su victoria...
Me
gusta hacer trampas para perder. Es mi táctica preferida, y me va bien con ella,
incluso he alcanzado un cierto prestigio en los casinos de las relaciones. No
va más. Lo pone en la solapa del instructivo Manual sobre ludopatía de los
sentimientos: En el azaroso juego de la
vida, todo vale.
Las instrucciones eran precisas.
ResponderEliminarEl premio era dejar caer al rey,
suavemente sobre el tablero.
Porque después de este gesto,
se abría el juego de la conquista,
el de la victoria sobre otro corazón.
El verdadero acicaque del juego.
Un abrazo.
"Esconder un as bajo los sueños"
ResponderEliminarEso es lo que nos gustaría a más de uno hacer.
Nunca se sabe quien, gana quien pierde o quien se lleva la triunfante soledad de los sueños.
Muy bueno Armando. Abrazos.
ResponderEliminarYo hacia trampas para perder al parchis con mis hijas pequeñas. En lo demás siempre quería ganar, esa competitividad que llega hasta las relaciones personales. Ya no.
No me gusta perder,
ni ganar,
ni jugar…
En el casino de las relaciones juego y sin querer, siempre pierdo. Yo soy el as que persigue el sueño.
ResponderEliminarUn abrazo, Amando.
P.D.- Sin haberlo deseado me ha salido un pareado.
ResponderEliminarExcelente táctica para sentirse bien, cuando la felicidad de los otros importa mas que la propia.
bella manera de expresar los sentimientos.
Todos hacemos trampas, sobre todo a nosotros mismos. No hay nadie en quien confiemos más, en esos casos. Somos unos autocrédulos perfectos.
ResponderEliminarUn abrazo Amando, si ten enteras de donde lo tienen aun ese "manual", no dudes en decírmelo.
Muchas gracias Amando.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. ¡Por fin una explicación a los juegos que pierdo! :-)
Un beso enorme
"Esconder un as bajo los sueños", que no bajo la manga, que eso está muy visto y parece que funciona menos que tu táctica.
ResponderEliminarQuizás esté jugando a perder queriendo ganar y juego sin más esperando un cambio extraordinario, o fuera de lo común... A saber qué nos depara el tiempo y tanto juego en el que acabamos apostando de todo menos fichas.
Un abrazo, es estupendo.
PD: Esta entrada va de cabeza a mi lista de favoritas.
bueno, para variar se invierten las victorias, o no, más bien sus formas.
ResponderEliminarOriginal texto.
Saludos.
No me importa ganar o perder, pero me encanta hacer trampas, sobre todo en compañía. Incluso las anuncio, para que la gente atienda. Y me divierto muchísimo.
ResponderEliminarLo tuyo es otra cosa, mas poética y más tierna.
Joder, ha sido precioso. Sorprendente al principio cuando después del "Me gusta hacer trampas" llega la inesperada aclaración, "Prampas para perder". Astuto el jugador de las relaciones. Todo vale en la guerra y en el amor. Y acaso en el juego. Porque el amor también algo tiene de juego y de guerra, aunque sea más bello que cualquier batalla y mucho más serio que cualquier competición.
ResponderEliminarAs de corazones, no soy muy conocedora de estos juegos, pero sin lugar a duda, es el máximo valor en el amor y esconder un as de corazones como anhelo o perder conscientemente, puede tener un doble sentido. Nunca se sabe quien gana o pierde cuando termina una relación. No se puede alardear del aparente triunfo. Hay quien desarrolla una habilidad especial para alcanzar el reconocimiento, dejando de arriesgar, es otra forma de ganar en el amor. En el arriesgado pasatiempo de la vida todos ganan, todos pierden. Es curioso, si relacionamos el relato con la queimada, a la que se atribuyen facultades curativas y de protección, puedo concluir diciendo que -no hay mal que por bien no venga- Teniendo en cuenta que esta bebida tomada en compañía sirve para estrechar lazos de amistad y para animar los corazones... Bebamos pues queimada. Un abrazo
ResponderEliminargracias por compartir lo tuyo con nosotros
ResponderEliminarbellas letras
Agradezco tus palabras, Armando, pero sobre todo agradezco que me leas. Claro que es importante.
ResponderEliminarTe mando un abrazo de vuelta.
Ya sabes cuánto admiro tu forma de escribir. Me lo llevo, con tu permiso o sin el. Muchos besos
ResponderEliminarOle ole y ole...
ResponderEliminar¡qué suerte haberte encontrado por estos mundos!
dos abrazos y un beso (o dos)
Inteligentísimo texto, fascinante.
ResponderEliminarAbrazo.
Inteligentísimo texto, fascinante.
ResponderEliminarAbrazo.
Me encantó el primer párrafo y el comienzo del segundo, con su final en no va más. Suprimiría lo otro (si me permites la aportación), me despista, creo que confunde el sentido de lo anterior. Un abrazo
ResponderEliminarHermoso! La vida con sus juegos...a veces gana el que aparenta perder con sus trampas pues aun la victoria esta en los ojos de quien juega...me gusto!
ResponderEliminarsaludos,
ResponderEliminarAdmirable texto tanto en su brevedad como contenido. Un gustazo leerte siempre, Amando. Abrazos.
Las estrategias son producto del conocimiento del entorno.
ResponderEliminarNunca he tenido una baraja ¿me habré perdido algo?.
Singular, como tu sólo sabes.
Un abrazo
En el juego del amor lo importante es jugar, aunque se hagan trampas para perder y duelan.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios.
Un abrazo grande,
Eva.
No hay mayor éxito que el fracaso, pero el fracaso no es ningún éxito. Oscar Wilde escribió algo terrible y certerísimo: " Un hombre que aspira a ser algo separado de sí mismo, siempre logra lo que se propone. Éste es su castigo. Quien codicia una máscara termina por vivir oculto tras ella "
ResponderEliminarEs verdad. El verdadero castigo de los que aman, al igual que los ambiciosos de los que habla Oscar Wilde, no es fracasar en sus sueños; es lograrlos...
Un abrazo fuerte.
Muy bien contada la historia de este jugador que pierde para salir ganando, al menos hasta que no se encuentre una jugadora más tramposa que él.
ResponderEliminarUn abrazo
Una buena táctica para sufrir lo menso posible y salir airoso de cada emboscada amorosa lo malo es que el azar le regale una buena jugada y no sea capaz de levantarse de la mesa y rechazarla.
ResponderEliminarBesos ludópatas.
En la vida no todo es ganar, pero la forma de perder también es importante, la tuya… la mejor de todas, porque lo haces sin que te cause daño. Muy bonita entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarComo en la vida misma, siempre existen las trampas, de todas formas, también hay que saber perder.
ResponderEliminarMe ha encantado tu frase: "Esconder un as bajo los sueños".
Un beso.
Quizá alguno lo llame masoquismo, pero a lo mejor no lo es. Es muy difícil hacer trampas para perder, pero muy difícil.
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