... Bebo otra vez, y dejo caer el resto
de cerveza, lentamente, sobre la fotografía. Debo despedirme de la mentira de
los sextobés. En un instante apenas, se desdibujan los recuerdos entre un
charco dorado. Quizás, a estas alturas, Gómez Recio está enfermo, sometido a
radiaciones en algún cuarto aséptico. Merino puede ser un honrado y triste padre
de familia, Juárez un divorciado en crisis, y Heras, un empresario que, cada
día, elige una corbata a juego con su traje gris de superviviente. ¿Qué decir
del padre Ródenas? Deduzco que estará
muerto, pero de vivir tendría más de cien años, y ya no podría levantar al
flaco León –ahora menos flaco y menos rebelde- agarrándole por las patillas.
Quizá, de una forma u otra, todos,
también yo, que no me reconozco en la foto, estemos muertos. Es muy posible,
cavilo mientras saco otro botellín de la nevera y degüello su chapa como si
fuera un recuerdo. A tres metros de mí, sobre la mesa lacerada, esa
cartulina del pasado se retuerce en humedades, desdibujando para siempre
aquellos rostros de sextobé. Buenos tiempos, aquellos, aunque entonces no fuéramos
capaces de comprenderlo. Bebo, ustedes comprenderán.
Maravilloso texto.
ResponderEliminarCreo que quizás sí, todos estemos muertos, muertos aquellos seres en crecimiento de los sextos que no entendían que eran felices, y ahora sólo seamos fantasmas de otra época.
Buenos tiempos, aquellos.
ResponderEliminarY buenos tiempos estos, dentro de cinco o seis años...o mañana.
Si es cierto lo que dices, y no es solo literatura, entonces no se que decirte, mi sexto fue radiante, pleno y lo sabía, lo disfruté. y seguí creciendo y viviendo cada curso, cada año, cada momento hasta llegar aquí, nunca he perdido el tiempo esperando el futuro. Pero me voy a tomar una cerveza (a la hora del aperitivo) a tu salud. Feliz día del libro
ResponderEliminarLo que fuimos y vivimos, para eso no hay vuelta atrás, solo recordar y como la memoria suele ser muy selectiva... Algunos se han reconvertido, otros reconducido para conformar lo que somos hoy, ahora mismo. Aunque pienso que siempre queda algo de ese tiempo pasado, eso que precisamente nos hace volver al recuerdo, porque no podemos olvidar que fuimos, como todo lo que eso implica. Lo del presente, aquí está, jugando buenas y malas pasadas, pero es lo que hay. Morimos, como bien dices, cada día que nacemos en el presente y eso no lo remedia, como decía uno de mi pueblo "ni dios". Siempre fueron buenos tiempos, se suele decir, si comparamos los de ahora, pero de todos se saca algo positivo. Es normal emocionarse, como no, cuando tornamos al pasado. No me extiendo más que no voy a dejar papel para los demás. Es emocionante leerte. Un abrazo Amando.
ResponderEliminary ¡salud! Amando!
ResponderEliminar"nunca seremos más jóvenes que hoy"... asique a disfrutarlo aunque ahora tampoco podamos comprenderlo...
un abrazo
Pasete por mi blog, hay una sorpresa !
ResponderEliminarTe ganó la nostalgia en su cara mala, Amando, y es que esa señora tiene mucho arte para embaucarnos a la mínima de cambio. Además, me han soplado que anda compinchada con el tiempo.
ResponderEliminar¡Salud y pásame una cerveza!
"y Heras, un empresario que, cada día, elige una corbata a juego con su traje gris de superviviente."
ResponderEliminarTrabajamos para vivir... para SOBRevivir... pero a menudo vivimos para trabajar.
¿En qué queda, entonces, nuestra vida? ¿Vivimos realmente?
Ay, el paso del tiempo no perdona a nadie. Implacable y cruel. Se lleva lo mejor tan rápido... cierras los ojos, un parpadeo, y ya está. Ya pasó. Demasiado veloz para valorarlo... aunque todavía soy extremadamente joven, a veces siento esa sensación, con cosas concretas. Es un sentimiento tan inherente al ser humano que no es difícil de comprender. De hecho, a veces me preocupa, e incluso me asusta, pensar en cómo me sentiré dentro de diez años. De veinte. De treinta... cuando sea, en una palabra, mayor. Y después, viejo.
Comprendemos, comprendemos. La nostalgia y la tristeza de lo que no volverá atrás a menudo es demasiado insoportable como para seguir despierto (o sobrio). ¿Quién sabe si sigue vivo el que se siente así?
Sólo espero que te queden aún algunos años, y que sean por lo menos algo felices, querido Nuño.
No somos lo que fuimos. Nos vamos adaptando a los tiempos reinventándonos cada mañana. Pero qué bonito fue lo que vivimos!!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Amando y brindemos por esos recuerdos.
Mi novela Ágrafa describe el lugar de mi infancia y adolescencia. Aquel lugar, como España, también tuvo su Imperio y lo perdió, también tiene ese orgullo del que ha fracasado por circunstancias ajenas o por su propio exceso de espíritu. Pero a diferencia del resto de los pueblos, se ríen de su derrota y la desprecian, hay una mezcla de estoicismo y epicureismo que les permite gozar de lo que tienen como si coincidieran exactamente con lo que quieren...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Cualquier tiempo pasado es ayer pero a veces, por estos tiempos que sufrimos, son mejores que el hoy.
ResponderEliminarBebamos pues con los brazos enlazados, amigo.
pd
¡vaya susto me diste, cuando quise comentar esta entrada me dijo que el blog había sido borrado! ¿fueron los duendes o tocaste donde no debías? ;)
Bebe moderadamente...
ResponderEliminarSe feliz moderadamente y mira el pasado con el rabillo del ojo para no perder de vista el presente.
Besosss.
Beber, en la soledad del cuarto de revelado.
ResponderEliminarUn abrazo Amando.
Bueno , he leído la primera y la segunda parte y no puedo negar que algo de tu nostalgia llegó hasta aquí ( aunque ella es íntima amiga mía) buenos recuerdos, como decía cortázar cada vez iremos sintiendo menos y recordando más . :( ( es mentiras también seguimos sintiendo y mucho)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Comprendo Amando. Lástima que no me guste la cerveza, puedo hacer lo mismo con vino. Éramos felices entonces y no nos dejaban serlo. Esa es mi foto de sexto... (es curioso, no recuerdo si era A o B)
ResponderEliminarUn beso de hoy, Amando.
Yo siempre quiero pensar que lo mejor está por llegar, aunque en tu texto se hace una apología a eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Desgraciadamente ahora vivimos una época que da pie a pensar en ello.
ResponderEliminarBuen trabajo Armando. Un saludo.
En esta entrada hiciste como Munch, quien decía: "pinto de memoria las impresiones de mi infancia"
ResponderEliminarTe aseguro que has echo muy bien en deshacerte de la foto o...no? Crees tú que sus caras y recuerdos se han ido de tu memoria? Parece mentira Armando que te comportes como un adolescente! Son tus coleguillas de sexto b no la mula de un gitano!
ResponderEliminarAunque me ha puesto a que sé cúanto vale una docena de huevos a que tienes por algun cajón alguna otra foto de tus compis de sexto be.
:)
Fantástico como siempre.
Un abrazo.
jajaja, eso de beber como recuerdos es peligroso!!..yo me ahogaría con la cantidad de alicientes alcohólicos que consumía en el pasado.
ResponderEliminarSalud!!!
Te lo decía en Sextobé 1, no miro estas fotos. Ahorro la cerveza que las borra y las siguientes para olvidar.
ResponderEliminarMe encanta el porvenir que imaginas para tus compañeros.
¡Salud! Amando y un día quiero compartir contigo unas copas de Bordeaux aunque no tengo nada en contra de la cerveza.
No, no éramos capaces de comprenderlo. Tu texto me recuerda unos versos de Jaime Gil de Biedma: ..."que la vida iba en serio/ uno lo empieza a comprender más tarde" Afortunadamente, la niñez y la juventud, son la edad de la inconsciencia por muy responsables que resultemos entonces, si no fuese así ¿en qué apoyaríamos nuestra supervivencia y nuestra capacidad para superar los fracasos?
ResponderEliminarUn abrazo.
Los recuerdos a través de fotos amrillentas tiene la virtud de demostrar que el tiempo pasa, que ella nos lleva por los caminos que no pudimos intuir.
ResponderEliminarEsa certidumbre que rebate lo sensación de seguir recordando a los compañeros en la imagen fija de los recuerdos enquistados.
Buen post. La foto de orla...hay que ver qué de mensajes lleva enganchada en un marco. Un abrazo.
ResponderEliminarLo pienso muchas veces: Por qué tenemos la manía de recrear recuerdos, aunque duelan?...
Beso de buenasnoches.
Comprendo, lo comprendo...pero ¿A que has esbozado una sonrisa recordando? Sguro que sí, aunque esté impregnada (o llena) de melancolía y añoranza.
ResponderEliminarBesos,
¡Dios! Cómo me reconozco etnre tus recuerdos...Yo también fui de sextobé y me regusta recordar, aunque se me anude el estómago.
ResponderEliminarSigo por las sombras. Un Abrazo.
¡Qué tiempos aquellos! los que ya no volverán, pero nos quedan los recuerdos, esos nadie nos los podrán quitar.
ResponderEliminarUn beso.
Fueron no sólo tiempos mejores, acaso o casi los mejores tiempos... A pesar de lo gris de la época, a nosotros nos sobraba luz, con o sin padres Bárcenas, irradiábamos la luz... Bebamos cerveza, siempre es mejor que proyectar la sombra del futuro.
ResponderEliminar