Volví a casa, pero no era mi
casa (Juan Bello)
Has vuelto. Hastiado, confundido,
el tiempo te ha traído de regreso.
Sabes que nada queda
de aquellos callejones con farolas
donde la noche era siempre una promesa.
Huele tu barrio a soledad y orines
-es posible que ya ni sea tu barrio-,
y donde estuvo tu hogar ahora se anuncian
rebajas de entretiempo.
Son las
tuyas.
Piensas que, si te apuras,
las mentiras que un día te acunaron.
Aunque ya no te importe. Ni tu ayer,
ni el pasado escrito en esas líneas
paralelas de tu caligrafía.
Aunque ya no te importe
desembalar ese temblor a rayas
del aprendiz en besos y pupitres.
Aunque ahora tu sonrisa sea ceniza,
rescoldos de aquel tiempo
donde amor era más que un sustantivo.
Este texto, que me permitió compartir celebración y antología del I Certamen Umbral de Poesía, en Valladolid, se inicia con una cita de Juan Bello, poeta gallego que mañana recibe en La Casa Encendida el premio de Poesía Joven de RNE. Os dejo enlace a su imprescindible blog:
La imagen corresponde a una vivienda de La Prospe, mi barrio, en Madrid.
Emotivo y hermoso poema del barrio, Amando, aunque sean las sonrisas de ceniza al recordar los callejones con farolas...¡Un honor para la "prospe" ser escenario de tu infancia y conservar tu conmovedora fidelidad!.
ResponderEliminarAbrazos, muchos.
Desde luego que tú sí que sabes de erizar los bellos del cuerpo con tus palabras... Precioso.
ResponderEliminarUn abrazo Amando.
En mi barrio, justo en lo que fue mi casa hoy se levanta un Corte Inglés, es muy triste, estar pisando mi cuarto de estar y no ver la mecedora. Un abrazo y felicidades
ResponderEliminar"aunque ya no te importe"... el sentimiento a que más miedo le tengo... y el que más deseo!
ResponderEliminarreiterativa como siempre... quedo conmovida con tus poemas!
un abrazo,
O cuando la melancolía se embellece hasta la hermosura.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Gracias por ese nuevo enlace. Algún día las neuronas dirán basta, explosionarán por exceso de información, pero, entre tanto seguiré descubriendo versos que no escribí, porque no eran míos, pero me hubiera encantdado hacerlo.
Siempre quedan regueros...aunque ya no importe...
ResponderEliminarAbrazos
Fina
Querido amigo, el amor es siempre más que un sustantivo, es una puerta franca que nos muestra lo mejor de nuestro interior. Ha sido muy grato sumergirme en tus versos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Armando. Mañana estaré en Madrid para recibir el premio, así es. Pero seguiré dejando cosillas en mi blog, no lo dudes.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo (y gracias de nuevo por este homenaje!!)
No puedo ni siquiera visitar las casas de mis abuelos o de mis padres. Y desde el domingo no reconozco mi país. Es lo último que me duele muchísimo.
ResponderEliminarAbrazos.
He entrado a tu casa y me he sentido muy bien, luego, he leído ésta joya de letras que tenías aquí, al alcance de todos, y me ha gustado sobremanera...
ResponderEliminarSiempre, siempre: Un abrazo.
Un hallazgo sin duda hermoso en su sencillez, creo que tenemos que leer mucho más de lo que hacemos, ¿Quién sabe lo mucho que nos perdemos? Bien traído Amando, un abrazo
ResponderEliminarLe llamábamos melones y arreglaba sombrillas. Lo cabreábamos. A Servando le decíamos ¡¡Servando patas colgando!!. Era el peluquero de la calle con mujeres semidesnudas en almanaques para la ocasión. Isabelita "La fallá" por fin se casó y se fue de la calle. Adriana era muy enamoradiza y escuchábamos sus cartas de amores imposibles en Radio Atalaya, hasta que se quedó embarazada que aqui, decían las mujeres que le habían hecho una barriga. Rosilla pasaba por la puerta de mi casa con una piara de mulos y a veces de cabras que no paraban de peerse y de cagar. Yo me sacaba mi pito para orinar en medio de la calle y al sol; le decía a mi madre que era "La fuente gominosa". Hacíamos apedreos con los de la calle del Cerro yo yo quemaba las sillas de mi casa a escondidas en el cuarto de aseo. Mi primo me dijo que los niños vienen al mundo de juntar el pepe con el pito, se lo dije a mi madre y ami tia....se morían de risa...Mi primer día de escuela fue mortal para mi libertad y recuerdo que la pilicía municipal, me llamó para testificar sobre un robo que cometí con el tonto de la calle. Yo le comentaba al agente en intringulis del robo y mi madre lloraba,,,Recuerdo que había fotos de los criminales más buscados de España. Mi amigo Luis me enseñó a ordeñar sus vacas y hasta me llevó al casamiento de alguna con un toro...Por las noches mi madre le decía a mi padre que no se tirara esos pedos tan asquerosos porque la cama era suya y se la regalaron sus padres para el casamiento. Mi devertían los payasos de la tele los sabados, cuando mi madre me lavaba en un baño sin bañera ni ducha. Mi abuela estaba ciega por la diabetes y yo ponía la luz de una lampara en mi cara y le preguntaba si me vía, pero decía que había muy poca luz...
ResponderEliminarDe aquello años ahora, mi calle se ha tranformado. Justo enfrente donde vivo, aun se mantiene tal cual la casa de mi amigo Luis. Guardo recuerdos de cada rincón...Me acuerdo de Vicente cuando se tragó un duro y a Mariana cuando la atropelló una moto y murió por un derrame. Recuero la muerte de mi abuela cuando al amanecer mi madre lloraba al entrar en mi casa...De todo y cada rincon de mi calle tengo un recuerdo.
Hace unos años, asfaltaron de nuevo mi calle. Yo sabía que se iban muchos recuerdos, y así fué. De aquella gente aun quedamos los originales para bién decir pero, todo ha cambiado. Guardo recuerdos entrañables que se encadenan unos de otros y que por ello, aun viven de alguna manera en mi familia y amigos, vecinos y gente que nos nos hablamos por cosas de la convivencia....
Es enriquecedora la vida cuando se guarda con el corazón y más, cuando esa vida, eres tú...
El regreso al pasado, lleva de la mano al desencanto.
ResponderEliminarEnhorabuena, compañero.
Gracias, Un abrazo.
ResponderEliminarLa vida es como la recuerdas (ya lo dijo Gabo), ahí se queda detenida, en el recuerdo que es. Al regresar no regresas, habitas otro instante, que luego en un futuro será también otro recuerdo. Formamos parte de ello, que importante es tener esa consciencia.
ResponderEliminarUn buen poema.
ResponderEliminarTODO NOSTALGIAS.
ResponderEliminarUN ABRAZO BROTHER
Encontrar la propia vida sobre la manta de un mercadillo de miseria cuando uno solo pretendía dar un paseo.
ResponderEliminarFelicidades Amando.
Siempre abrazos.
Me gusta. Me gusta mucho. Extrañamento bello ese plasmar de un recuerdo en la mirada, eternamente.
ResponderEliminarUn abrazo.
El imparable paso del tiempo que, cuando lo vemos, como aquí, sobre algo tan entrañable como el lugar donde crecimos, nos agobia doblemente.Y surgen, como por arte de magia, todos los fantasmas y todas las alegrías de una infancia ya irrecuperable..."aunque ya no te importe", al menos no tanto como antes.
ResponderEliminarExcelente poema, Amando.
Un abrazo
Este es el retazo más hermoso que la resaca del domingo ha dejado en la playa de tu memoria. No es nostalgia, Amando, no conoces la nostalgia. Pero la nostalgia sí te conoce a ti. Hablaste muchas veces con ella, pero apenas puedes recordar algunas palabras, incluso de las que oíste y dijiste cuando todavía no estabas borracho por culpa de ella. Es el eco del desamparo que sentiste al marcharte de allí, una cuchillada penetrante y larga que horadaba tu cuerpo y que erróneamente pretendías curar, avivándola, respirando el aroma de la soledad y de los orines. Todo eso pasó, pero quedó el recuerdo en la piel de ese desconsuelo abisal, inefable, que nunca dejas de sentir cuando vuelves y no la reconoces.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Volver al lugar que te crió es como mirarte en un espejo detenidamente.
ResponderEliminarMe gustó bien el poema.
Besos.
"Aunque ahora tu sonrisa sea ceniza,
ResponderEliminarrescoldos de aquel tiempo
donde amor era más que un sustantivo"...Me has dejado sin sustantivos ,ni adjetivos...Muy bueno tu enlace).Gracias, Amando
Lo mágico de las letras es que aún cuando destilan nostalgia, tristeza, tú lo bordas y logras una joya muy bella. Y le has hecho honor a la cita de Juan Bello. Un abrazo fuerte, amigo.
ResponderEliminarUna nostalgia de barrio que, aunque esté dedicado a la "Prospe" se puede extender a cualquier escenario en el que cada uno haya pasado su infancia. Melancólico y hermoso.
ResponderEliminarEse barrio de ayer... de entonces, cuando el primer amor, tal vez.
ResponderEliminarbesosnostálgicos
De pronto me dio miedo envejecer y sentir la soledad de este poema. Quisiera ser joven por siempre.
ResponderEliminarYo no volví a mi vieja casa de la infancia... tampoco era ya mi casa. Sé que la demolieron. No me importa demasiado, lo más bello que se gestó allí fueron mis ansias de lectura y mis sueños de escribir.
ResponderEliminarTu poema es precioso... y siguen las felicitaciones.
Abrazo, Amando.
El dolor de lo que fue no es
ResponderEliminarY mientras escribis vas limpiando lo que ha quedado dentro de ti
Volver al ayer, pasear por sus rincones y descubrir que ni nosotros somos los mismos ni los lugares son lo que eran. Enhorabuena Amando, te felicito de corazón. Gracias por dejar palabras de aliento en mi blog.
ResponderEliminarAbrazos y buen finde.
Aferrarse más de la cuenta a esos tiempos puede aparejar demasiada nostalgia. Buenos versos.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Es un enorme placer leerte. Saludos desde el otro lado del Atlántico, desde Uruguay.
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