sábado, 14 de abril de 2012

Jaqueca en el Titanic

            Lamentable, darling. Tanto movimiento y tanto ruido. Y toda esa gente alborotando por los pasillos… Cómo lamento, darling, haberme embarcado en este cucharón. Hasta gentuza viajando en tercera, esos irlandeses que escandalizan la vista desde las cubiertas. Y encima, ahora la luz, que se apaga cuando quiere. Así no se puede dormir, darling, eso lo comprende cualquiera. Además, tengo el estómago revuelto. Mira que poner salmón pochado con salsa muselina en la cena de gala… Una falta de elegancia, darling. Claro, con un capitán que se apellida Smith, ignora la etiqueta y no sabe llevar como es debido el uniforme, qué se puede esperar…

         Oh, my god, qué horrendos gritos… Esto es insufrible. Todo este alboroto más propio de un muelle de Londres… Así no puedo dormir, darling. Cuando lleguemos a Nueva York, pones una reclamación en la White Star Line. Es vergonzoso, sencillamente vergonzoso. ¿Dónde vas, darling? No me dejes sola ahora, me siento mal… Pide al servicio que me traigan las sales, creo que me estoy mareando.  Seguro que el filet mignons Lili no me ha sentado bien. ¡Espera, darling! No te vayas, precisamente ahora que me asalta esta espantosa jaqueca. Tienes que conseguirme hielo, mucho hielo, darling… De verdad, podría jurarlo, no pueder haber nada más horrible que esta jaqueca…

(Madrugada del 14 al 15 de abril 1912, frente a las costas de Terranova)

1 comentario:

  1. Amigo Amando:
    He estado viendo las últimas entradas de tu blog y te felicito porque su lectura es muy agradable, fácil y amena. Este pequeño relato sobre el Titanic es muy bueno. Efectivamente, hielo iba a tener, ja, ja. También me gusta mucho tu sección "999 caracteres o menos". De los últimos, destaco el de "Aburrimiento de los otros". Gran mordacidad y fuerza. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar