martes, 29 de octubre de 2013

Recomponer la partida

           
       
            En mitad de la vaca decisiva, la sota de espadas atraviesa el corazón del jugador de mus y se pone en fuga. Las cartas con figura son así, parece. Mientras la UVI móvil evacua el cuerpo desangrado, sus compañeros debaten con angustia las posibles alternativas ante la situación creada.


         La solución encierra una incógnita difícil de despejar. Pueden reanudar el juego, encontrar un sustituto para la víctima… Pero, ¿cómo recomponer la baraja, ahora que uno de sus naipes –ése sí, irreemplazable- huye del mazo, sospechoso de asesinato? ¿Cómo reanudar el juego, si falta una de esas incertidumbres de cartón con las que solemos envidar al futuro?



35 comentarios:

  1. Envidar al futuro y nos falta una incertidumbre, pienso: - si es una metáfora-
    LA VIDA ESTA LLENA DE INCERTIDUMBRES, es cuestión de comenzar otro nuevo periodo, aparecerán más y más asesinos y victimas. El jugador no cambia, por ende siempre tendrá su baraja completa más o menos desgastada según los años de partidas con la propia vida.

    Besos siempre fuertes ♥♥♥

    p.d. aclararte que me siento algo examinada y quizá mi comentario no es muy acertado, utilizo una desgastada carta de vergüenza por si...

    ResponderEliminar
  2. Interesante relato reflexivo sobre las cartas de la vida, esas que se reciben a lo largo de ella en una partida que tiene un final claro: el de perder. No es lo mismo nacer en el palo de oros que en el de bastos. Para mí esa pérdida de una de las variables del juego (sociedad) hacen que algunos (los diferentes) no puedan seguir jugando. O cambiamos las reglas o el juego se viene abajo. En fin, Amando, que los microrrelatos son cajas mágicas de la imaginación, o una baraja nueva con distintas jugadas. Por cierto ese "vaca" me gusta, tu procesador de texto te ha dado una palabra marcada.

    ResponderEliminar
  3. No entiendo nada de cartas , pero te dejo mi abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Soy buena jugando al póker pero eso de la vaca no termino de entenderlo. Debe ser cosa del Mus, y ahí sí que me pillas en off.
    Ximens me da soluciones hermenéuticas pero sigo sin tenerlo claro, quizás porque estoy acostumbrada a tu claridad expositiva.

    Namasté.

    ResponderEliminar
  5. Iremos de farol, y así hay más emoción. Las reglas del juego son un obstáculo a veces.
    Un saludo
    JM

    ResponderEliminar
  6. Sí le dejo la espada clavada, alguien podría ocupar su lugar, je je.
    Que diferente sería la vida si las barajas vinieran con unos cuantos naipes con el anverso en blanco, para estas circunstancias. Yo creo que a todos nos faltan cartas en el mazo, pero solo echamos en falta los triunfos.

    Abrazos Amando, sigue cantándonos las 40.

    ResponderEliminar
  7. Cuando el juego lo juega a uno.

    ResponderEliminar
  8. Hay cartas que si faltan resulta muy difícil seguir el juego. Habrá que inventar algo, mmm, ¿no valdría una sota de armas biológicas, esas que tanto cabrean a Obama?
    Un abrazo, siempre, :)

    ResponderEliminar
  9. Yo soy más bien de tute, al mus no sé jugar.
    Y en el tute, los que llevan la voz cantante (por aquello de cantar las cuarenta) son el rey y el caballo, mientras que la proletaria sota no pinta apenas nada en la partida. Tal vez por eso, esta de espadas, se ha ceñido el pañuelo con los colores republicanos y, harta de tanta monarquía absoluta y absolutista, ha tirado por el camino del medio y se ha cargado al rey..¿de espadas? . Yo creo que es más bien el de oro...no sé, me pega más.
    Cómo verás Amando, del texto hablo poco pero con la imagen me he montado mi propia historia por lo que pido disculpas, pero era tentador...quien sabe, tal vez esa "incertidumbre de cartón" no se haya ido muy lejos.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. Soy la única de mi casa que no juega al mús, pero creo que puedo entender lo que dices, podrías haberl repartido para un tute. Las cartas juegan con nosotros pero podemos engañarlas, incluso hacer trampas. Un abrazo

    ResponderEliminar
  11. Qué bueno eres! Con la excusa del juego y esa ironía tan tuya (que ya sabes, me encanta) lograste un texto universal: las traiciones, las incertidumbres, los juegos interrumpidos por los avatares de la Vida... Este es de concurso, amigo! Abrazo y felicitaciones!

    ResponderEliminar
  12. No sé jugar al mus pero ví las cartas en un tren. Se parecen un poco a las del tarot que se usan también para la cartomancia. Así que entiendo que hablas de futuro, de suerte, de azar, de envite... Gracias por darme un pretexto para pasearme en el diccionario durante un buen rato.

    ResponderEliminar
  13. Porque, al igual que en el juego, si falta una carta...no existe la partida

    ResponderEliminar
  14. Prosa suigéneris, amigo Amando. Y...anda que no se escabullen muchos "PALOS DE BARAJA" por las alcantarillas...

    Un abrazo

    Fina

    ResponderEliminar
  15. Bonito blog, hermosa manera de expresarse.
    Te sigo espero que puedas visitar mi espacio.
    http://eldiariodedanielamay.blogspot.mx/
    Saludos n_n

    ResponderEliminar
  16. Como la vida misma, si falta una carta, pieza, persona.... nada puede ser lo mismo, difícil continuar.
    Con tu forma de verlo todo nos arrastras a una reflexión muy personal.
    Abrazos Amando.

    ResponderEliminar
  17. Amando, soy un cero al as para jugar a las cartas. Ni con la escoba de quince me atrevo.
    Pero igual disfruté de la metáfora y de tus mordacidades.
    Abrazo, sin barajas.

    ResponderEliminar
  18. Las cartas estàn echadas y no podemos seguir con una sota asesina.
    un abrazo

    fus

    ResponderEliminar
  19. Sin incertidumbre no hay juego...., hay que pasar página y buscar nuevas ecuaciones que resolver donde haya un misterio menos peligroso que la espada de una sota.
    Abracitos Amando

    ResponderEliminar
  20. Como sota de copas ando vagando sin ligar un órdago a la vida. El asesino sospecho que es el envidioso caballo de bastos, pero prefiero guardar silencio y no prestar declaración hasta que llegue el juez supremo, y desde la papelera, en el mazo de barajas que vamos tirando, se haga un balance de este paso por la mesa.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  21. ¿Cómo recomponer la partida? Difícil respuesta la que nos deja este inquietante texto buenísimo en forma y contenido.

    Un abrazo, Amando.

    ResponderEliminar
  22. Como Soco, no entiendo nada de cartas, pero sí que acabo de reparar en la fotito que está a la izquierda del blog…¡Es bella! Parece sacada de una película, qué bonito. Me encanta el color, el corte de pelo y la ropita! Amo las fotos de la niñez-lejana.
    Un beso Amando.

    ResponderEliminar
  23. A FALTA DE UNA CARTA, SE DEBE CONSTRUIR UNA PROPIA SENDA. FULLL TEXTO, MUY REFLEXIVO.
    UN ABRAZO

    ResponderEliminar
  24. Es tremendo cuando el estoque viene de donde menos se lo espera, incluso de lo más insignificante. En algunos casos, hasta nos deja fuera de la partida.
    Lo leo como una gran metáfora y me llega, me llega mucho.
    Un abrazo, Amando.

    ResponderEliminar
  25. Eres genial con las metáforas, saludos y felicitaciones.

    ResponderEliminar
  26. Jugadores hay hasta debajo de las piedras. Nos cargamos a las cuatro sotas y reinventamos el mus. Jejejeee...

    ¡Qué ingenioso eres! Feliz noche de lo que celebres. Abrazos, Anna

    ResponderEliminar
  27. Los duendes han tenido a bien devolverme la facultad de regresar, estimado poeta. Espero que no vuelvan a enredarme.

    Un par de abrazos

    ResponderEliminar
  28. Varias reflexiones se pueden hacer
    tal vez razón profunda tuvo la sota de hacer justicia por su mano y coartarle la cabeza al sudo -dicho
    por qué no?...hay a veces que las ideas que no sirven hay que arrancarlas de raíz( valga la analogía)
    aunque grotesco parece verse que una mujer sostenga la cabeza de un hombre...
    al revés en algunas culturas del hoy estarían muy de acuerdo...por lo que sea...
    bueno esa es una mirada
    me gustan las cartas...me dicen que la vida mas de las veces es un juego...duro de tranzar con ella misma...
    porque nosotros nos perdemos en sus laberintos.

    ResponderEliminar
  29. Me temo que de mus estoy pez lo que conlleva que me cueste tanto trabajo desenredar el entuerto que propones. Aún así creo que la mayoría de las incógnitas son difíciles de despejar... Abrazos Amando.

    ResponderEliminar
  30. ¡Buenísimo! Me ha encantado.

    Abrazos al descubierto y sin fuga.

    ResponderEliminar
  31. Relato fascinante, muy sugerente e inquietante. Me ha gustado. Felicidades Amando. Un beso

    ResponderEliminar
  32. No juego al mus pero sí a la vida. Tu texto tiene todos los ingredientes de una vida-novela negra, y una buena pregunta, crucial diría yo: qué sucede después?
    Un abrazo, querido y sutil Amando.
    Anne

    ResponderEliminar
  33. La vida es una incógnita en continuo movimiento. Es como un juego de naipes. A veces se avanza hacia el futuro y otras, permanecemos inmóviles, nos estancamos en un presente que nada nos puede ofrecer. Cuando nos falla o desaparece de nuestra vida la oportunidad de crecer, nos vemos incapaces de afrontar lo que está por venir. Si nos falta esa sota de espadas, encargada de darnos oportunidades, de encontrar salidas a las dificultades, sota que yo llamaría "perseverancia", disposición que tenemos para resistir el día a día, nos vemos desnudos, desprotegidos y no avanzamos hacia un futuro. Las personas a lo largo de nuestra vida, van y vienen, algunas desaparecen, nos pueden influir o no, pero solo nosotros somos capaces de resistir ante las adversidades. Un abrazo grande Amando.

    ResponderEliminar
  34. Vengo de leer un artículo de Pérez-Reverte que me ha hervido la sangre (te dejo el enlace por si te interesa
    http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/156/mujeres-como-las-de-antes/). No me importaría que este señor fuera jugador de mus y que se encontrara una sota de espadas como la de tu baraja, una pena que en el envite de la vida a elementos como este no les salga el naipe de la parca.
    Me hubiera gustado decirte, solamente, lo mucho que me ha gustado pero no he podido contenerme.
    Un saludo y unas disculpas.

    ResponderEliminar