jueves, 21 de junio de 2012

Cirugía, fútbol y materias viscosas

           Podía ver mi propia operación reflejada en los focos del quirófano. El vidrio esmerilado del reflector situado sobre mi abdomen hacía de pantalla. Me encontraba sereno, como si observara, desde una camilla, la intervención de otro. Es lo que tiene la epidural, pensé, mientras oía a todos aquellos cuerpos embatados en verde, comentar el último partido de España en el Mundial.
          Así, pude ver con claridad como me recolocaban la hernia inguinal, afincando luego en mis tripas una malla protectora. También, y eso me extrañó más, como el cirujano extraía entre mis tripas un pedazo de materia viscosa, que creí identificar como mi alma. La observó un instante, sin interés. Luego, la depositó sobre la bandeja de los residuos. Pasaron a suturar, tarea concluída.
         -Menos mal que Iniesta siempre aparece –comentó alguien a quien no pude reconocer, estaba fuera de mi foco delator.
        -Menos mal –asintió el enfermero jefe.
         No me quedó más remedio que coincidir con su opinión. Los seres des-almados, contra lo que se cree a menudo, tendemos a ser mucho más condescendientes. En las cuestiones importantes, se entiende.

4 comentarios:

  1. Yo creo que no era el alma, esta se encuentra cerca del corazón, entre los pulmones, y no es viscosa, más bien es oscura y no se deja arrancar fácilmente. No abandona su víctima hasta que no acaba con ella... es así de caprichosa.
    Enhorabuena por un nuevo relato-sorpresa...

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  2. ¡Qué bueno! Tampoco creo, que se tratara del alma. Me ha gustado mucho y espero que ya estés estupendamente, si ha sido el caso. Un beso.

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  3. Aun cuando fuera el alma (¿entre la tripa????) no seriás condescendiendente con cosas menos importantes que el fútbol, como la ironía, el humor, o si fuera el caso me voy a otros parajes. ¿Hasta luego?

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  4. Caro amigo:

    Creo en el alma y en Dios.

    Y si a cada uno nos pudieran extirpar el alma quizás descubririamos que probablemente nos hemos servido de todas nuestras virtudes para cometer todos nuestros pecados.

    Un abrazo fuerte.

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