A Juan, por la idea, y por su conocimiento...
De pronto, el hombre con traje a
rayas recuerda. Ha dejado la llave del gas abierta, y una vida sin
vivir. Frenazo, giro de ciento ochenta grados, retorno fugaz a lo que pudo ser…
Ahora sí, de
nuevo al volante, y con la llave del gas convenientemente cerrada, el hombre con traje a rayas se
aleja para siempre. Y ya no recuerda nada.
Esa falta de recuerdo última me preocupa. Eso sí, al menos cerró el gas.
ResponderEliminarUn abrazo, Amando.
¿Sigue vivo?
ResponderEliminarSaludos
A todos nos ha apetecido alguna vez dejar todo a un lado y empezar de nuevo, darnos una nueva oportunidad cuando la angustia nos envuelve y remontar como el ave Fenix.
ResponderEliminarEl trabajo, eterno rival de "vivir la vida".
ResponderEliminarTrajes sin vida... A veces, es necesario "plantarse el chandal cargado de nuevas metas" que está esperando al otro lado de la puerta. Una abrazo.
Volver a empezar. Besos
ResponderEliminarIrse, sí. Alejarse pero volver a cerrar el gas. ¿Estamos tan prisioneros de las costumbres y de las obligaciones?
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, a empezar de nuevo...y olvidar las ganas de morir.
ResponderEliminarBesos,
AL FINAL CERRÓ ES DECIR ESPRANZADOR Y VOLVER AL EVANTANTARSE NO QUEDA DE OTRA, UN ABRAZO DESDE MI BRILLO DEL MAR
ResponderEliminarEs la carroña que entra en la sien y nos loda las neuronas, no nos deja pensar ni ser lo que somos. Abrazos
ResponderEliminarMorir para volver a recomenzar en una nueva vida, una nueva oportunidad, porque las esperanzas no deben nunca de perderse.
ResponderEliminarMe gustó tu microrelato, Armando.
Gracias por tus comentarios dejados en mi blog.
Yo también te sigo.
Un beso.
Rápido y fugaz como la centella. muy acertado en los recuerdos tu prota.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo . . . y no olvides cerrar el gas, por si acaso....
Es mejor esta manera de volver a empezar que la primera que se intuye. Se camina más lejos y más cómodo sin tener cargas en la espalda.
ResponderEliminarMe pasa lo que a Isabel. Tiene dos interpretaciones ese final. Me gustan las dos. Besos
ResponderEliminarNo recuerda nada. Mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Las segundas partes, pueden ser buenas aliadas de un renacer. Y de una nueva partida.
ResponderEliminarEl reflejo del traje a rayas, con su simetría amoldando las articulaciones al hecho de agacharse a cerrar la espita, es lo que yo imagino. Y me gusta la imagen.
Un abrazo.
GRACIAS.
ResponderEliminarSi es que ya dicen que lo urgente nos impide encargarnos de lo importante. Un gran retrato de la vida actual. Genial Amando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me preocupaba que al volver para cerrar el gas no fuese capaz de marchar de nuevo. A veces es difícil desligarse de esos apegos que nos atan a las rutinas tóxicas. Te lo digo yo, que de eso entiendo un rato.
ResponderEliminarMejor ese giro de 180º sí... mucho mejor. Todos tenemos derecho a empezar tantas veces como la vida nos empuje a ello.
ResponderEliminarUn abrazo