Me pides que
te diga adiós en cien palabras, como máximo. Exigencias de la tecnología
amorosa. Mejor así, supongo. Siempre resultaron incómodas las despedidas
largas. Ya llevo veintiocho, creo. Además, nosotros ya nos habíamos dicho todo,
sería absurdo ponernos a hablar precisamente cuando nos alejamos. Mejor que
hablen nuestros abogados, que no tienen límite de palabras en sus argumentarios
procesales. Me entra prisa, ya ando cerca de setenta. ¡Uff! ¿Uff cuenta? Si
cuenta uff, ya son setenta y nueve. Si no cuenta, ochenta y dos. No hay quien
lo entienda. Como el amor. Cuenta uff. Noventa y ocho. Te quiero.
Amor constreñido en 100 palabras. ¡Muy bueno!He estado leyendo tus últimas obras, lo cual lleva su tiempo entre 999 caracteres,tantocuantología, etc.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por los premios y por la musa que te inspira! Me encantan tus poemas y relatos. Me gusta especialmente tu capacidad para la sorpresa y la ironía que utilizas de forma magistral (Método, Ministros de Economía- rescate, Vacaciones diferentes...)
Seguiré disfrutando con tu blog. Un saludo
Mucho mejor un adiós en cien palabras que un tuit de 140 caracteres o un texto. Sí, cuenta uff y sobre todo cuenta el "te quiero" final.
ResponderEliminarDe todas las cosas, la que mejor hace el hombre es despedirse.
ResponderEliminarTienes razón, en el fondo sobran 98
ResponderEliminarA veces para decir adiós no hace falta ni una sola palabra. Con un gesto puede llegar a ser suficiente...
ResponderEliminarAbrazos,
Pepe Gonce