El sábado pasado, a la sombra del Molino de la Bella Quiteria, de Munera, recibí entre gachas, queso, y tajadas de matadero el primer premio de su XXXVII Concurso de poesía. Marco cervantino, con aroma a bodas de un tal Camacho, sueño de su fundador Enrique García Solana, que alimenta su viuda Amparo y sus descendientes/as. Amigos y vino, qué voy a contar...
El poema (colgado en Tantocuantología) habla de pizarras y de alumnos, de soledades sobre el encerado, de puntos que se inventan futuros, y de las geometrías de los sentimientos. O algo así.
Vaya rollo la geometría, vaya rollo la incógnita de la utopia, especialmente cuando lluevan tangentes Y paralelas. ¡Qué bien ser de ciencias Y de letras!
ResponderEliminarEnhorabuena, Amando.