Me acordé de ti esta nochevieja
sabiendo que no existes,
hacia la quinta uva, más o menos,
puse en reset el hilo de memoria
que me conecta aún con la esperanza
Poco después, mientras entrechocaba
y escuchaba reir a la impostura,
susurraste en un off de polvorones
retornos en vena, vendré, dijiste,
antes que se deshiele el sentimiento,
hacia la madrugada comprendí el motivo,
siempre eliges fechas desoladas,
te conozco, no quieres confundirte
con las flores que, en falsas primaveras,
maquillan los ramajes de la ausencia.
El clin clin sonoro de los vidrios es mágico: No lo olvides la próxima vez que brindes.
ResponderEliminarMe ha gustado tu rinconcito. Besos.
Me llega y me emociona este poema, esa relación entre esperanzada y desolada con una fecha que a todos nos incita a hacer alguna que otra reflexión, un tuteo entre desengañado y expectante.
ResponderEliminarEstá claro que no nos atrevemos del todo a dejar de soñar, pese a los años que nos recuerdan lo terriblemente perseverantes que somos, inmunes a millones de batacazos. Quizá ahí estriba el secreto de estar vivo.
Amando, son curiosas las casualidades, pues hoy me he llevado una alegría al verte por mi blog y ayer mismo estuve por aquí y me encomendé la vuelta para gozar de este espacio con un poco de calma.
Me gusta lo que expresas y cómo lo expresas, tu mirada inteligente, así que te acompañaré siempre que pueda.
Un abrazo.
Armando, nostálgico poema ... de seres que aparecen justo en ese momento. Una dicha y una pena ...especial en esos instantes.
ResponderEliminarMe encantó. Un abrazo
La poesía, acude algunas veces, en labios de un recuerdo que no llegó a florecer. Algunas veces se disfraza de nostalgia, otras de vehemencia y a veces de tranpantojo de sueños.
ResponderEliminarBello. Nostálgico. De alguna forma bello en la nada que acaricia, con manos de desvarío.
Un abrzao.
Siempre pensé que esos segundos de transición tienen algo de abismo. Si uno sobrevive, se aferrará de nuevo al asfalto y sobrevivirá a través de la rutina a los vaivenes del calendario. Pero qué peligrosos esos instantes de lucidez, caprichosos, que nos sobrevienen en las horas de las brujas. ¿Entiendes ahora por qué Cenicienta tuvo que marcharse justo a las doce de la noche?
ResponderEliminarFeliz 2013
Fantasmas del pasado y del futuro en la nochevieja. Fantasmas de medianoche, tristes o esperanzadores.
ResponderEliminarUn poema que llega hasta mi a pesar de la distancia.
Ese hilo de memoria que conecta con la esperanza que no te falte amigo, es muy importante! Le debemos mucha vida.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Un abrazo.
Precioso poema. Me encantó. Concha.
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ResponderEliminarUn poema muy bello.
Ese "sabiendo que no existes" me pareció la clave.
Saludos poéticos.
La trastienda del corazón a veces nos juega malas pasadas, pero, tienes razón, no es cuando nosotros queramos, sino cuando ellos -nuestros ausentes- quieran.
ResponderEliminarPrecioso y elocuente poema! Un saludo desde Costa da Morte
ResponderEliminarQué duda cabe: estamos hechos de recuerdos. Tu poema me devolvió hacia esos rincones que habitualmente están en mí "con las flores, que en falsas primaveras, maquillan los ramajes de la ausencia". Me habría encantado ser yo quien escribiera tu poema. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no sé hacerlo, pero descubrí hace tiempo que los versos son nuestros mejores aliados para ahuyentar fantasmas.
ResponderEliminarDos abrazos
Que hermosa nostalgia...
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