martes, 29 de octubre de 2013

Recomponer la partida

           
       
            En mitad de la vaca decisiva, la sota de espadas atraviesa el corazón del jugador de mus y se pone en fuga. Las cartas con figura son así, parece. Mientras la UVI móvil evacua el cuerpo desangrado, sus compañeros debaten con angustia las posibles alternativas ante la situación creada.


         La solución encierra una incógnita difícil de despejar. Pueden reanudar el juego, encontrar un sustituto para la víctima… Pero, ¿cómo recomponer la baraja, ahora que uno de sus naipes –ése sí, irreemplazable- huye del mazo, sospechoso de asesinato? ¿Cómo reanudar el juego, si falta una de esas incertidumbres de cartón con las que solemos envidar al futuro?



martes, 22 de octubre de 2013

Lo tarde que amanece en este invierno

                
Te vendrá a visitar,
más tarde, la vida. Tú habrás huido
entre los calendarios…

                 

                                              Ese crujir de hojas
                                              barridas al caer del almanaque,
                                              como si fueran tiempo


Lo que nadie nos dijo
es que esta soledad de invernaderos
se agudiza en verano

                                                          
                                                              Cada tarde cogía
                                                              el autobús, sus ojos empañados
                                                              del trayecto al hastío

                         
Recuperas la imagen
de aquellos años, cuando no imaginabas
un futuro entre nieblas
    

                                                 
                                                   Continuaré diciendo
                                                   lo tarde que amanece en este invierno
                                                   tan oscuro y tan largo…


Del poemario Lo tarde que amanece en este invierno, XXXIII Premio Villa de Sonseca, Octubre 2013
       
                                                     

martes, 15 de octubre de 2013

Pausa para la ducha

              Al otro lado de la mampara, un cuerpo emborronado en gel y mediodías. Hace unos minutos me pertenecía, nos pertenecíamos el uno al otro, bajo esa tozudez de amantes con su rostro abierto al vendaval del desapego. Yo disfruto esos ratos, macerado en los músculos de ese cuerpo, explorando el cauce de sus humores como un conquistador de territorios membranosos. Pero también me aburre, tan presuntuoso en su dinámica de sístoles y digestiones, estúpido conjunto de engranajes con el destino tatuado.
       
         Por eso, aprovecho los momentos más íntimos para abandonarle, La ducha, por ejemplo, ya lo he dicho. Pero también, los esbozos de sexo, las tardes frente al espejo herrumbroso, el instante de ese vago gesto al abrir un contenedor amarillo. En esos momentos, puesto en fuga, aprovecho para mirarlo. Sin que él me vea, claro, sus ojos tienen un alcance limitado, y además arrastra un fleco de presbicia al por menor. No sé, un día de éstos, lo mismo decido emanciparme. Vivir sin ataduras, ya me entienden.


         No, no piensen que pretendo mudarme a otro cuerpo distinto. A estas alturas, con lo que tengo visto, prefiero la soledad de las alcantarillas, el paso errante sobre los callejones sin destino fijo, la ausencia de humores y miserias. Un día de éstos, ya veré... Ahora debo prepararme, ya sale de la ducha, y no quiero que me vea, así, como si estuviera murmurando a sus húmedas espaldas. Además, está tan atractivo, con su pelo brillante y ese olor a gel y mediodías…

martes, 8 de octubre de 2013

Meteorología de algún sueño


Soñaste una tormenta
desgajando las ramas
de un tronco enamorado
hasta hacerlo memoria,
                                      y astillas,
                                                     y silencio,

luego tu sueño hilaba
presagios de borrasca
aún sin confirmar,
ficciones del clima
entre esas isobaras
                               donde
                el amor
circula,
pronósticos inciertos
para ese temporal
-dicen que inevitable-
que acecha a  medio plazo,

  
puede que despertaras
abrazada al presente
con perfil de almohada,
                                       puede que despertaras
algún alba de otoño
y soles acunados
en tu vientre dormido,
                                    puede que despertaras
en la brisa de un beso,
y no fueras capaz
                              (y no fueras capaz, o te olvidaras)
de descifrar siquiera
aquel sueño de invierno. 

                    Premio Letras de Baños, Baños de Montemayor. Octubre 2013


    

martes, 1 de octubre de 2013

El tiempo entre fisuras

         

   
    Aquel día no concluyó en la hora veinticuatro. Los relojes empezaron a deslizarse en la oquedad de un tiempo incógnito y misterioso. Millones de humanos, ante la desprogramación televisiva y el caos horario de los medios de transporte, huyeron a pie hacia un futuro que no figuraba escrito.

         
     Cuando, a las dos y veintitrés, se restauró el horario correcto, los atrapó fuera de coordenadas temporales válidas. Fueron considerados legalmente desaparecidos, se hicieron funerales masivos, y –como emotivo homenaje- ese día pasó a considerarse festivo. Por decisión administrativa, se instituyó oficialmente una Jornada Anual de la Ausencia.


    Cada aniversario se celebraba la conmemoración. A las doce en punto de la noche, en honor a los ausentes, se detenían los relojes durante dos horas y veintitrés minutos. Amigos y familiares de los huidos juraban que, en ese lapso de tiempo,  aquellos se les aparecían otra vez, vestidos con la misma ropa de entonces, el gesto distraído, aparentemente (in)felices, como si nada. Como si nada.

martes, 24 de septiembre de 2013

Tu recuerdo en frío

En la nevera, junto a los langostinos,
he encontrado un paquete con tu risa,
está allí desde otoño, más o menos,
cuando aún aliviabas
el relente precoz de soledades
en el consuelo de las chimeneas.


               Lo he contemplado, está envuelto
               en plástico de ese transparente
               que deja al descubierto los recuerdos,
               aquel dulzor azul del abandono
               antes de los otoños congelados.


                                     Te quise en fresco, cuando aún podía
                                     saborear tus sueños a la plancha,
                                     eso recuerdo ahora, mientras
                                    devuelvo otra vez tu risa al frío,
                                    para hoy irán mejor los langostinos


Del poemario Stabat Mater mientras duermes, premio Hilario Ángel Calero, Pozoblanco, Septiembre 2013




miércoles, 18 de septiembre de 2013

Pintor de camposantos

                          Pintaba únicamente cementerios. Cuando la joven periodista en prácticas le preguntó el motivo, no supo contestar. Habló del automatismo en los pinceles, de la paranomasia creativa, y de otras vaguedades de ese tipo.


                      Todo, menos reconocer que pintaba camposantos para que el miedo a la muerte le aliviase de su verdadera angustia, la que le provocaba el pavoroso lienzo en blanco de la vida.

William James pintando un cuadro (John LaFargue)

jueves, 12 de septiembre de 2013

Cumpleaños (cinco tankas)



  Sonará el móvil,
  alguien te felicitará
  por seguir vivo,
  hay que ver cuánto  engañan
  las citas de la agenda




           Soplas dos velas,
           rojas tumbas de cera
           bajo una llama,
           al fin y al cabo, a esto 
           se reducen los años








                  Aquel que fuiste
         y el gesto de tu madre,
         la umbilical
         huella de un tiempo inverso
         en esa foto sepia






                                                                 
                                                                   

            Brindan contigo,
            te cantan japibérdeis,
            ¡cuánto te quieren…!
            (los otros son la ausencia
            besando a fecha fija)




                 Miras atrás,
                 parece que ha pasado
                 toda una vida
                 desde tu nacimiento,
                 -pero ni eso es seguro-








viernes, 6 de septiembre de 2013

Ha nacido un artista (Premio Literaula)

               Si un tren parte de Barcelona a las 9,45, a una velocidad media de 168 km/h  que puñetero día, otra vez lloviendo, se me han empapado las deportivas    y otro parte de Madrid media hora más tarde a una velocidad cuatro quintas veces inferior  y encima el gilipollas de Diego que nos chafa el botellón de hoy en su garaje    ¿a qué distancia de ambos puntos de partida se cruzarán?  yo que iba a aprovechar para entrarle a la Vanessa, ahora tendré que buscar otro momento, joder    ¿cuál será su hora de llegada al destino opuesto suponiendo una velocidad constante?    y el marrón en casa, mi viejo sigue insoportable, más ahora que encima está en paro  ¿y si sufrieran una deceleración del diez por ciento en los últimos 100 km?    a la mierda los trenes, el insti, Diego y sus putadas, la golfa de la Vanessa, a la mierda mis viejos y su, mi asquerosa vida  expresen la respuesta en horas y minutos, por favor esto es lo que hago yo con el examen de los huevos…

            
              -Sí, apreciado tutor. El alumno, bajo un croquis de inspiración cubista, describió que los trenes nunca llegarían a destino. Intuía que se cruzarían a la altura por Los Monegros, en una zona deshabitada. Allí, parados sobre las vías, permanecerían el resto de la jornada, difuminados como almas sin futuro, entre el indignado estupor de los pasajeros. Los maquinistas, al fin libres, se irían caminando hacia el pueblo más próximo, a tomar unos vinos y hablar de fútbol o de metafísica. Querido tutor, el gabinete psicológico del instituto detecta en el alumno rasgos cognitivos de superdotación, capacidad abstractiva fuera de lo común, y un enorme potencial para la creación artística y literaria.  Un joven prodigio, sin duda.
(Premio Literaula. Septiembre 2013)

sábado, 31 de agosto de 2013

Del paralelismo en los amantes



Esta tortura de no abrazarte nunca,
de saberte tan cerca
sin sentir el rubor de una tangente,
esta ruta al azar donde transita
la sincronía esquiva de tu ausencia,
esta mirada de reojo
soñando cercanía,
                             -o tal vez, no-,
este peregrinaje                                    
de curvas exiliadas al presente,
esta similitud de las mentiras
sobre dos vías muertas,
este beso alineado en las fronteras
donde poder quererte,
                                    este sueño
aplazado otra vez al infinito,
esta condena de vidas paralelas…


lunes, 26 de agosto de 2013

Infanta soñando escritor

                 Intento escribir sobre un personaje medieval. Por ejemplo, una infanta que ve pasar las horas desde la torre del castillo paterno. Mientras da puntadas al hastío del bastidor, sueña con su caballero andante, ese ser valiente y justiciero que, una mañana, acudirá en su rescate y la guiará por la luminosa ruta  hacia la felicidad.

                 Lástima, el perfil del caballero -ahora que entro en los más recónditos anhelos de mi protagonista- no se parece en nada a mí. Si hubiera sido yo, al fin y al cabo el imposible de una dama solitaria, no existiría más que como héroe en su subconsciente. Sería simplemente, y nada menos que, una ensoñación. Alguien que nada sabe de la historia, y que es amado en la soledad de la distancia.

                Pero no, sigo siendo un puñado de vísceras y humores (malos) pululando por el siglo veintiuno. Sigo siendo el prosista que, unos párrafos después, habrá de describir con precisión sintáctica la llegada del vulgar conde pretendiente, con los ropajes teñidos de sangre y la piel lujuriosa. La arrastrará sin remilgos hasta el lecho, así lo escribiré, mientras maldigo mi existencia de triste literato que siempre sale derrotado de  las justas.

martes, 20 de agosto de 2013

LÁGRIMAS, SUPONGO

Hizo torrentera
                      una lágrima
por los surcos de tu rostro en barbecho.
                        yo no era dios, y sin embargo
me sentí amarga fuente de tu dolor, mejilla abajo.

Al día siguiente, en la penumbra
de un alba aún ignorado,
ensayaste el mismo
llanto, varada
ante el espejo de la desesperanza.

Sobre los adoquines heridos
del olvido,
                  exiliada de ti,
intentaste llorar
al sur de cicatrices sin destino,
                                                  y no pudiste…,
nada brotó de tus ojos ausentes.
                                                   No sabías aún
que la autoridad competente había prohibido
todo dispendio de líquido,
toda gota de vida
surcando esa aridez
-la soledad, acaso- de cauces infinitos. 

miércoles, 14 de agosto de 2013

El papel de mi vida

                 Iba a comenzar la ceremonia anual de premios cinematográficos. Esta vez no había duda, la estatuilla sería para mí. Había bordado el papel de mi vida, y no es un símil valorativo. Quiero decir que había interpretado mi propia vida, con todos los imposibles matices de quien se suplanta a sí mismo.


               El personaje creado -tan ajeno a mí, por otra parte- quedaría en la historia de la pantalla como un hito actoral. Sentado cómodamente sobre la butaca de mi vanidad, paladeaba de antemano el triunfo, repasaba de memoria la lista de agradecimientos que recitaría en el escenario.


            Ni me mencionaron, todo sucedió como si yo no existiera. Esos críticos de mierda no entienden de auténticas representaciones. No entienden de vidas, posiblemente. Dieron el premio al engreído de Marcial Ovejero, que lo recibió con la prevista impostura emocionada. En su detestable peli, el muy gilipollas pretende dar credibilidad a un inverosímil vendedor de biblias metido a detective aficionado, por supuesto en un entorno de crímenes y misterio. Ni comparación con mi historia, ustedes dirán.

jueves, 8 de agosto de 2013

Manual para retornos, premio en A Guarda


Volvíamos de aquel viaje por el norte
con jirones de niebla en las maletas
melladas de amargura,
y fotos que acechaba el desamor.
Al llegar a casa, la puerta no se abrió.
Comprobamos las llaves, por si el tiempo
había limado los dientes de la ausencia
con palabras huidas.
                                 Ninguna abrió
aquel hogar que almacenaba dentro
rincones de sonrisas infantiles,
fiestas de cumpleaños, y algún disfraz
de ilusiones vencidas.

                                      Era tarde,
y estábamos cansados
de esperar respuestas por las estaciones
donde habita el ayer. Entonces fuimos
en silencio a un hotel, como otras veces,
de esos donde nadie te pregunta
si quieres vista al mar.
                                     Mientras subía
hacia la planta quinta del hastío
y tú llamabas al futuro en móvil,
pensé en nuestra vivienda silenciosa,
los cuartos de los niños, y esas cosas
que habitan los pasillos sin memoria.

Luego anocheció, y un frío lento
fue tomando los muros de aquel cuarto
donde nada era nuestro. Es posible
que incluso me abrazara a tu recuerdo
en forma de almohada. Y nos dormimos
soñando besos que, quizá mañana,
abrieran los cerrojos al olvido.

             

                    2ª Premio Feliciano Rolán, A Guarda, Agosto 2013. Con mi agradecimiento por su entrañable acogida.




jueves, 1 de agosto de 2013

Cruz-y-grama

               
         Aprovechando la confusión, la nueve horizontal asesinó al experto en crucigramas. El tres vertical (definición segunda), que se cruzó con ella, no consideró oportuno delatarla.
              
         Ahora, ambos disfrutan, sin letras de por medio, la turbia liberación de cuadrículas en fuga. Desde la estantería de los pasatiempos sin resolver, ambos ven pasar el entierro de su enemigo.
         
            Perciben un aviso, sin embargo. Quizá una negra amenaza de rotulador rompiendo su sosiego. Son conscientes de su destino, para los enunciados de crucigramas la libertad suele resultar un placer efímero.


domingo, 21 de julio de 2013

Recuerdos, o la difícil elección

           

        Concluido aquel  verano adolescente, no la volvió a ver. Treinta y dos años después, la encontró en un azar de encrucijadas. No era la misma, por supuesto, pero también le sedujo. Dudó, apenas un instante, cuál de las dos le gustaba más.

            Se impuso la fidelidad. Ningún presente supera un amor destilado en la memoria.

Micro finalista del certamen Diversidad Literaria. Julio 2013

martes, 9 de julio de 2013

Objetos a declarar

                  Al llegar al arco detector, empecé a vaciarme los bolsillos. Primero, apareció ese niño vagamente atónito de las fotografías. Luego un mechero inservible, varios amasijos de ilusiones, y las llaves oxidadas de alguna cerradura que –a esas alturas- no sabía situar.

                  Instantes después, saliste tú del bolsillo interior, ése que se ubica al lado del corazón. Miré sorprendido, ya no recordaba que estuvieses allí. También fui depositando, como restos de un naufragio, la tarjeta sanitaria –ya poca utilidad podía tener-, las ambiciones profesionales y unas gafas de presbicia para leer la vida, que nunca supe limpiar bien.

                 A esas alturas, ya estaba casi desnudo. Fue entonces cuando me extraje a mí mismo de la trasera del pantalón. Me contemplé, atónito, un momento, sobre la bandeja de objetos que no podían seguir viaje. Quedé allí, confiscado junto a la cartera que escondía alguna foto amarillenta, y el carné con esa identidad falsa que ya no necesitaría nunca más.


jueves, 27 de junio de 2013

Modelo desnuda

                          La modelo del pintor joven no cobra, paga por posar. Todos los días recibe al artista en la antesala de su dormitorio, junto al enorme vestidor laminado de espejos. Cuando caballete, lienzos y pinceles están listos, la modelo del pintor joven se desnuda. Durante unas horas, sin querer reparar en el ajado aviso de la piel -esa tristeza de carnes en declive-, posa en actitud sugerente, aprendida en su largo devenir por los clausurados museos de la vida.

            Acabada la sesión, se vuelve a vestir, con ayuda de la empleada de hogar. Luego, la modelo del pintor joven observa como él recoge sus bártulos y cubre, para que no se vea todavía, el lienzo a medio terminar. Hay un pacto, no asomarse al cuadro hasta que esté terminado. Se despiden ambos con un gesto tibio, como de complicidad. La modelo del pintor joven lo ve partir, con el cheque en el bolsillo y esa incertidumbre de contratado en prácticas. Un día más.


            Un día más, o quizá un día menos, hacia la belleza por recuperar, piensa la modelo del pintor joven. Hacia esa belleza que algún día despilfarró, desnuda también, por otros cuartos con otros vestidores. Hace de esto muchos años, demasiados quizá. Sucedió en un tiempo de plenitudes, cuando era tan joven como ese artista que –está segura- sabrá impostar con arte su retrato. Ese artista que conseguirá pincelar, para su ajada mecenas, una mentira sutil y desgarrada, una efímera mueca a la supervivencia.

             Hace demasiados años de todo, y la modelo del pintor joven no recuerda ya su figura de entonces. Esa figura que ahora cubre con un paño su desnudez entre el pavor del lienzo. Su desnudez de ayer, apenas desleída por los óleos de un presente en prácticas. 

viernes, 21 de junio de 2013

Haikus, sinkus, de Gimeno Montes

              Se ha entregado, también él, al haiku. Mi entrañable (el término es especialmente apropiado) Gimeno Montes se ha sumado a la haikumanía. Me lo explicaba el otro día, mientras admirábamos el florecimiento de adelfas en mi terraza urbana.

               
               

                   Hay notas en la                       
                sinfonía del sol
                que hablan de mí

                 

Danza festiva,
la sombra de la adelfa
mueve sus pies


     

                  Voluble, mi inseparable Gimeno Montes, como la primavera. Jarreaba sobre las aceras cuando, apenas un rato después, lo acompañaba al autobús. Se le había ocurrido estirar las versos del haiku (7-11-7) hasta estilizar su médula, inyectándolos además sentimientos en vena.  Mientras trataba de protegerle con el paraguas, me lo explicaba. Sinkus, los ha bautizado. GM es así. Por  cierto, acabamos empapados.

               


                  Me dejaste tu voz
                   en aquel mensaje de despedida,
                   la escucho todavía



                  Cabalgo en tu recuerdo
                  veredas de ausencia, me pierdo siempre
                  por las encrucijadas


sábado, 15 de junio de 2013

Semáforos, o De los azarosos efectos de la urgencia transeúnte sobre las (medias) naranjas




                Que no te recuerde no quiere decir, por supuesto, que no seas la mujer de mi vida. Simplemente, cuando los parpadeos del azar te iban a depositar en mi fugaz paso de peatones, el semáforo cambió a verde. Y yo, por aquel entonces, siempre tenía prisa por no llegar.

lunes, 3 de junio de 2013

Gallinas, picoteando

             Terminada la merienda, mi abuela se levantaba de golpe y sacudía con energía el manteo para que cayeran al suelo las migas acumuladas sobre la larga saya. En pocos instantes –lo intuyo más que lo asevero, porque en aquel tiempo no existían en mi vida segunderos- el suelo de barro recocido era un  hervidero de gallinas picoteando briznas de alimentos ajenos. Las había pardas, orgullosas, con una cresta levemente carmesí. Otras tenían una liviandad ocre, con plumas herejes en el dorso. Comían con ansia, conscientes de la urgencia de lo humano, de lo avícola, quiero decir. Algunas de ellas,  aún inconscientes de su futuro, oirían desde el caldero las campanas sonando a fiesta de la Virgen de agosto. 


            Como ahora tengo prohibido el pan, y además he acumulado la educación suficiente para comer encima del plato, ya no caen migas a mis suelos de parqué. Pero, ya ven, sigo fiel a mis comportamientos ancestrales, temeroso quizá de interrumpir la cadena sicoalimenticia. Sigo, seguimos, propiciando el atroz picoteo de la nada, devorando desechos de los otros, canibalizando sentimientos y miserias ajenas, viviendo flecos de vidas anteriores. Pero lo hacemos de forma rutinaria, sin ansia, convencidos de nuestra inmortalidad. Creyendo, en nuestra ignorancia, que el mundo gira alrededor de nuestra altiva cresta…        
      
         Tenían una carne prieta, las gallinas. Y propiciaban caldos opacos, intensos, llenos de aroma a miga candeal y placeres efímeros. Ahora el pollo viene envasado al vacío. Al vacío, recalco el término, y con fecha de consumo preferente. Es el único tipo de caducidad en que creemos todavía. Antesdefinde. Hay algo de velada advertencia en los envases de pollo, antesdefinde… Eso pienso, mientras sacudo las olvidadas migas de mi pantalón gris marengo, y admiro la sabiduría de mi abuela.    
          

martes, 28 de mayo de 2013

Blas Muñoz, a la sombra del limonero


Pero sólo hay silencio. Y esta luz que declina,
esta luz que aún insiste y afirma su presencia
proyectando la sombra fugitiva y veloz
de un ave, o del crepúsculo,
                                            en tu rostro furtivo.

Este bloguero (furtivo, también) ha encontrado, en las X Jornadas Manriqueñas, a Blas Muñoz Pizarro, poeta de emoción honda y verbo clásico, pero cuya osadía le impulsa también a sentarse en las florecidas cunetas donde brotan haikus y tankas.

Una flor seca
ha caído del libro
que te dejaste.
Señalaba un poema
que aún habla de regresos.


Allí, en Villamanrique, a la sombra del Limonero de Homero, su tertulia de amigos valencianos, hemos desgranado horas de versos y vinos, casi a partes iguales.

Esta ventana abierta no es espejo,
ni río detenido. No es ojo, ni camino.
Es una pausa ciega en un paréntesis oscuro.
Y, aunque a ti te conforta saber que no estás solo,
que hay otra soledad, frente a la tuya,
mas desvalida aún por estar sola,
empiezas a sentir que tu mirada, aún oculta y culpable,
es la mirada nueva del que comparte todo si comparte su nada.


Gracias, Blas, por estos poemas, por tu entrañable acogida, por el calor de tus amigos. Por compartir todo con la nada de este furtivo.