martes, 11 de diciembre de 2012

Un guiño al as de oros


 
Y en el envés rasgado del espejo
donde al amanecer, fugaz, me miro,
hay un perfil de dicha verdecida
que remansa el frescor de los racimos,
hay un aria de alegres sonajeros
en busca caprichosa de un oído,
una mirada ingenua, un buenos días
crepuscular, un corazón, un guiño
al as de oros oculto en la baraja,
una mancha de amor en el vestido.
 
Fragmento de Manual para brindar a solas en domingo, Botijo de plata, Dueñas 2008 

 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Documento inculpatorio


              El abajo firmante, de profesión viajero temporal, sin domicilio conocido, aprovechando una fugaz visita al presente,
DECLARA:
      -Que, harto de las patrañas recogidas en los libros de historia, decidió retornar al pasado con la presunción de modificar y alterar los hechos reconocidos como veraces, provocando –así lo creía, al menos- un vuelco en los consabidos hitos de la humanidad.
   -Que, ante el resultado infructuoso de su esfuerzo, dado que eruditos y estudiantes seguían repitiendo con desidia la impostada verdad de los textos al uso, forzó su viaje hasta alcanzar un límite generalmente reconocido, el llamado paraíso terrenal.
      -Que -lo admite con dudoso arrepentimiento- asesinó allí a la única pareja de fulanos que encontró, unos tales Adán y Eva (los cuales, dicho sea de paso, le parecieron bastante primitivos) con la loable intención de abortar de forma definitiva el devenir del género humano.
      -Que, a lo que se ve, tampoco funcionó esa táctica, o bien no eran áquellos los únicos moradores del planeta, por lo cual hoy se encuentra aquí, rodeado de inmigrantes sin papeles, en una comisaría cualquiera, confesando un crimen que nadie cree, ante un funcionario que, mientras teclea, cuadra cálculos sobre el sueldo que le van a rebajar a fin de mes. 
    -Que por tanto, a partir de ahora, viajará siempre hacia delante, con el vago temor de que las mentiras históricas viajen aún más deprisa que él mismo, y se encuentre otra vez el mismo guión impostado, la misma milonga vital.
           Lo que declara y firma en este tiempo presente, al que, lo jura, nunca volverá si no es por la fuerza de la autoridad. Como testigos de la declaración, añaden su infantil firma dos homínidos sin papeles, descendientes directos, indirectos o circunstanciales de aquellos primeros padres asesinados. Fecha y firma ut supra, que sale el AVE.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Premio CATA DEL VINO NUEVO, EL TRASCACHO

                   El sábado 1 de diciembre, en el sobrio auditorio Francisco Nieva, de Valdepeñas, se celebró la XLIV Cata del Vino Nuevo y Anochecer Poético, que organizan esos buenos tipos de la Asociación Cultural El Trascacho.
                   Allí estuve, compartiendo -otra vez- poesía con mi ya amigo Juan Lorenzo Collado, y conociendo a Manuel Quiroga y Mariano Lizcano, dos poetas hondos y sugerentes. Allí acompañamos los versos con queso, magras, chorizo y unas sabrosísimas gachas manchegas, con su tradición del sopón.
                  Y, desde luego, vino de Valdepeñas. Nuevo y viejo. De esta cosecha y de anteriores. Pero siempre vino. El valdepeñero Francisco Nieva dice que por los senderos de sus venas corre vino de Valdepeñas. Desde el sábado, como segoviano con venas surcadas de Ribera, he incorporado a mi sistema viticirculatorio una transfusión de sangre manchega, el verso más profundo de esta tierra.
             Sé que volveré con mis amigos de Valdepeñas, María José y Juanito, con la lesionada Amparo, con el ilusionado e ilusionante Juanjo Guardia. Sé que volveré con vino y poesía. Incluso, no me obliguen a elegir, sin poesía.
              El texto que da título al pequeño poemario premiado, Mapa de lugares sin ti, en la sección de Tantocuantología.

martes, 4 de diciembre de 2012

Vosotros, tan capaces...

           

                                 A Jaime, y a todos mis amigos de la Fundación Betesda, que tanto me ayudan.

            
     Ahora que han callado las fanfarrias a fecha fija de la ayuda a la discapacidad, ahora que no compartís portada en los telediarios con políticos corruptos y ególatras deportistas, ahora que ya no es Día Internacional de nada, sino simplemente martes, y hace frío...


           Ahora somos nosotros quienes, desde nuestra presunta suficiencia, deberíamos pediros ayuda. Ayuda para compartir vuestros talleres donde se pespuntan risas y muñecos. Ayuda para escuchar conciertos de lunes con los ojos cerrados y la inocencia por butaca, ayuda para volver a colocar los bolos cántabros que derriba la cotidiana ruindad de estos seres inseguros que nos autoconsideramos "capacitados".
 
 
           Ayer, un día más al año, fuisteis estrellas mediáticas. Hoy volvereis a vuestra oculta realidad donde anida la esperanza y se come a las once una manzana. Vosotros, tan capaces de exprimir una ilusión en nuestras estúpidas almas oxidadas. Tan capaces.   

lunes, 3 de diciembre de 2012

Intruso


Me colé en tu recuerdo, otra vez
intruso por otoños desconchados,
allí estaban, algo amarillentas,
dos fotos mías, junto a un mechero viejo
con la publicidad de un desengaño. 

Palabras oreándose al futuro
por tendederos con presente al viento,
poca cosa, quizá, para aquel sueño
abocetado en besos. 

                                Así que me fugué,
te cruzaste conmigo en la escalera
sin reconocerme, me saludaste
                como a quien soy, apenas un intruso
de aquel tiempo entre fotos y mecheros.
 
Intruso, del poemario Mapa de lugares sin tí, Premio Jaraiz, de la Asociación El Trascacho, en Valdepeñas.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Los Freud, del diván al caballete

   
       Lucien, nieto de Sigmund. La saga de los Freud sigue escarbando por los recovecos del género humano. Me gustaría que mis retratos fueran  de personas, y no como ellas, dijo el pintor aludiendo a su particular manera de entrar a saco en el alma de sus retratados. Me permito usurpar la frase para la poesía, que los versos sean, también, pinceladas de personas.
 
      Apenas un año después de su muerte, se puede ver una pequeña muestra de las creaciones de Lucien Freud en una exposición temporal, de entrada gratuita, en el Thyssen. Os dejo una muestra, su Reflejo con dos niños (autorretrato), con un espectacular contrapicado, así como una imagen del artista en su taller, y un enlace sobre vida y obra.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Educación para el turismo


          Este viaje por Transilvania está resultando espectacular, me atrevería a aventurar que divino de la muerte. La amabilidad de los lugareños supera lo imaginable. Algunos te observan con mal disimulada emoción, casi con  deseo, supongo que les atraen los rostros desconocidos. Parecen, en resumen, unos tipos encantadores. Sangre de mi sangre, podría decirse sin exagerar.
          Como ejemplo, puedo presumir de que esta noche un noble local me ha invitado a cenar en su propio castillo. Me ha encarecido, además, que no lleve ningún tipo de vianda ni obsequio para el anfitrión. Dice que aquí no se estila ese tipo de detalles. A pesar de todo, y puesto que soy un tipo bien educado, he decidido que aportaré la bebida.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Ensayo (fallido) de felicidad


                Definitivamente, musitaste, ser feliz es tan inútil como un guante sin dedos. Acababas de perder, una vez más, el autobús de vuelta. Empezaba a lloviznar sobre los recuerdos, dejando esa pátina resbaladiza donde tanto temías romperte el frágil corazón.
           Fue la última vez que te vi, y recuerdo tu estrafalaria cazadora con  manchas de ilusión y la cremallera rota. Luego sólo supe de ti por los sueltos en prensa, y –no podía ser de otra forma- por el gesto condescendiente de aquellos felices estúpidos que se creían tus amigos.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ya no hay que matar a B.

             Todavía vivía aquel general apellidado Franco cuando a algunos barbudos con pantalón de pana nos dió por acudir a ver una película de un director casi desconocido, un tal Jose Luis Borau. La peli en cuestión se llamaba Hay que matar a B., y suponía un cambio de tendencia en el cine español, en línea con el que ya presagiaba la trinidad cinéfila compuesta por Erice, Saura y Querejeta.
           Hay que matar a B. pasó (injustamente, habría que decir) con más pena que gloria, y aún hoy, en las necrológicas del director multifuncional (fallecido este mismo fin de semana, como Tony Leblanc) apenas se recuerda este ejercicio de extraordinaria expresión cinematográfica. No se la encuentra en las páginas de descargas al uso, y solo se puede visionar en una copia de Youtube.
          Un año después, Borau llegaría al gran público con Furtivos. Y vendrían más. Pero no dejó por eso de ser el tipo culto y entrañable que sucedió sin estrépito a Fernan Gómez en la RAE, que ocupó puestos de relevancia en el mundo artístico por votación de sus colegas, que supo escribir cuentos largos en la época de los microrrelatos.
           Hoy, aquel B. está ya muerto. Este otro B., también. De cáncer de garganta. Su obra, y su compromiso, permanecerán. Os cuelgo en enlace a la película.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Browning en tres dimensiones

Base: Robert Browning, poeta inglés del XIX, pionero del monólogo dramático y todo un  hacha trabajando la prosa poética. Fue referente literario de Eliot y Pound. Curioso fue su matrimonio con la también poeta Elizabeth Barrett, tras un apasionante noviazgo epistolar sin conocerse en persona. El angelito fue capaz de hacer un poema (El anillo y el libro) en 12 tomos y más de veinte mil líneas que, al menos, le aseguró fama y fortuna. 

Altura: La que imprimió a su obra y a su vida la biografía que un imberbe Chesterton le dedicó, comentiendo la alevosía de mostrarle -en contra de su aura de audaz romanticismo- como un individuo normal y apacible. Con ello, el biógrafo pretendía avalar sus teorías sobre el binomio escritor-escritura, y por supuesto, crear polémica.
 
 

Profundidad: Toda la que alcanza La versión Browning, película de Anthony Asquith, donde una traducción del Agamenón efectuada por el poeta inglés, da pie a una impresionante muestra de cine británico. En el marco de un selecto colegio, relaciones humanas, educación, matrimonio, convenciones sociales y emociones (o su ausencia) combinan un cóctel cinematográfico de una enorme, aunque contenida, intensidad. Todo un clásico del cine, absolutamente recomendable.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Sonidos del silencio


                                        He terminado preguntándome si el silencio existe (A. Pizarnik)

          Camino del inminente recital, una avería eléctrica arrumbó su coche justo en mitad de aquel páramo, donde no se divisaba pueblo alguno. Era una escena  de carretera secundaria, ocaso lento tras los oteros, y ningún vestigio humano donde aliviar tanto desamparo. Además, como las desventuras esteparias no se presentan solas, tampoco había cobertura para el móvil. Pronto comprendió que esta vez la orquesta tendría que prescindir de su virtuosismo.
          Al cabo de unos minutos, el silencio atronaba sus oídos. Poco a poco, empezó a descifrar sus notas agazapadas en el pentagrama de campos desolados. Le pareció que, después de tantos años de ensayos, había descubierto la sencilla inmensidad de la música. Salió del vehículo y se puso a andar, despacio, sin rumbo definido. Tenía todo el tiempo del mundo, y un palco preferente, para escuchar aquel concierto.

lunes, 19 de noviembre de 2012

El noviembre de Jose Manuel Vivas

Versos otoñales de este excelente poeta extremeño. Noviembre en las palabras, y en los paraguas del amor huido.

En esas ciudades la vi reír y mirarme
 
como si me amara

como si ya no existiera otro lugar a donde ir




Pero se fue un noviembre
en silencio
y llovía como hoy
que es sábado y abril
y el viento de primavera hace un ruido
como de tristeza
como de música
como de noviembre frío y desgastado

(Noviembre, del poemario Cuerpo en ruinas, de Jose Manuel Vivas, finalista del premio Ciudad de Badajoz) 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Para los instantes solemnes


           Puede que también haya vida eterna para los destornilladores planos, pensé mientras estrechaba la mano del subdirector gerente, al que me estaban presentando con obligada ceremonia. Otra vez me pasa, comprobé con desagrado, otra vez.
             Es inevitable, me surgen frases incongruentes en los momentos que exigen comportamientos serios. Está comprobado que los aniones generan bilis en invierno, recuerdo que pensé mientras colocaban a mi hijo mayor la banda de graduado cum laude, la mermelada de arándanos se enrancia en las primaveras húmedas, discurrí mientras aquella danesa alcanzaba el orgasmo bajo mis labios…
            Y como éstas, toda una letanía de gilipolleces en los instantes más delicados. Por otra parte, me voy acostumbrando a ello. Sé que no tiene cura, no me voy a molestar en consultar al siquiatra. Además, ando algo justo de tiempo. Me está rondando por la cabeza un pensamiento rematadamente estúpido, el más delirante y absurdo que me haya asaltado jamás.
            Mi obra maestra. Ideal, ustedes se harán cargo, para la intachable solemnidad de ese ataúd que me aguarda.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Si piangete pupille dolente, proibito per Clemente

             Clemente XI, elegido Papa a los dos meses de ser ordenado sacerdote, podría pasar a la historia como azote de jansenistas, censor del acercamiento cristiano a los cultos orientales, o mosca cojonera para jesuitas y otras órdenes del catolicismo dieciochesco.
           Aquí le traigo por su divina ocurrencia de prohibir la ópera. Hay gente, incluso papas, para todo. Afortunadamente, algunos de sus cardenales burlaron la prohibición disfrazando las piezas operísticas de oratorios, camuflando bajo una presunta temática religiosa, joyas como las que recopiló en 2005 la mezzo Cecilia Bartoli en su selección titulada Opera proibita.
            Os dejo con los doloridos llantos de los discípulos en este aria del Oratorio de Santa Francesca Romana, del genial Caldara. Se recomienda volumen alto. Contraindicado para hipertensos emocionales. Administrar en tantas dosis como se sea capaz de gozar.
 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Violación, a fin de cuentas


               Contemplaste en silencio como se consumaba la violación. El penetrante abrazo, la despiadada soltura de la costumbre al removerse en el cuerpo de ella. Todo fue rápido, como siempre. Luego, algo se desplazó y tú decidiste huir, aprovechando la confusión del momento.
               Ella, la cerradura, no interpuso denuncia alguna. El llavero, ignorante aún de su incierto futuro después de lo sucedido, se tumbó a descansar en  el bolsillo. Y tú, cómplice necesario del hecho, tras comprobar que la puerta estaba completamente cerrada, te alejaste para siempre.
               Los vecinos, que también callarían, te observaban desde las mirillas de sus pisos. Bajabas los escalones sin hacer ruido, como un furtivo. Parecías –tú también- un violador, y quizá lo eras. Del ayer. De tu ayer, abandonado ahora en el pasillo, al otro lado de aquella cerradura.

martes, 13 de noviembre de 2012

De casi todo han pasado veinte años...

          ...menos del nacimiento de Gil de Biedma, acaecido exactamente hace hoy 83. La frase que , coloquialmente, le atribuían sus últimos amigos al poeta,  deja al descubierto ese vaho nihilista que difuminó su última época. También de nosotros mismos han pasado veinte años.
           Viajero esquizoide a ambos lados del espejo, se dividió entre la Barcelona populosa y la rural Nava de la Asunción, entre el empresariado tabaquero (Aute suele contar que el padre del poeta despidió al del cantautor, asalariado en Tabacos de Filipinas) y la poesía social militante, entre los férreos moldes burgueses y el ansia de libertad sexual y vital. Un mínimo lapso temporal, el correspondiente a una ducha urgente, le transportaba en segundos de las madrugadas de Chinchón dulce al despacho y la corbata. Dos vidas, o más, en una, o menos. 
           Envejecer, morir, resultó ser el único argumento de la obra. También comenzar la semana, por ejemplo, un lunes, como el de este poema, tan evocador de esa dualidad laboral y existencial.
 
                      Pero después de todo, no sabemos
                      si las cosas no son mejor así,
                      escasas a propósito... Quizá,
                      quizá tienen razón los días laborables.

                     Tú y yo en este lugar , en esta zona
                     de luz apenas, entre la oficina
                      y la noche que viene, no sabemos.
                     O quizá, simplemente, estamos fatigados.


         Os dejo, por si acaso, un documental de la serie Imprescindibles, de la 2, que nos acerca a los testimonios e imágenes que merodearon a su alrededor. Da igual que ya hayan pasado veinte años.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Cuando llegue...


Cuando llegue
a tu desván ruinoso, el desamor,
humedécele los labios
como si fuera la primera vez,
es posible que,
                        reconfortado,
prosiga su camino en la escalera,
sin detenerse en ese descansillo
donde hace tiempo ya
bajaba a trompicones el deseo.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Día después del sábado

                                                                               Para, por, con  A.
            Aquel sábado, el mundo se derrumbó sobre sus huesos, aún tallos verdes. Quebrado y dolorido, pasó un tiempo lamiéndose las heridas, bajo la lluvia esquinada. Los equipos de rescate, vagamente familiares, lo sacaron de entre el escombro poco después. Fuera hacía sol, y el bus 9 circulaba hacia la esperanza. También olía a guisote materno y a humo de colegas. Y en la pantalla interactiva de la vida, por supuesto, Felipón seguía ganando rebotes a la soledad.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Navegador para orientarse en la rutina


             Atrévete un día a sazonar la ensalada con colacao. Prueba a bajar del autobús en cualquier parada diferente. Siéntate en los bordillos a ver las bragas de la vida cuando pasa. Lee el libro y sueña que el autor, escondido en la página trece, te está hablando únicamente a ti. Come sopa con los dedos y límpialos después en la chaqueta del uniforme de brigadier apolillado en tu memoria.
              Atrévete a imaginar que nada importa nada. O todo, todo. Observa el giro del sol hacia el sur de las conciencias oxidadas. Bebe los restos de vasos ajenos sobre el mostrador chorreante de dicha. Quema el poema que no te arañe el hígado. Empieza a intuir que sólo hay una mentira, tan inmensa que no la llegas a ver, que vives dentro de ella. Atrévete a romper. Atrévete.
              Has llegado a destino. Ahora, mientras saludas y fichas tu entrada en la oficina, recuerda que por un momento te atreviste… Por algo se empieza.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Deudas


Llamaron a tu puerta y, advertido,
no quisiste abrir,
golpearon de nuevo con urgencia
la aldaba carcomida
del óxido silente de los años,
 

inmóvil, te ocultaste
bajo el embozo, algo después
partió tu ayer de nuevo
con una pizca de resentimiento,
 

aliviado al fin, pulsaste el play
del mando a distancia, sólo faltaba
que a estas alturas de la madrugada
vinieran a cobrarte
antiguas deudas que aventaba el tiempo.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Kaspar Hauser, el enigma de todos nosotros

          Werner Herzog vio por primera vez un coche a los once años, y su primera conversación telefónica se retrasó hasta los diecisiete. Casi al tiempo, se le inoculó el virus del cine, quizá movido por su amistad temprana con el también peculiar Klaus Kinski.
          Los no menos peculiares progres de los 70, tras empacharnos de nouvelle vague y de esteticismo italiano, aterrizamos en el nuevo cine alemán, con el Fassbinder y el Wenders a la cabeza. Y allí nos encontramos con este extraño bávaro y su demencial (o no) Aguirre. Con su autista (o no) Kaspar Hauser.
 
           Aparto la cólera de Dios, y me recreo en el enigma del niño encerrado en un sótano hasta su juventud. Bajo el expresionismo formal, se azota todo el comportamiento de la sociedad burguesa, racional y cuerda,  desmoronada ante la grandiosa simplicidad del insociable muchacho. Al final, el enigma de Kaspar Hauser es el enigma de los demás, de nosotros los "normales" espectadores del circo, el perfecto acta notarial de nuestras miserias.
¿No oís esos espantosos gritos a vuestro alrededor, que comúnmente llaman silencio?...
        Luego, iluminados, los progres de los 70  debatíamos en tortuosos cinefórum. Y decíamos que el raro era Kaspar. 
https://www.youtube.com/watch?v=KO7NuRVGwUI
http://www.biosstars-mx.com/w/werner-herzog/biografia.html

lunes, 29 de octubre de 2012

Profesor de lengua


          Dictaba a sus alumnos de primaria escenas de su propia vida. Los niños copiaban aquellas experiencias del maestro con la dificultad de sus bolígrafos mordidos, y las teñían de faltas de ortografía. Con descaro infantil vestían de hache el amor y restaban el acento a la ilusión. Luego, para corregir el dictado, el maestro escribía las frases correctas sobre el encerado.
            Cuando la clase terminaba, entre un fragor de mochilas y libros rotulados, quedaba –sobre la negra soledad de la pizarra- la huella de una vida perfilada en frases cortas. Apenas, pensaba para sí al abandonar el aula, unas oraciones gramaticales cargadas de recuerdos que ya nada significaban.
           Poco importaba. En la hora siguiente, la joven licenciada en matemáticas, sin leerlas siquiera, borraría con vigor todas aquellas vivencias nebulosas. Con cada brochazo de la bayeta sobre la oscura superficie, la memoria de aquel caduco profesor de lengua iba quedando, y así debía ser, un poco más vacía. 

sábado, 27 de octubre de 2012

ALISON KRAUSS, sobre la hierba azul

                Esta ilinoisiana, virtuosa violinista a los cinco años y poseedora de una timbrada voz de soprano, es el exponente visible del bluegrass, una peculiar variante del country adobada en pizcas de blues y jazz, pero con ese indefinible aroma a humo de hoguera y a primer amor patinando por todas sus músicas y letras.
            Exportadora al mundo de esa hierba azul, que se escarcha en las praderas del Medio Oeste americano, Alison Krauss se apoya desde hace más de veinte años en la banda Union Station, coleccionando Grammys (cerca de 30) y seguidores por todo el planeta.
               Lo dices mejor cuando no dices nada en absoluto, estribillo de su más popular tema, When you say nothing at all, que os cuelgo a continuación. Versión bluegrass, acaso, del famoso Poema 15 de Neruda. Y la voz de Alison, sobre la hierba azul.
https://www.youtube.com/watch?v=_bNfay6HiUo
http://alisonkrauss.com/

miércoles, 24 de octubre de 2012

CASILLAS INVADIDAS


                      Peón tres caballo rey, ocupado por la Organización de Naciones Unidas. Alfil seis torre dama, el Banco Mundial llegó primero. Caballo cuatro alfil rey, terreno copado por la Organización Mundial de la Salud. A la desesperada, dama cinco dama jaque, justo en el ultimátum del Fondo Monetario Internacional. Todas las casillas ocupadas por el enemigo.
                    Mala suerte, me temo que somos mate en tres jugadas. Mejor dejar estas vainas (al fin y al cabo, juegos de guerra donde van cayendo las piezas manejadas por los dedos del poder) y salir a la calle, al bar de los desharrapados. Con suerte, el taburete para acodarse en la barra no estará ocupado por la Unesco.

viernes, 19 de octubre de 2012

Viaje de vuelta

                                                                             A Juan Miguel Arenal, que retornó ayer. 

         
        Había viajado demasiado y, de algún modo, aquella mañana intuyó que era momento de volver. Se dirigió a la puerta de embarque, donde una larga fila de individuos de aspecto cansado se despedían de sus desolados familiares. Cuando llegó su turno en el control de equipajes, al contrario que tantas veces, sintió alivio.
        Con afectada educación, el agente de seguridad le pidió que fuera dejando todos los objetos en la bandeja contigua al arco detector. Poco a poco, empezó a extraer el contenido de bolsos, riñoneras, neceseres. Amontonó también cartas, juguetes, fotografías rancias. Finalmente, vació también los bolsillos. A medida que depositaba aquellos restos inútiles del pasado, se sentía más liviano. Comenzó a desatarse las botas, se quitó la cazadora, anillos y reloj grabado también…
             Siguió así durante un confuso período que le pareció liberador. Varios jirones de un alma en desbandada fueron lo último que depositó ante el escáner. Sonrió hacia dentro. Ahora sí, estaba preparado para volver a casa. Desnudo, como cuando partió.

jueves, 18 de octubre de 2012

Voces distantes, no distintas

                En esta casi primeriza peli de Terence Davies, todo son voces. Las de los protagonistas, en un mosaico de gestos desnudando su miseria, las de la propia cámara, ahondando en los sentimientos sin un orden lineal, la del relato de una época con palabras impostadas... Voces acaso distantes en una propuesta estética arriesgada y emotiva.
           Voces, las que salpican todo el filme, en una grandiosa banda sonora que recorre todos los caminos de la música tradicional, contemporánea o medieval. Voces y ritmos para una época de silencios. Voces que pueden significarse distantes, pero que no resultan distintas a las de cualquiera de nosotros. A nuestras voces, a veces cantarinas y a veces quebradas. Voces distantes, hay que verla. Y por supuesto, oírla.
http://elgabinetedeldoctormabuse.wordpress.com/2012/02/27/voces-distantes-distant-voices-still-lives-1988-de-terence-davies/

martes, 16 de octubre de 2012

De nombres, barajas, y sensuales compañeros de juego


                Hola, me llamo Andrea Smith Abadía, tengo treinta y siete años, y sospecho que mi exprimidor hace solitarios cuando estoy fuera de casa. No me pregunten por qué, pero tengo indicios que lo corroboran, pequeñas briznas de naranja en el siete de bastos, por ejemplo. Me llamo Andrea, ya lo he comentado y, ahora que reparo en ello, eso –al menos- me diferencia de mi exprimidor, que no tiene nombre. Quizá deba ser así, no vamos a tomarnos el trabajo de filiar a todos los electrodomésticos ludópatas. Además, entre jugadores de cartas, nadie hace preguntas de tipo personal. 
                  A lo que iba, me llamo Andrea Smith Abadía, y hoy atraparé al innombrable. Fingiré que salgo a la oficina, como todos los días, pero me quedaré al extremo del  pasillo, esperando que actúe. Vigilaré sin prisa, tengo el día libre, he pretextado una consulta médica en el curro. Escondida junto a la puerta de la cocina, espiaré pacientemente hasta ver como mi exprimidor se dirige a la baraja, sigiloso…
                Entonces, con un movimiento súbito, me haré visible ante su mellada dentadura de plástico. Hola, diré, me llamo Andrea Smith Abadía, tengo treinta y siete años y sé jugar muy bien al black-jack. Me mirará, inseguro, como cualquier delincuente sorprendido en pleno delito. Si quieres, te enseño, insistiré mientras me acerco hasta rozar voluptuosamente su asa blanquecina, hacía tiempo que no tenía nadie con quien jugar. Por cierto, preguntaré con la más seductora de mis sonrisas, ¿tú, cómo te llamas?

viernes, 12 de octubre de 2012

LO PRIMERO ES LO PRIMERO (y, a veces, lo único)


         
  Probad a deleitaros con la sexta de Beethowen sin haber cenado 
 (Raimon, entre mecheros, en los años 60)
                                                                                                                                                                    
                             
          Los voluntarios del banco de sentimientos se presentaron a la hora convenida. Debían hacer el reparto gratuito de emociones que era habitual los martes. Llevaban raciones de amistad bien envasada, boles completos con el amor rebosando esperanza, tupper herméticos para conservar la ilusión y el cariño…
            Tuvieron que marcharse, no había nadie esperándolos. En el local contiguo, a reventar de indigentes, los voluntarios del banco de alimentos repartían cocido ese mismo día. Donde va a parar, colega, menuda diferencia, decía un harapiento exvendedor de pisos a su desheredado compañero, mientras le veía caer –con envidioso sentimiento, eso sí- un hilillo de grasa de chorizo por la comisura de los labios.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Omnes de Saba venient

                 Joseph Leopold von Eybler sufrió un  derrame cerebral mientras dirigía el Réquiem de su gran amigo Mozart. Precisamente fue Eybler a quien Constanze, la viuda del genio, había encargado en primer lugar -sin éxito- la conclusión del réquiem tras la muerte del salzburgués.
                 Por curiosidades así, y por la también relación familiar y amistosa que lo unió con su mecenas Haydn, se conoce a este compositor austríaco, especializado en música sacra, y del que se suele recordar habitualmente este Omnes de Saba venient, un gradual magistralmente interpretado, en la versión que cuelgo, por The North Carolina Boys Choir.
                   Para maravillas como ésta, sí, todos venimos de Saba. Aunque sea en autobús.
http://www.youtube.com/watch?v=I3_RFxP1y0E

martes, 9 de octubre de 2012

MUJER VIENDO LA TELE


          Si observáis con detenimiento, veréis la salita con esa mujer sentada en un sofá de piel sintética.  Mira, sin verla, una tele de plasma, cuarenta y dos pulgadas y un presente en HD. Si os acercáis un poco más, discretamente, descubriréis unas levísimas patas de gallo al sur de la memoria, justo al borde de esas bolsas maquilladas en sus ojos ausentes.
          Si tuviéseis la osadía de acercaros más, o si ella os invitara, quién sabe, a asomaros dentro, os aconsejo aguzar bien la vista. En ocasiones, resulta imprescindible una linterna para escudriñar almas. Pese a todo, como es obvio, no encontraríais nada. No os debe sorprender, es una mujer que –dentro de su modestia- sabe cuidarse.
          Esta misma mañana, por ejemplo, le han practicado una cirugía reparadora en los recuerdos más profundos. Va muy bien, al parecer, para prevenir la aparición de brotes molestos en la conciencia. Según decía el folleto publicitario, sus efectos duran de por vida y, precisamente hoy, lo ofertaban con un veinte por ciento de descuento.

sábado, 6 de octubre de 2012

Cita a deshora

         El chófer aparcó el Audi oficial a la puerta del Ayuntamiento, ocultando la señal de prohibido. Descendió primero el guardaespaldas. Cuando le abrieron la puerta trasera y pisó la hilera de cantos puntiagudos, sintió una incómoda sensación. Por un lado, la punzada en el recuerdo de los años fugados. Por otro, cómo negarlo, el temor a que los bajos del traje pudieran mancharse en aquel terreno descarnado.
         Alguien le había citado en el lejano pueblo que acogió su infancia archivada. Aún no sabía qué extraña amenaza le había llevado a aceptar aquel encuentro. En el fondo, deseaba volver al auto blindado y partir en silencio de allí, como hiciera treinta y ocho años atrás. El guardaespaldas le señaló la mesa de un bar sucio, bajo los soportales. Al menos, viajar de incógnito le permitiría, durante unos minutos, esquivar los molestos actos oficiales.
          Allí estaba el muchacho. Lo vio, de súbito, cuando iba a sentarse, mientras el guardaespaldas apartaba con remilgos las sillas más sucias y ajadas. Allí estaba, recostado sobre el muro terroso del bar, con la barba incipiente y ese gesto de perdonavidas que tanto le definía. Portaba todavía la ilusión en el marco de sus ojos, y la sutil inocencia de quienes no han sido aún puestos a prueba. Al hombro cargaba, por supuesto, aquella mochila con las hebillas marrones y un póster del Che.
         Ordenó al chófer que pusiera en marcha el motor. Debía huir de allí rápidamente. El imberbe joven venía hacia él con sonrisa de suficiencia, reflejando un presente de renuncias en las oscuras gafas de mercadillo. El auto arrancó, difuminando en la niebla del olvido el perfil de aquel adolescente que le miraba, retador. Por el retrovisor lo vio un instante, aún, mostrándole su mochila de hebillas marrones. Esa mochila por estrenar, todavía repleta de ideales.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mario Meléndez Muñoz, poesía en 3M

PRECAUCIONES DE ÚLTIMA HORA
Debo cuidarme de los gusanos
cuando me entierren
lo más seguro
es que hablen mal de mí
que escupan sobre mis poemas
y orinen las flores frescas
que adornarán mi tumba
llegado sea el caso
que hasta devoren mis huesos
me arranquen los intestinos
o en el colmo de la injusticia
se roben mi diente de oro
y todo esto porque en vida
jamás escribí sobre ellos



Mario Meléndez Muñoz poeta chileno, macerado en México y sedimentado en Italia. Ayer destiló una selección de sus textos en Libertad 8, en Madrid.



TESTAMENTO

Qué irán a decir
las palabras
cuando me muera
seguramente nada
y ése será sin duda
mi mejor poema


Su voz decantó, mientra leía, una tercera dimensión, la desgarrada modulación del verso.

PARA MAYOR SEGURIDAD
Vengan a ver mi poesía
no está hecha de material ligero
aguantará perfectamente el invierno
y en verano refrescará
las mentes y los cuerpos
Hay poderosas vigas entre cada verso
hay listones apuntalando mis palabras
Y si la lluvia desea entrar
pondré mis sueños en el techo
y taparé las goteras
con mi propio dolor


Dejó entre nosotros su poesía en tres emes. Grande, Mario.
http://www.los-poetas.com/m/mario.htm


martes, 2 de octubre de 2012

Junebug, el cerco de las humedades

                Película indie al gusto, con sus hallazgos y sus debilidades marca indie. Podría ser más de lo mismo. Estética deshilachada, guión previsible, montaje de andar por casa. Podría ser más de lo mismo. Choque de culturas en una América del Norte desnortada. Familia en descomposición que trata de tapar las diarias humedades con un encalado de droguería. Miserias en bolsa de papel estraza.

                Podría ser más de lo mismo, pero no lo es. Como no son iguales ninguno de los cercos que quedan en las vidas -las suyas, las nuestras- cuando, tras aflorar la humedad y el desencanto, nos lanzamos inconscientemente a enjalbegarlas. Junebug.
http://www.youtube.com/watch?v=DoWRZ9UJXzY

lunes, 1 de octubre de 2012

Morir en la orilla


            Al llegar a la página doscientos setenta y nueve, Abel Quesada estaba exultante. Se encontraba de excelente humor, la vida le sonreía con blancura de dentífrico, de hoja por escribir, sería más apropiado. Por fin –en el capítulo previo- Abel Quesada había encontrado la felicidad, el esquivo amor que tanto venía buscando durante millares de renglones. La angustia de tiempos pasados parecía desvanecerse ante un futuro prometedor, esta vez habría final feliz.
               El futuro, ese incierto parámetro en la literatura y en la vida. Como personaje de ficción, dependía de su autor, y su autor sufrió un ictus repentino que le impidió culminar la novela. Abel Quesada quedó allí, ante el pavor de la página en blanco que habría sido la doscientos ochenta. Los restantes protagonistas del bestseller, anclados como él en un archivo word que nadie editaría, lo miraban a distancia de líneas con expresión burlona.
            Algunos de ellos sabían, además, que el insigne autor tenía previsto acabar con Abel Quesada por medio de un ictus repentino en el siguiente capítulo. Tanto nadar para morir en la orilla, habría pronunciado el personaje de haber tenido opción a un siguiente párrafo. La crítica siempre había destacado en el autor la ausencia de finales felices.