martes, 13 de noviembre de 2012

De casi todo han pasado veinte años...

          ...menos del nacimiento de Gil de Biedma, acaecido exactamente hace hoy 83. La frase que , coloquialmente, le atribuían sus últimos amigos al poeta,  deja al descubierto ese vaho nihilista que difuminó su última época. También de nosotros mismos han pasado veinte años.
           Viajero esquizoide a ambos lados del espejo, se dividió entre la Barcelona populosa y la rural Nava de la Asunción, entre el empresariado tabaquero (Aute suele contar que el padre del poeta despidió al del cantautor, asalariado en Tabacos de Filipinas) y la poesía social militante, entre los férreos moldes burgueses y el ansia de libertad sexual y vital. Un mínimo lapso temporal, el correspondiente a una ducha urgente, le transportaba en segundos de las madrugadas de Chinchón dulce al despacho y la corbata. Dos vidas, o más, en una, o menos. 
           Envejecer, morir, resultó ser el único argumento de la obra. También comenzar la semana, por ejemplo, un lunes, como el de este poema, tan evocador de esa dualidad laboral y existencial.
 
                      Pero después de todo, no sabemos
                      si las cosas no son mejor así,
                      escasas a propósito... Quizá,
                      quizá tienen razón los días laborables.

                     Tú y yo en este lugar , en esta zona
                     de luz apenas, entre la oficina
                      y la noche que viene, no sabemos.
                     O quizá, simplemente, estamos fatigados.


         Os dejo, por si acaso, un documental de la serie Imprescindibles, de la 2, que nos acerca a los testimonios e imágenes que merodearon a su alrededor. Da igual que ya hayan pasado veinte años.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Cuando llegue...


Cuando llegue
a tu desván ruinoso, el desamor,
humedécele los labios
como si fuera la primera vez,
es posible que,
                        reconfortado,
prosiga su camino en la escalera,
sin detenerse en ese descansillo
donde hace tiempo ya
bajaba a trompicones el deseo.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Día después del sábado

                                                                               Para, por, con  A.
            Aquel sábado, el mundo se derrumbó sobre sus huesos, aún tallos verdes. Quebrado y dolorido, pasó un tiempo lamiéndose las heridas, bajo la lluvia esquinada. Los equipos de rescate, vagamente familiares, lo sacaron de entre el escombro poco después. Fuera hacía sol, y el bus 9 circulaba hacia la esperanza. También olía a guisote materno y a humo de colegas. Y en la pantalla interactiva de la vida, por supuesto, Felipón seguía ganando rebotes a la soledad.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Navegador para orientarse en la rutina


             Atrévete un día a sazonar la ensalada con colacao. Prueba a bajar del autobús en cualquier parada diferente. Siéntate en los bordillos a ver las bragas de la vida cuando pasa. Lee el libro y sueña que el autor, escondido en la página trece, te está hablando únicamente a ti. Come sopa con los dedos y límpialos después en la chaqueta del uniforme de brigadier apolillado en tu memoria.
              Atrévete a imaginar que nada importa nada. O todo, todo. Observa el giro del sol hacia el sur de las conciencias oxidadas. Bebe los restos de vasos ajenos sobre el mostrador chorreante de dicha. Quema el poema que no te arañe el hígado. Empieza a intuir que sólo hay una mentira, tan inmensa que no la llegas a ver, que vives dentro de ella. Atrévete a romper. Atrévete.
              Has llegado a destino. Ahora, mientras saludas y fichas tu entrada en la oficina, recuerda que por un momento te atreviste… Por algo se empieza.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Deudas


Llamaron a tu puerta y, advertido,
no quisiste abrir,
golpearon de nuevo con urgencia
la aldaba carcomida
del óxido silente de los años,
 

inmóvil, te ocultaste
bajo el embozo, algo después
partió tu ayer de nuevo
con una pizca de resentimiento,
 

aliviado al fin, pulsaste el play
del mando a distancia, sólo faltaba
que a estas alturas de la madrugada
vinieran a cobrarte
antiguas deudas que aventaba el tiempo.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Kaspar Hauser, el enigma de todos nosotros

          Werner Herzog vio por primera vez un coche a los once años, y su primera conversación telefónica se retrasó hasta los diecisiete. Casi al tiempo, se le inoculó el virus del cine, quizá movido por su amistad temprana con el también peculiar Klaus Kinski.
          Los no menos peculiares progres de los 70, tras empacharnos de nouvelle vague y de esteticismo italiano, aterrizamos en el nuevo cine alemán, con el Fassbinder y el Wenders a la cabeza. Y allí nos encontramos con este extraño bávaro y su demencial (o no) Aguirre. Con su autista (o no) Kaspar Hauser.
 
           Aparto la cólera de Dios, y me recreo en el enigma del niño encerrado en un sótano hasta su juventud. Bajo el expresionismo formal, se azota todo el comportamiento de la sociedad burguesa, racional y cuerda,  desmoronada ante la grandiosa simplicidad del insociable muchacho. Al final, el enigma de Kaspar Hauser es el enigma de los demás, de nosotros los "normales" espectadores del circo, el perfecto acta notarial de nuestras miserias.
¿No oís esos espantosos gritos a vuestro alrededor, que comúnmente llaman silencio?...
        Luego, iluminados, los progres de los 70  debatíamos en tortuosos cinefórum. Y decíamos que el raro era Kaspar. 
https://www.youtube.com/watch?v=KO7NuRVGwUI
http://www.biosstars-mx.com/w/werner-herzog/biografia.html

lunes, 29 de octubre de 2012

Profesor de lengua


          Dictaba a sus alumnos de primaria escenas de su propia vida. Los niños copiaban aquellas experiencias del maestro con la dificultad de sus bolígrafos mordidos, y las teñían de faltas de ortografía. Con descaro infantil vestían de hache el amor y restaban el acento a la ilusión. Luego, para corregir el dictado, el maestro escribía las frases correctas sobre el encerado.
            Cuando la clase terminaba, entre un fragor de mochilas y libros rotulados, quedaba –sobre la negra soledad de la pizarra- la huella de una vida perfilada en frases cortas. Apenas, pensaba para sí al abandonar el aula, unas oraciones gramaticales cargadas de recuerdos que ya nada significaban.
           Poco importaba. En la hora siguiente, la joven licenciada en matemáticas, sin leerlas siquiera, borraría con vigor todas aquellas vivencias nebulosas. Con cada brochazo de la bayeta sobre la oscura superficie, la memoria de aquel caduco profesor de lengua iba quedando, y así debía ser, un poco más vacía. 

sábado, 27 de octubre de 2012

ALISON KRAUSS, sobre la hierba azul

                Esta ilinoisiana, virtuosa violinista a los cinco años y poseedora de una timbrada voz de soprano, es el exponente visible del bluegrass, una peculiar variante del country adobada en pizcas de blues y jazz, pero con ese indefinible aroma a humo de hoguera y a primer amor patinando por todas sus músicas y letras.
            Exportadora al mundo de esa hierba azul, que se escarcha en las praderas del Medio Oeste americano, Alison Krauss se apoya desde hace más de veinte años en la banda Union Station, coleccionando Grammys (cerca de 30) y seguidores por todo el planeta.
               Lo dices mejor cuando no dices nada en absoluto, estribillo de su más popular tema, When you say nothing at all, que os cuelgo a continuación. Versión bluegrass, acaso, del famoso Poema 15 de Neruda. Y la voz de Alison, sobre la hierba azul.
https://www.youtube.com/watch?v=_bNfay6HiUo
http://alisonkrauss.com/

miércoles, 24 de octubre de 2012

CASILLAS INVADIDAS


                      Peón tres caballo rey, ocupado por la Organización de Naciones Unidas. Alfil seis torre dama, el Banco Mundial llegó primero. Caballo cuatro alfil rey, terreno copado por la Organización Mundial de la Salud. A la desesperada, dama cinco dama jaque, justo en el ultimátum del Fondo Monetario Internacional. Todas las casillas ocupadas por el enemigo.
                    Mala suerte, me temo que somos mate en tres jugadas. Mejor dejar estas vainas (al fin y al cabo, juegos de guerra donde van cayendo las piezas manejadas por los dedos del poder) y salir a la calle, al bar de los desharrapados. Con suerte, el taburete para acodarse en la barra no estará ocupado por la Unesco.

viernes, 19 de octubre de 2012

Viaje de vuelta

                                                                             A Juan Miguel Arenal, que retornó ayer. 

         
        Había viajado demasiado y, de algún modo, aquella mañana intuyó que era momento de volver. Se dirigió a la puerta de embarque, donde una larga fila de individuos de aspecto cansado se despedían de sus desolados familiares. Cuando llegó su turno en el control de equipajes, al contrario que tantas veces, sintió alivio.
        Con afectada educación, el agente de seguridad le pidió que fuera dejando todos los objetos en la bandeja contigua al arco detector. Poco a poco, empezó a extraer el contenido de bolsos, riñoneras, neceseres. Amontonó también cartas, juguetes, fotografías rancias. Finalmente, vació también los bolsillos. A medida que depositaba aquellos restos inútiles del pasado, se sentía más liviano. Comenzó a desatarse las botas, se quitó la cazadora, anillos y reloj grabado también…
             Siguió así durante un confuso período que le pareció liberador. Varios jirones de un alma en desbandada fueron lo último que depositó ante el escáner. Sonrió hacia dentro. Ahora sí, estaba preparado para volver a casa. Desnudo, como cuando partió.

jueves, 18 de octubre de 2012

Voces distantes, no distintas

                En esta casi primeriza peli de Terence Davies, todo son voces. Las de los protagonistas, en un mosaico de gestos desnudando su miseria, las de la propia cámara, ahondando en los sentimientos sin un orden lineal, la del relato de una época con palabras impostadas... Voces acaso distantes en una propuesta estética arriesgada y emotiva.
           Voces, las que salpican todo el filme, en una grandiosa banda sonora que recorre todos los caminos de la música tradicional, contemporánea o medieval. Voces y ritmos para una época de silencios. Voces que pueden significarse distantes, pero que no resultan distintas a las de cualquiera de nosotros. A nuestras voces, a veces cantarinas y a veces quebradas. Voces distantes, hay que verla. Y por supuesto, oírla.
http://elgabinetedeldoctormabuse.wordpress.com/2012/02/27/voces-distantes-distant-voices-still-lives-1988-de-terence-davies/

martes, 16 de octubre de 2012

De nombres, barajas, y sensuales compañeros de juego


                Hola, me llamo Andrea Smith Abadía, tengo treinta y siete años, y sospecho que mi exprimidor hace solitarios cuando estoy fuera de casa. No me pregunten por qué, pero tengo indicios que lo corroboran, pequeñas briznas de naranja en el siete de bastos, por ejemplo. Me llamo Andrea, ya lo he comentado y, ahora que reparo en ello, eso –al menos- me diferencia de mi exprimidor, que no tiene nombre. Quizá deba ser así, no vamos a tomarnos el trabajo de filiar a todos los electrodomésticos ludópatas. Además, entre jugadores de cartas, nadie hace preguntas de tipo personal. 
                  A lo que iba, me llamo Andrea Smith Abadía, y hoy atraparé al innombrable. Fingiré que salgo a la oficina, como todos los días, pero me quedaré al extremo del  pasillo, esperando que actúe. Vigilaré sin prisa, tengo el día libre, he pretextado una consulta médica en el curro. Escondida junto a la puerta de la cocina, espiaré pacientemente hasta ver como mi exprimidor se dirige a la baraja, sigiloso…
                Entonces, con un movimiento súbito, me haré visible ante su mellada dentadura de plástico. Hola, diré, me llamo Andrea Smith Abadía, tengo treinta y siete años y sé jugar muy bien al black-jack. Me mirará, inseguro, como cualquier delincuente sorprendido en pleno delito. Si quieres, te enseño, insistiré mientras me acerco hasta rozar voluptuosamente su asa blanquecina, hacía tiempo que no tenía nadie con quien jugar. Por cierto, preguntaré con la más seductora de mis sonrisas, ¿tú, cómo te llamas?

viernes, 12 de octubre de 2012

LO PRIMERO ES LO PRIMERO (y, a veces, lo único)


         
  Probad a deleitaros con la sexta de Beethowen sin haber cenado 
 (Raimon, entre mecheros, en los años 60)
                                                                                                                                                                    
                             
          Los voluntarios del banco de sentimientos se presentaron a la hora convenida. Debían hacer el reparto gratuito de emociones que era habitual los martes. Llevaban raciones de amistad bien envasada, boles completos con el amor rebosando esperanza, tupper herméticos para conservar la ilusión y el cariño…
            Tuvieron que marcharse, no había nadie esperándolos. En el local contiguo, a reventar de indigentes, los voluntarios del banco de alimentos repartían cocido ese mismo día. Donde va a parar, colega, menuda diferencia, decía un harapiento exvendedor de pisos a su desheredado compañero, mientras le veía caer –con envidioso sentimiento, eso sí- un hilillo de grasa de chorizo por la comisura de los labios.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Omnes de Saba venient

                 Joseph Leopold von Eybler sufrió un  derrame cerebral mientras dirigía el Réquiem de su gran amigo Mozart. Precisamente fue Eybler a quien Constanze, la viuda del genio, había encargado en primer lugar -sin éxito- la conclusión del réquiem tras la muerte del salzburgués.
                 Por curiosidades así, y por la también relación familiar y amistosa que lo unió con su mecenas Haydn, se conoce a este compositor austríaco, especializado en música sacra, y del que se suele recordar habitualmente este Omnes de Saba venient, un gradual magistralmente interpretado, en la versión que cuelgo, por The North Carolina Boys Choir.
                   Para maravillas como ésta, sí, todos venimos de Saba. Aunque sea en autobús.
http://www.youtube.com/watch?v=I3_RFxP1y0E

martes, 9 de octubre de 2012

MUJER VIENDO LA TELE


          Si observáis con detenimiento, veréis la salita con esa mujer sentada en un sofá de piel sintética.  Mira, sin verla, una tele de plasma, cuarenta y dos pulgadas y un presente en HD. Si os acercáis un poco más, discretamente, descubriréis unas levísimas patas de gallo al sur de la memoria, justo al borde de esas bolsas maquilladas en sus ojos ausentes.
          Si tuviéseis la osadía de acercaros más, o si ella os invitara, quién sabe, a asomaros dentro, os aconsejo aguzar bien la vista. En ocasiones, resulta imprescindible una linterna para escudriñar almas. Pese a todo, como es obvio, no encontraríais nada. No os debe sorprender, es una mujer que –dentro de su modestia- sabe cuidarse.
          Esta misma mañana, por ejemplo, le han practicado una cirugía reparadora en los recuerdos más profundos. Va muy bien, al parecer, para prevenir la aparición de brotes molestos en la conciencia. Según decía el folleto publicitario, sus efectos duran de por vida y, precisamente hoy, lo ofertaban con un veinte por ciento de descuento.

sábado, 6 de octubre de 2012

Cita a deshora

         El chófer aparcó el Audi oficial a la puerta del Ayuntamiento, ocultando la señal de prohibido. Descendió primero el guardaespaldas. Cuando le abrieron la puerta trasera y pisó la hilera de cantos puntiagudos, sintió una incómoda sensación. Por un lado, la punzada en el recuerdo de los años fugados. Por otro, cómo negarlo, el temor a que los bajos del traje pudieran mancharse en aquel terreno descarnado.
         Alguien le había citado en el lejano pueblo que acogió su infancia archivada. Aún no sabía qué extraña amenaza le había llevado a aceptar aquel encuentro. En el fondo, deseaba volver al auto blindado y partir en silencio de allí, como hiciera treinta y ocho años atrás. El guardaespaldas le señaló la mesa de un bar sucio, bajo los soportales. Al menos, viajar de incógnito le permitiría, durante unos minutos, esquivar los molestos actos oficiales.
          Allí estaba el muchacho. Lo vio, de súbito, cuando iba a sentarse, mientras el guardaespaldas apartaba con remilgos las sillas más sucias y ajadas. Allí estaba, recostado sobre el muro terroso del bar, con la barba incipiente y ese gesto de perdonavidas que tanto le definía. Portaba todavía la ilusión en el marco de sus ojos, y la sutil inocencia de quienes no han sido aún puestos a prueba. Al hombro cargaba, por supuesto, aquella mochila con las hebillas marrones y un póster del Che.
         Ordenó al chófer que pusiera en marcha el motor. Debía huir de allí rápidamente. El imberbe joven venía hacia él con sonrisa de suficiencia, reflejando un presente de renuncias en las oscuras gafas de mercadillo. El auto arrancó, difuminando en la niebla del olvido el perfil de aquel adolescente que le miraba, retador. Por el retrovisor lo vio un instante, aún, mostrándole su mochila de hebillas marrones. Esa mochila por estrenar, todavía repleta de ideales.

jueves, 4 de octubre de 2012

Mario Meléndez Muñoz, poesía en 3M

PRECAUCIONES DE ÚLTIMA HORA
Debo cuidarme de los gusanos
cuando me entierren
lo más seguro
es que hablen mal de mí
que escupan sobre mis poemas
y orinen las flores frescas
que adornarán mi tumba
llegado sea el caso
que hasta devoren mis huesos
me arranquen los intestinos
o en el colmo de la injusticia
se roben mi diente de oro
y todo esto porque en vida
jamás escribí sobre ellos



Mario Meléndez Muñoz poeta chileno, macerado en México y sedimentado en Italia. Ayer destiló una selección de sus textos en Libertad 8, en Madrid.



TESTAMENTO

Qué irán a decir
las palabras
cuando me muera
seguramente nada
y ése será sin duda
mi mejor poema


Su voz decantó, mientra leía, una tercera dimensión, la desgarrada modulación del verso.

PARA MAYOR SEGURIDAD
Vengan a ver mi poesía
no está hecha de material ligero
aguantará perfectamente el invierno
y en verano refrescará
las mentes y los cuerpos
Hay poderosas vigas entre cada verso
hay listones apuntalando mis palabras
Y si la lluvia desea entrar
pondré mis sueños en el techo
y taparé las goteras
con mi propio dolor


Dejó entre nosotros su poesía en tres emes. Grande, Mario.
http://www.los-poetas.com/m/mario.htm


martes, 2 de octubre de 2012

Junebug, el cerco de las humedades

                Película indie al gusto, con sus hallazgos y sus debilidades marca indie. Podría ser más de lo mismo. Estética deshilachada, guión previsible, montaje de andar por casa. Podría ser más de lo mismo. Choque de culturas en una América del Norte desnortada. Familia en descomposición que trata de tapar las diarias humedades con un encalado de droguería. Miserias en bolsa de papel estraza.

                Podría ser más de lo mismo, pero no lo es. Como no son iguales ninguno de los cercos que quedan en las vidas -las suyas, las nuestras- cuando, tras aflorar la humedad y el desencanto, nos lanzamos inconscientemente a enjalbegarlas. Junebug.
http://www.youtube.com/watch?v=DoWRZ9UJXzY

lunes, 1 de octubre de 2012

Morir en la orilla


            Al llegar a la página doscientos setenta y nueve, Abel Quesada estaba exultante. Se encontraba de excelente humor, la vida le sonreía con blancura de dentífrico, de hoja por escribir, sería más apropiado. Por fin –en el capítulo previo- Abel Quesada había encontrado la felicidad, el esquivo amor que tanto venía buscando durante millares de renglones. La angustia de tiempos pasados parecía desvanecerse ante un futuro prometedor, esta vez habría final feliz.
               El futuro, ese incierto parámetro en la literatura y en la vida. Como personaje de ficción, dependía de su autor, y su autor sufrió un ictus repentino que le impidió culminar la novela. Abel Quesada quedó allí, ante el pavor de la página en blanco que habría sido la doscientos ochenta. Los restantes protagonistas del bestseller, anclados como él en un archivo word que nadie editaría, lo miraban a distancia de líneas con expresión burlona.
            Algunos de ellos sabían, además, que el insigne autor tenía previsto acabar con Abel Quesada por medio de un ictus repentino en el siguiente capítulo. Tanto nadar para morir en la orilla, habría pronunciado el personaje de haber tenido opción a un siguiente párrafo. La crítica siempre había destacado en el autor la ausencia de finales felices.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Máquina del tiempo


                 Después de muchos años de investigación oculta, he conseguido al fin diseñar una máquina del tiempo. Aquí la tengo, lista para mi primer viaje. Es curioso, siempre pensé que, en una situación así, retornaría al pasado, sucumbiría al impostado dulzor de la nostalgia, habitaría de nuevo las conocidas vidas de los personajes conocidos, comprobaría por mí mismo la veracidad de las líneas escritas en esa milonga que hemos dado en llamar historia.
                Sin embargo, no lo haré. No viajaré hacia atrás, hacia esas letras prisioneras entre renglones paralelos. De nada serviría, además. En todo caso, a eso del mediodía, pasaré un rato a comer las patatas fritas que mi abuela freía en silencio sobre una trébede de hierro, en aquel lar con olor a leña y a chorizo ahumado. Luego, sin despedirme, pulsaré la tecla del futuro, el único libro donde todo está aún por escribir.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Premio en Reinosa

      El aprendiz de poeta acababa de cumplir tan sólo dos añitos cuando, en 1957, un tal Gerardo Diego abrió el acto de las primeras Justas Literarias del campurriano lugar de Reinosa. Ahora, con canas en la barba y en el recuerdo, ha recibido la XLVIII (48, para entendernos) Flor Natural correspondiente a este año, de mano de una casi adolescente reina de las fiestas.
      El aprendiz de poeta, cuando lo felicitan, suele repetir que el mérito es de ellos, organizadores, jurados, bibliotecarios, algunos ayuntamientos, asociaciones literarias, delegadas de Casas del Cultura (amiga Elena, tú sí que eres un premio)..., que intentan mantener el rescoldo de lo poético bajo la extinta hoguera de la desidia y el abandono.
      El aprendiz de poeta sigue creyendo que los muchos que escribimos apenas significamos nada, pero que la vida no sería igual sin esos pocos que leen, o que instan a otros a leer. Sobre todo, no sería igual para ellos, que descubren a veces el lado oculto de nuestras palabras, el auténtico, posiblemente. A ellos dedica, el aprendiz de poeta, esta Flor Natural que, dicho sea de paso, se le está quedando, ya, algo marchita.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Previsión doméstica


            La muerte ha venido a verme esta tarde. Parecía algo apresurada y, de forma educada pero terca, se ha empeñado en que saliéramos juntos. Al parecer, está muy interesada en enseñarme cierto lugar que ella suele frecuentar. Podría resultar interesante, según dice es un rincón muy tranquilo y acogedor. Veremos, en estos tiempos donde el telediario es dios, ya no se puede uno fiar de nadie.
          Hay canelones en la nevera. Lo dejo advertido, por si –entre unas cosas y otras- no regresase a tiempo para la cena.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Reflejo entre el azogue


            Hola, soy el reflejo de Amando en un cristal mellado. Usurpo su blog y su facebook porque él, segoviano de reconocida cobardía emocional, ha huído. Acojonado por las muestras de cariño escritas en eso que llaman su muro durante el día de ayer, ha decidido, por unos días, tirarse de la redes sin red.
         Aprovechando su ausencia, os doy yo las gracias. No sé aún si el Amando del otro lado estará de acuerdo. Yo sólo soy su imagen en el espejo roto de esta jodida vida, pero al menos sé distinguir donde están mis amigos. Os reconozco, igual que vosotros me sabéis descubrir entre el azogue de su mirada errante. Os reconozco, porque sois vosotros los que me ayudáis a continuar. Otro año. Gracias.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

No se podía...


           Cuando paseábamos de la mano, ¿recuerdas?, bajo aquel olmo frondoso, al dorso pétreo de la iglesia basílical, solíamos imaginar como sería nuestro futuro en común. Giraba, claro, alrededor de aquel árbol que simbolizaba como nada en el mundo nuestro amor adolescente. En nuestra predicción, casi meteorológica, nos tumbábamos a la sombra protectora de sus hojas en verano, veíamos filtrase un rayo helado de sol en los inviernos, acechábamos la tardía llegada de las primaveras. Siempre juntos, eso se daba por descontado.
           Ahora, en este atardecer solitario, de otoño por supuesto, mientras observo su tronco carcomido y sus desnudas ramas, recuerdo aquellos sueños de un amor incierto. Comprendo y acepto con resignación lo que pasó después. Cuando descubrimos que todo aquel tiempo de amores eternos, todo aquel período primaveral de amor bajo el olmo frondoso, imbéciles de nosotros, le habíamos estado pidiendo peras.  

martes, 11 de septiembre de 2012

Purcell, barroco y rockero


         Poco importa si la fecha de nacimiento de Henry Purcell, el mayor compositor inglés de todos los tiempos, fue, como ayer, un 10 de septiembre.
        Poco importa si la causa de su muerte, unos 35 o 36 añitos después, fue una pulmonía que lo asaltó tras cerrarle su esposa la puerta de casa, al retorno de una borrachera.
       Importa lo que fue capaz de crear entre ambas fechas. Por ejemplo, este Passacaglia del King Arthur, en la versión del English Concert and Choir, con Trevor Pinnock al frente:
http://www.youtube.com/watch?v=i0xFy-6prV0

       E importa, como ocurre con Bach y otros genios barrocos, su influencia notoria en buena parte de los grandes del rock. Algunos detalles:
http://www.jotdown.es/2011/05/henry-purcell-a-clockwork-baroque/

lunes, 10 de septiembre de 2012

Mujer tras la ventana


                     La mujer tiene los ojos cansados. La mujer que mira lleva toda la vida esperando. La mujer que mira por la ventana tiene la ciega esperanza de que un día aquella niña volverá. La mujer que mira por la ventana el parque vacío recuerda bien aquellos instantes condensados en infinitos. La mujer que mira por la ventana el parque vacío donde jugaba en su infancia cree identificar sombras aventando coletas sobre la arena. La mujer que mira por la ventana el parque vacío donde jugaba en su infancia a descubrir futuros intuye que ha llegado a la estación sin destino. La mujer que mira por la ventana el parque vacío donde jugaba en su infancia a descubrir futuros en ojos ajenos lamenta el tiempo escurrido entre juegos estúpidos. La mujer que mira por la ventana el parque vacío donde jugaba en su infancia a descubrir futuros en ojos ajenos asomados tras una ventana sabe que ya nadie, nadie, la busca desde allá abajo. Descorre los visillos polvorientos, sube definitivamente la persiana, y deja que la brisa oree de una vez por todas sus recuerdos.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Justas o injustas?

                El pasado día de la Asunción, en la iglesia parroquial de la Asunción, de Dueñas, me asuncionaron el poemario Domingo de subir embozos hasta las alturas del Botijo de oro (uno pequeñito dorado, dentro de otro más grande de barro, típico de los botijeros, como llaman a las generosas gentes de Dueñas).
                Compartimos tarde y premios mis colegas, compañeros y ahora ya amigos, Yose Álvarez-Mesa, y Boris Rozas, que reuniendo tantos o más méritos que mis embozos, se llevaron los botijos de plata y bronce. Seguramente, dentro de esta ruleta de los premios, las justas, por muy poéticas que sean, siempre resultan en cierta medida injustas, pero creo que ellos me lo perdonarán.
http://www.diariopalentino.es/noticia/ZB80AA3BE-EA72-7520-C95482E45A22FCDE/20120816/amando/garcia/nu%C3%B1o/gana/xlvi/justas/poeticas/ciudad/due%C3%B1as
              

lunes, 3 de septiembre de 2012

Manual de obsequios amorosos


              Durante las interminables noches de amor convulso, ella había jurado que le entregaría su corazón para toda la vida. Tuyo siempre, recalcaba, rendida, mirándole con arrobada sinceridad. Tuyo, siempre.
          Siempre es un adverbio de finitud. Como resulta de mal gusto devolver un regalo de amor, cuando se separaron no tuvo más remedio que llevarse aquella glándula viscosa en su lote particional. Lo colocó en un estante de salón, un lugar privilegiado donde sus ojos se posaban, incluso sin pretenderlo, al mirar la tele.
          Incomprensiblemente, nadie lo entendió. Familiares y amigos dejaron de hablarle, horrorizados. Policía, abogados y jueces fueron severos hasta el límite extremo de la legalidad, y la opinión pública, ante el revuelo mediático, lo condenó sin paliativos por su crueldad coronaria. Al parecer, en materia de obsequios, lo correcto es saber distinguir entre un corazón y unos gemelos.

viernes, 10 de agosto de 2012

Favila y la posteridad


            Cuando el rey Favila se vio frente al oso descomunal, en aquel claro de los bosques de Cangas, supo que aquello era una encerrona. Mientras era despedazado, ante la mirada indiferente de los nobles de su cortejo, adivinó que el animal que acabaría con su vida tenía el mismo gesto, la misma ancestral codicia, el mismo manto ansioso de poder que su cuñadito, el gilipollas ése de Alfonso, tan católico él, tan políticamente correcto mientras restregaba su feroz pelaje por los jergones de todas las esclavas musulmanas.
              Todo eso vio Favila, aunque tampoco le pareció mal negocio. A cambio del cetro terrenal, él pasaría a la posteridad nominado con el rey cristiano de muerte más legendaria. Su legado sería la originalidad de una corona arrebatada a zarpazos. Alfonso, como además de oso, era un tarado, nunca llegaría a degustar el sabor postrero de la gloria. La gloria, el único valor que cotiza por encima del poder, fue el último pensamiento de Favila, mientras el plantígrado lo derribaba sobre los arbustos de la traición.

martes, 31 de julio de 2012

Aquellos y estos fuegos


            Al fin, aquella mañana de invierno, el Espíritu Santo se dignó visitarme. Bajó en forma de lenguas de fuego, y prendió una montonera de folios con apuntes sobre mi próxima novela. Un desastre, vaya. La casona rural donde vivía por entonces quedó calcinada, el seguro adujo que no estaba cubierto el riesgo de contingencias divinas trinitarias y, como era de suponer, mi novela jamás vio la luz.
            Ahora vivo en un sótano interior, para evitar corrientes. Escribo microrrelatos directamente sobre el ordenador. Y cuando necesito incendiar mi vida, baja Paloma, la vecina del segundo derecha. Es mucho más joven que la tercera persona del jeroglífico, pero su lengua resulta, lo afirmo desde las cenizas del placer, igual de abrasadora.

domingo, 29 de julio de 2012

The killing fields, todos asesinos


           Título de la película traducido: Los gritos del silencio. Dos horas largas de muerte ambientada en el horror de la Camboya postvietnamita. La muerte entre ciénagas, suburbios y arrozales,  por supuesto, basada en hechos reales. La muerte sin apellidos, eso sí es un hecho real. No es posible distinguir, no soy capaz, entre guadañas, da igual un kalashnikov en manos de un jemer rojo de 15 años, o un misil del tío Sam. Mi abuela refranera citaría el viaje de Málaga a Malagón, el remedio peor que la enfermedad. Matamos escudados en  ideológías, estrategias geopolíticas o religiones. Se mataba en Kampuchea por saber leer o llevar gafas, se mata en los despachos de Occidente en nombre de la democracia. Se mata. Pol Pot también está en cada uno de nosotros. El primer mundo mata al último de hambre, de enfermedad, de indiferencia…
         Título original: The killing fields. Campos de muerte. Campos de asesinos. Como cada uno de nosotros, digiriendo el horror en nuestra mesa, mientras seguimos de reojo la evolución de la prima de riesgo, o rechazamos un filete por demasiado hecho. Todos cómplices de la matanza, cada uno a nuestra manera. Nos complace fingir que somos víctimas, pero si tenemos el valor de situarnos ante el espejo, veremos reflejado al asesino.

      Imágenes de la peli, y  música de Mike Oldfield, en el enlace.
http://www.youtube.com/watch?v=ZRugzZuqikg&feature=fvwrel

jueves, 26 de julio de 2012

Así lo recordarán

                    Al caer el telón, el mismo día del estreno, la ovación atronó el teatro. Desde un palco del tercer piso, el autor escuchaba la eufórica sinfonía de aplausos enfervorecidos. Embriagado de éxito, concluyó que había merecido la pena vivir para crear una obra tan majestuosa. Intuyó, complacido, que había alcanzado al fin la gloria literaria. Nada más le quedaba por hacer. Se lanzó al vacío, y su cráneo quedó reventado sobre la tarima del piso inferior, mientras los bravos se recrudecían.
                    Los medios de comunicación recogieron en portada el asombroso suceso. El productor decidió cancelar todas las representaciones, como homenaje póstumo y, para decirlo todo, también por un punto de superstición. Nadie más volvió a recordar la obra maestra, y del insigne autor sólo quedó en las hemerotecas el recuerdo de su elegante acrobacia, el vuelo de un escritor olvidado hacia la gloria del patio de butacas.

lunes, 23 de julio de 2012

Deshojando amorios

          Era una reconocida tramposa en materias de amor. En lugar de margaritas, deshojaba tréboles. Así conseguía que todos la quisieran y, por elemental paradoja, no querer ella a nadie. Su éxito con los hombres, de  dudoso origen floral,  la ofuscaba, le hacía perder visión periférica.     
         Por eso, posiblemente, aquel día no supo distinguir que había encontrado un trébol de cuatro hojas. Como reacción ante la adversidad, no le quedó otro remedio que enamorarse. Ahora está casada, y cada mañana, mientras hace la cama, deshoja lentamente perejiles.

viernes, 20 de julio de 2012

APEADERO

                 De repente, el tren de alta velocidad aminoró su marcha. Finalmente, se detuvo en un apeadero solitario. Me molestó mucho la incidencia, no llegaría a tiempo para la reunión prevista, mi agenda se descolocaba sin motivo aparente.

           Estaba empezando a teclear en la tableta mi escrito de reclamación cuando reparé en el rostro de la mujer, al otro lado de la ventanilla. Desde el andén, me miraba con aquel gesto que yo había archivado en algún bolsillo interior de cualquier traje antiguo. Perjuicio irreparab, quedó escrito en la pantalla, mientras alguien parecido a mí descendía del tren para hacer frente a una promesa incumplida.
          Ella me recibió con un pescozón que encerraba todo la comprensión posible ante el filial olvido. Las madres emplean complejos mecanismos para mostrar los flecos de su cariño. Mientras abandonábamos el andén, camino de otro tiempo, aún tuve tiempo de ver pasar velozmente el AVE, incluso pude distinguir en uno de los fugaces vagones, la mirada perdida de quien me suplantaría cuarenta años después, la mirada de un ser perdido, viajando sin destino, eso sí, a doscientos noventa y tres kilómetros por hora.        

jueves, 12 de julio de 2012

CIEN PALABRAS DE DESPEDIDA

               
              Me pides que te diga adiós en cien palabras, como máximo. Exigencias de la tecnología amorosa. Mejor así, supongo. Siempre resultaron incómodas las despedidas largas. Ya llevo veintiocho, creo. Además, nosotros ya nos habíamos dicho todo, sería absurdo ponernos a hablar precisamente cuando nos alejamos. Mejor que hablen nuestros abogados, que no tienen límite de palabras en sus argumentarios procesales. Me entra prisa, ya ando cerca de setenta. ¡Uff! ¿Uff cuenta? Si cuenta uff, ya son setenta y nueve. Si no cuenta, ochenta y dos. No hay quien lo entienda. Como el amor. Cuenta uff. Noventa y ocho. Te quiero.

martes, 10 de julio de 2012

Geometría a la sombra del molino

           El sábado pasado,  a la sombra del Molino de la Bella Quiteria, de Munera, recibí entre gachas, queso, y tajadas de matadero el primer premio de su XXXVII Concurso de poesía. Marco cervantino, con aroma a bodas de un  tal Camacho, sueño de su fundador Enrique García Solana, que alimenta su viuda Amparo y sus descendientes/as. Amigos y vino, qué voy a contar...


         El poema (colgado en Tantocuantología) habla de pizarras y de alumnos, de soledades sobre el encerado, de puntos que se inventan futuros, y de las geometrías de los sentimientos. O algo así.

viernes, 6 de julio de 2012

Tampoco era importante

       Hacía rato que debería haber coronado ya la cumbre de aquel ocho mil. Nieblas y ventiscas dificultaban la localización exacta de la cima. Continuó la ascensión. En algún momento, tuvo la sospecha de que la montaña se estiraba para su mayor gloria. Decidió seguir subiendo, sería el primero en escalar aquel pico que crecía y crecía, hacia una  meta tendente al infinito.

       Cuando su reserva de oxígeno empezaba a escasear, apareció una fugaz visión ante sus ojos nevados. Allí, un poco más arriba, coronando la ignota montaña que superaba todos los récords, había alguien. Creyó reconocer al odioso alpinista danés, su principal competidor en las alturas. No, nadie podía arrebatarle la gloria de ser el primero en hollar la nueva cima del mundo. Cuando llegó a su lado, sin siquiera mirarlo, lo despeñó.
        Al bajar a la civilización, con la gloria y la fama en la mochila, se encontró un gran revuelo. Al parecer, Dios estaba muerto. Había caído desde su elevado trono, sin que se supiera aún el motivo. La excitación humana por el nuevo universosindiós, anuló todo interés por la montaña recién descubierta. Adiós gloria, adiós fama. Se sintió desdichado, nada de lo que hacía acababa importando a los demás.

jueves, 5 de julio de 2012

Tarde o temprano

               Noche de verano ante la pantalla de la 2. Música de Morricone y nostalgia de pantalón corto y cine de pueblo. Otra vez la manivela del recuerdo en formato cine, aunque sea en el salón de casa. Otra vez Cinema Paradiso.
            Esta vez quise fijarme en el proceso de congelación sentimental de Salvatore, durante su elipsis emocional de treinta añitos. No vuelvas, no escribas, no llames, le ordena Fredo. No, no, no. Posiblemente, la única vacuna que se ha inventado ante la implacable lluvia amarilla del otoño, ante el derribo inexorable de todos los edificios donde transitan los sueños de la infancia adobados en sombra.
           Posiblemente. El corazón en invierno. No vuelvas, no escribas, no llames. No sientas. No hables. Ventanas que no se abren, citas a las que nadie asiste, cartas devueltas... Palabras que se pierden, como todas. Tarde o temprano, hablar o estar callado es la misma cosa, Alfredo dixit.
        

miércoles, 4 de julio de 2012

Fetén FETÉN FETÉN

             Los segovianos, que al parecer no tienen bastante con la fortuna de serlo y vivir donde viven, albergan además todos los años el Segovia Folk, esa excelente muestra de música popular y de raíces. La semana pasada el folclore más diverso deslizó sus sonidos por San Martín, el teatro Juan Bravo, los jardines de San Juan de los Caballeros, o el Acueducto, entre otros rincones sin importancia.
        Música de todos los rincones del mundo, por supuesto con Eliseo Parra como estandarte. Para ilustrarlo, elijo a Fetén Fetén, este sorprendente dúo formado por Diego Galaz y Jorge Arribas, procedentes ambos de La Musgaña, y capaces de tocar instrumentos como el serrucho. Sus ritmos oscilan desde lo tradicional castellano hasta el vals de opereta o el cabaret parisien, con una enriquecedora versatilidad.
            Fetén significa algo así como auténtico. Pero también significa excelente. Estos chicos justifican ambas acepciones. Fetén Fetén. Os adjunto enlace, por si queréis oir una muestra.
http://www.fetenfeten.net/index.html

martes, 3 de julio de 2012

Alguien (un accésit) llama a deshora


Cuando sonó el timbre del teléfono
ya sabías que estaba equivocado.
No era para ti, nadie querría
teclear al azar un número oculto
de las guías al uso, ni preguntar
por qué saben a olvido las tostadas.




Comienzo del poema Alguien llama a deshora, accésit del XV Certamen Amanecer Literario, del C. Castilla y León, en Barcelona, celebrado el sábado pasado.
Íntegro en la página de TANTOCUANTOLOGÍA